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Un grupo de laredanos visitó en 2012 la ciudad francesa de Cenon, hermanada con la villa pejina desde 1988. Foto: DM.
Ciudades que se enamoran de otras
Cantabria

Ciudades que se enamoran de otras

Santander y Torrelavega, junto con Santoña y Reinosa, entre las localidades que más intercambios programan a lo largo del año

Ana Cobo

Miércoles, 16 de octubre 2013, 13:37

Cuando los conductores llegan a Santoña y giran la vista hacia uno de los carteles ubicados en el borde de la carretera pueden leer "Villa hermanada con: Palos de la Frontera (Huelva), Lons (Francia) y Puerto de Santa María (Cádiz)". Un cartel similar pero, eso sí, con el nombre de otros municipios y ciudades con los que hayan establecido una relación de hermandad se encuentra nada más poner el pie en la entrada de decenas de localidades cántabras.

En algunos casos, los vecinos conocen, o al menos les suena, el nombre y la ubicación de esos lugares. En otros muchos, ni siquiera sabían de su existencia. Y es que la unión puede ratificarse con municipios tanto dentro de España como de países de los más variopintos que, a veces, resultan impronunciables. Pero superado el escollo geográfico a los ciudadanos les asaltan otras dudas ¿Para qué se hacen los hermanamientos? ¿Por qué se ha elegido un determinado municipio? o ¿qué beneficios nos reporta?

El alcalde de Santillana del Mar, Isidoro Rábago, lo tiene claro. «Un hermanamiento no se hace para disfrutar de las fiestas con tortilla. Un hermanamiento es para conocer otras costumbres, otras culturas, otro idioma, intercambiar experiencias...». Es una gran oportunidad, dice convencido, sobre todo, para los jóvenes que habitualmente protagonizan los intercambios entre municipios y participan en proyectos europeos que de otra forma se perderían.

Santillana del Mar fue de los primeros municipios de Cantabria en llevar a cabo un hermanamiento. En el año 1968, en plena dictadura, sentó las bases de su relación con Le Dorat, en Francia. Desde entonces, los lazos de unión se han ido estrechando cada vez más hasta el punto de que la localidad gala da nombre a una de las avenidas principales de la villa empedrada. Una práctica que, por regla general, se extiende en la mayoría de estos "noviazgos".

Según cuenta Rábago, fue el entonces alcalde de Le Dorat, el que tras un viaje a Santillana del Mar, movió los hilos para formalizar el hermanamiento. Y aunque de primeras hubo cierta reticencia, al final se hermanaron con una villa con la que comparten una colegiata del mismo estilo y época. No era su único nexo común. También compartían su carácter rural y ganadero.

Como anécdota, relata el regidor, «cuando les hicimos en aquellos años una visita nos quedamos sorprendidos con sus inmensas estabulaciones, con máquinas para ordeñar, mientras que aquí lo de la ganadería era todavía muy familiar y se hacía a mano». Hoy, el panorama ha cambiado completamente y es Le Dorat la que se asombra de los avances tecnológicos y el potencial turístico de Santillana de Mar. «Se fijan en nuestra red wifi, el control del agua, del alumbrado... Ellos no han evolucionando tanto como nosotros», apunta Rábago.

Los inicios de esta relación se basaron en intercambios anuales de colectivos de ambas poblaciones. Actualmente, se continúa con esos intercambios pero se intenta que cada año viajen a Le Dorat colectivos diversos: escolares, personal de la Corporación, protección civil y bomberos, tercera edad, grupos corales, agricultores y ganaderos... Se quedan en casa de familias oriundas y a la inversa cuando ellos vienen aquí. El contacto es permanente y ambos delegaciones también aprovechan para reunirse con motivo de las fiestas de Santa Juliana, en Santillana y de los festejos patronales de Le Dorat. Otro de los proyectos recientes que han desarrollado de la mano se denomina "Cultivando Europa desde lo local", en el que han participado tanto la Asociación de Mujeres de Santillana del Mar como colectivos franceses elaborando conjuntamente una publicación bilingüe con recetas tradicionales, las actividades desarrolladas en el proyecto e información descriptiva del papel que desempeña cada asociación en cada municipio. Santillana del Mar, además, también está hermanada con Borgolavezzaro (Italia) desde el año 2005 con quien comparte reliquias de Santa Juliana

Este primer hermanamiento, nacido al calor de los años 60, es poco más que una excepción. El presidente de la Federación España de Municipios y Provincias y alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, explica que «los hermanamientos entre municipios comienzan a cobrar auge en nuestro país tras la incorporación a la Unión Europea».

Abrirse al exterior

Los motivos, añade, «pueden ser variados, pero el denominador común es el deseo de abrirse al exterior». De ahí, que uno de sus principales valores sea «el acercamiento de los ciudadanos de países y culturas diferentes, sobre todo, si hablamos de municipios medianos y pequeños». Y es que esos ayuntamientos lo definen como un instrumento de internacionalización que les permite desarrollar una acción exterior de manera directa y eficaz, a diferencia de las grandes ciudades que tienen una acción exterior distinta.

