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De izquierda a derecha, los alumnos Julia Sánchez, Alicia Cáceres, Marina Eiriz, Ramón Galende, Fernando Mesquida, Carlos Cañada, Cristina Vidal Verdú, Andrea Gil y Jesús Rosales Magallares posan en el acceso principal al Palacio de La Magdalena. ROBERTO RUIZ
Alumnos dispuestos a ampliar su punto de vista

Alumnos dispuestos a ampliar su punto de vista

De Esquilo a la geometría convexa, de la psicología al sistema inmunitario, las escuelas constatan la variedad de temas a debate en la UIMP y de un alumnado con ganas de aprender, convivir y de explorar la ciudad

Mada Martínez

Santander

Lunes, 5 de agosto 2024, 02:00

Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir», dejó escrito Italo Calvino en un volumen de ensayos en el que profesó su amor y admiración por obras de Diderot, Balzac, Stendhal, Borges y demás autores que le descubrieron ... el mundo. Esa definición de lo clásico, de lo perdurable, de lo esencial, es la que ha guiado a Marina Eiriz de Cádiz a Santander. Estudiante del doble grado de Filología Clásica y Lingüística en la universidad pública gaditana, Eiriz repite este año como alumna de la exitosa Escuela del Mundo Clásico de la UIMP, dirigida por Antonio López Fonseca y pensada para contar la Antigüedad grecorromana desde una perspectiva amplia, diversa. En este formato de la escuela de verano -cinco días de clases y convivencia- ha encontrado Eiriz una manera muy enriquecedora de aprender. «Hay un contraste muy interesante entre universidades al uso y los cursos de verano de la UIMP. Aquí no hay asignaturas ni exámenes, en la escuela estamos en búsqueda constante, todo esta interconectado. Además, se pone en valor la duda, algo que en las universidades se tiende a penalizar, pero que aquí, en cambio, significa aprendizaje. Desde mi perspectiva de estudiante, lo valoro mucho», contó Marina la pasada semana, feliz de volver a Santander y entusiasmada tras la ponencia a la que acababa de asistir en el Paraninfo: una especie de conversación recitada entre Álvaro Tato y Ana López Segovia con la que le dieron «un aire» de copla y flamenco a los clásicos. «Ha sido extraordinario».

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