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Foto: Celedonio | Vídeo: Héctor Díaz
Muere Seve Ballesteros, toda una leyenda del golf
Golf

Muere Seve Ballesteros, toda una leyenda del golf

El deportista, de 54 años, ha fallecido a las 2.10 de la madrugada en su casa de Pedreña, rodeado de toda su familia. Permanecía sedado y con cuidados paliativos desde el pasado jueves, cuando sufrió un empeoramiento de su estado neurológico como consecuencia del tumor cerebral que padecía desde hacía tres años

Efe

Sábado, 7 de mayo 2011, 18:27

Severiano Ballesteros, uno de los más grandes jugadores de golf de todos los tiempos, ha muerto esta madrugada en su casa de Pedreña (Cantabria) a los 54 años, tras haber luchado durante los últimos dos años y medio contra un tumor cerebral, según han confirmado fuentes de su familia.

Ganador de dos Másters de Augusta, tres Abiertos Británicos y cuatro Ryder Cup y Premio Príncipe de Asturias, Ballesteros había puesto fin a su carrera en 2007, incapaz de superar su dolor crónico de espalda y de recuperar el nivel de juego que le había hecho mundialmente famoso en los años ochenta y noventa.

En octubre de 2008 se le detectó un tumor cerebral tras sufrir sendos desvanecimientos en el aeropuerto de Barajas y en un restaurante de la capital, lo que le obligó a pasar cuatro veces por el quirófano. En las últimas semanas, su salud se había ido deteriorando progresivamente y, de hecho, su familia ya adelantó ayer que su estado era crítico y que desde el pasado jueves permanecía sedado y con cuidados paliativos.

Arropado por su familia

A lo largo del día de ayer, amigos y familiares, entre ellos su exmujer Carmen Botín y sus hijos, fueron traspasando a cuenta gotas el portalón del muro de piedra que rodea la finca. Pero nadie se aproximó a los periodistas acampados en el exterior para dar noticia alguna, ya que desde que se diera a conocer el precario estado del golfista a mediodía, mediante un comunicado, se advirtió que cualquier información se transmitiría a través de la página web de Ballesteros.

En el pueblo, la continua amenaza de lluvia mantuvo a los vecinos a cubierto. Los pocos que se aventuraron a salir manifestaron la «tristeza y pesar todos. Además de ser un gran deportista es nuestro vecino y le conocemos desde pequeño», aseguró una pedreñera.

Casi tres años de lucha

Ballesteros padecía dos tumores cerebrales que le fueron descubiertos después de que ingresara en la tarde del 6 de octubre de 2008, tras sufrir sendos desvanecimientos en el aeropuerto de Barajas y en un restaurante de la capital. Los doctores Isla y Pérez Álvarez, que dirigen el servicio de neurología del Hospital de La Paz de Madrid, fueron muy claros en su diagnóstico acerca de la enfermedad: tras las pruebas efectuadas, el enfermo presentaba dos tumores malignos en el cerebro.

La planta del Hospital de La Paz en donde fue ingresado Severiano Ballesteros pronto se convirtió en un búnker infranqueable. Solamente familiares y amigos íntimos pudieron visitarle. Ballesteros permaneció 72 días ingresado en el Hospital de La Paz. Fue intervenido en cuatro ocasiones, a vida o muerte.

El 24 de octubre se procedió a la tercera intervención quirúrgica, que duró unas seis horas y media. En ella se trató de eliminar un edema y restos del tumor. Ballesteros, desde la UCI, evolucionó favorablemente, tanto que, según informó el centro médico, se encontraba "consciente", respiraba "espontáneamente" y podía "hablar con sus familiares".

El 2 de diciembre Ballesteros fue sometido a una nueva intervención quirúrgica, la cuarta desde que ingresó en el Hospital de La Paz, con el propósito de realizarle una derivación ventrículo- peritoneal. La operación tuvo un excelente resultado y la citada derivación, consistente en que determinados fluidos del cerebro pasasen al estómago para su eliminación, sería algo a lo que Ballesteros debería acostumbrarse de por vida. Una semana después de esta cuarta y última intervención, el exgolfista recibió el alta médica y abandonó por su propio pie el hospital.

Ballesteros se sometió a continuados ciclos de quimioterapia, y posteriormente de radioterapia. También recibió diversas terapias de reeducación, puesto que el deportista perdió gran parte de la sensibilidad y coordinación motriz en el miembro superior izquierdo, la pierna izquierda y vista en el ojo izquierdo, y padecía dificultades en el habla.

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