De hecho, Santander está hermanada con San Luis de Potosí (México) desde el 18 de octubre de 1977, siendo alcalde Juan Hormaechea. Actualmente, es una unión más bien testimonial, pero tras una reciente llamada del regidor mexicano para invitar a De la Serna a desplazarse este mes de septiembre allí, que finalmente no ha podido aceptar, ambos han acordado estudiar posibilidades de trabajar en algún proyecto común.

El abanico de actividades que trae consigo un hermanamiento es muy variado y puede beneficiar al propio municipio en muy diversos ámbitos: económico, educativo, turístico... Aparte de esto, existe un programa comunitario "Europa de los Ciudadanos" que concede ayudas a los hermanamientos entre municipios de la Unión Europea.

Los hermanamientos a menudo pasan por diferentes épocas en las que relaciones se apagan para, tiempo después, volverse a retomar. Está ocurriendo en Reinosa que, actualmente, se afana en reavivar su relación con Deltebre (Tarracona), tras un encuentro de sus regidores en Fitur. Tal es el empeño que están poniendo que el regidor de Deltebre, José Emilio Bertomeu, ha sido el pregonero de las fiestas de San Mateo. Con anterioridad, ha ejercido la misma tarea José Miguel Barrio en los festejos de este municipio tarraconense al que acudió con la reina de las fiestas mateas. Y para que ambas poblaciones se vayan familiarizando también se han encontrado en el programa de fiestas un saludo del alcalde "contrario".

Otro de los eventos en los que se ha mezclado lo de aquí y lo de allí es en el Mercado Campurriano que contó con Bertemeu en su inauguración, además de tres productores que trajeron el arroz, el marisco y otros productos de la zona del delta del Ebro.

Y, ¿qué motivó la unión de estos dos lugares un 6 de febrero de 1982? Las aguas del Ebro son la respuesta, en concreto, el ser el principio y final del río. Barrio reconoce que en las últimas décadas la relación prácticamente se había perdido pero apuesta por reavivarla con iniciativas que «irán más allá de la mera participación en las fiestas, y pueden ser muy productivas».

Así, destaca el intercambio de experiencias, artesanos, comerciantes y productos de ambas zonas. La localidad catalana ya ha invitado a algunos productores campurrianos, para participar también en sus ferias y mercados.

Pero hermanamientos son los que sobran en Cantabria. Algunos más que evidentes y otros un tanto singulares por la lejanía del país elegido. Camargo se hermanó hace trece años con la municipalidad salvadoreña de Nejapa, que cuenta con una población similar. El nexo de unión se produjo tras el apoyo que prestó Camargo en 1995 al municipio en la construcción de infraestructuras. En este caso, es Camargo el que más puede mostrar y enseñar a Nejapa. Se puso de manifiesto en una reunión que mantuvo en el Consistorio cántabro Diego Movellán con su homónimo Sergio Quijada, quien le trasmitió su interés por la línea de acción de fomento del autoempleo y el apoyo a la creación de nuevas iniciativas empresariales que se viene desarrollando en el municipio, así como por los programas organizados por el centro de Formación.

En Laredo este presente año han celebrado sus bodas de plata con la ciudad francesa de Cenon, junto a Burdeos. Los actos para festejar tal aniversario, según palabras de ambos alcaldes son un «suma y sigue» con la firme intención de escribir en los próximos meses nuevos capítulos, con intercambios de jóvenes, cursos sobre interculturalidad y colaboración cultural entre los respectivos grupos artísticos.

En otras ciudades como Torrelavega han optado por potenciar un hermanamiento, en concreto, el que mantienen con Rochefort Sur Mer (Francia), mientras que con La Habana Vieja (Cuba), Daira de Zug (Sáhara Occidental) y Louga (Senegal) las relaciones han pasado a segundo plano. Este verano, nuevamente, un grupo de estudiantes de Rochefort Sur Mer realizó prácticas laborales en comercios y empresas de la capital del Besaya. En el plano deportivo se ha organizado un torneo de fútbol que enfrentó a ambas ciudades y el Club Cicloturismo Cantabria se ha reunido con el de la ciudad gala en los Pirineos franceses. Hace unos días la Asociación de Hermanamientos de Torrelavega protagonizó un viaje cultural a Rochefort Sur Mer. Lo último en este hermanamiento viene de la mano de la Escuela de Idiomas. Ha instalado un sistema de videoconferencia con el programa de Internet Skype que permitirá prácticas de conversación en español y francés a estudiantes de ambas ciudades.

Amistades

El destino hizo que Colindres simpatizará con el municipio francés de L"Haillan hace ya 23 años. Una fusión propiciada por un eurodiputado francés que contactó con Colindres porque en L" Haillan estaban interesados en hermanase con un pueblo de la zona. Podía haber sido Santoña o Laredo pero, finalmente, se decantaron por Colindres. Y parece que la elección fue más que acertada. Hacen intercambios de convivencia de dos días, cada año en un país. Además, de estos encuentros anuales ha surgido la amistad entre las familias participantes, que frecuentemente se llaman por teléfono, se felicitan y comparten sus vivencias.

Los municipios cántabros se apoyan en hermanamientos con otras urbes tanto de España como de países extranjeros para enriquecerse culturalmente y darse a conocer.

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