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Pedro Casablanc (Casablanca, Marruecos, 1963) acostumbra a viajar con una biografía de Ramón del Valle Inclán, un libro al que recurre con gran frecuencia, sobre un autor al que admira y al que considera «un genio revolucionario». Han sido muchas las veces en las que ... se ha metido en la piel de alguno de sus personajes y ahora regresa a Santander para recordarlo, con las palabras de otro escritor, y también admirador, Ramón Gómez de la Serna. Será este miércoles, a las 20.00 horas en el Teatro Casyc, en una función organizada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) dentro de su programa de actividades culturales. La obra, una propuesta teatral de Xavier Albertí y que lleva por título: 'Don Ramón María del Valle-Inclán', toma como referencia la biografía que Gómez de la Serna escribió sobre el autor de 'Tirano Banderas' desde su exilio en Buenos Aires y la convierte en un espectáculo musical que invita a conocer en profundidad los mecanismos creadores de Valle, su irreductible compromiso, su posicionamiento ético en el mundo y cómo todo ello generó una de las obras más emblemáticas de la literatura española como es el esperpento.
-Hablemos de Valle Inclán. ¿Cómo lo definiría y que significa su figura literaria?
-Es tan inabarcable que no sé por donde empezar. Como autor literario es un genio que revolucionó el lenguaje aunque él siempre decía que no escribía teatro sino novelas dialogadas. Esto es una de las cosas que forma parte de su mito, la manera que tuvo de enfrentarse a la poca aceptación de su obra, pese a que tuvo éxitos en novelas como 'Tirano Banderas' por ejemplo, no tanto en lo que a textos teatrales se refiere, y por eso él siempre afirmaba eso de no escribía teatro. Probablemente por ser una dramaturgia muy adelantada a su momento y a su época en la que investigó nuevas vías de expresión. En cuanto a su figura, como personaje público adquirió mucha fama y una gran notoriedad. Se creó su propio personaje, un tipo muy comprometido con el arte, con la sociedad de su momento y al que no le dolían prendas en criticar lo que no le gustaba, desde la monarquía hasta la burocracia. Fue un personaje que en estos momentos convulsos que empezamos a vivir con la subida al poder de las derechas estaría metido en comisaría permanentemente que, por otra parte, es lo que lo ocurría en aquella época también.
-Hablemos ahora, si le parece, de Ramón Gómez de la Serna.
-Escribió una biografía muy literaria y fantasiosa sobre la figura de Valle Inclán al que admiraba muchísimo y, aunque no tenemos datos, posiblemente llegó a conocerlo. Lo que sí sabe es que lo consideraba su maestro literario. De alguna forma, Gómez de la Serna tiene cierto parecido con Valle Inclán en la forma de abordar la literatura pues era un tipo muy barroco y también muy innovador en su escritura si bien, como era mucho más joven, estaba más cerca del cinematógrafo y de la exposición mediática. Algo que le encantaba por lo que yo creo que actualmente sería un influencer y estaría muy metido en las redes sociales porque le gustaba mucho hacer exhibición de su persona. He de decir también que fue un autor muy poco leído y que no es muy conocido porque su obra no es fácil de abordar.
-Toca hablar de Pedro Casablanc. ¿Está más próximo al genio que revolucionó el lenguaje o al influencer?
-Pedro Casablanc no tiene tanto interés. Yo soy un simple actor y portador de la palabra, en este caso del grande de los grandes, al que siempre ha interesado un teatro de texto bien escrito, que tuviera realmente algo que decir y, sobre todo, una forma estética importante y todo eso está en Valle Inclán. Soy mucho más próximo a este porque le conozco más, aunque en la obra que vais a ver esta semana en Santander represento a Gómez de la Serna dando una charla en la que habla sobre él.
-¿Hasta que punto conoce a Valle Inclán?
-De entrada porque he tenido la suerte de representarlo en muchas ocasiones desde que tenía 25 años en el Centro Andaluz de Teatro. Por cierto, en un montaje que también me llevó a Santander, el de 'El retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte' que he hecho en varias versiones. También he representado 'Tirano Banderas', 'Las comedias bárbaras' y, recientemente, he dirigido una película, un cortometraje en realidad, basada en 'Sacrilegio' otra de sus obras. Por lo tanto, permanente vuelvo a Valle Inclán y lo leo. Llevo siempre conmigo una biografía fantástica de Manuel Alberca que se llama 'La espada y la palabra' porque cuanto más conozco al personaje con más admiración puedo representarlo en escena, hablar de él o comunicarle al público esa admiración que le profeso, y que, de alguna forma, es lo que hago en este espectáculo.
-Sigamos hablando de otro tema que interesaba muchísimo a Valle Inclán, Gómez de la Serna y a usted mismo. España y la cultura. ¿Cómo va esa relación?
-No es fácil hablar de ello sin dejarse llevar por el apasionamiento. Lo voy a intentar. Creo que vivimos en un país que, por desgracia, siempre ha denostado a la cultura o la ha dejado en un segundo plano. El esfuerzo de acercarse a la cultura, tanto a la literatura, pintura o música... No es algo que se haga sin esfuerzo. Somos un país al que le cuesta acercarse o disfrutar de la verdadera cultura porque estamos más enfocados al entretenimiento. Y de eso es lo que se han aprovechado muchos políticos, realmente incultos porque no se han interesado por nada de ello y han hecho de este país un lugar de batalla permanente entre los que realmente la defienden y los que no. Y esto viene desde antes de la Guerra Civil cuando Ni Astray dijo aquello de «Muera la inteligencia». Hay una parte de la sociedad que denosta la educación, las buenas maneras y la cultura, y otra parte que necesitamos de ella. Así que esta batalla permanente, este desencuentro de Ni Astray y Unamuno en la Universidad de Salamanca se viene repitiendo hasta la actualidad entre esas dos facciones. Espero haberte contestado sin demasiado apasionamiento.
-¿Podríamos hablar de sus próximos proyectos?
-Tengo estrenado el cortometraje, mediometraje, de Pedro Almodóvar 'Extraña forma de vida', que aún se puede ver en alguna sala, con Ethan Hawke y Pedro Pascal. En otoño se va a estrenar la serie 'Los Farad', dirigida por Mariano Barroso y bueno... tengo otros proyectos, también de series de televisión de los que todavía no puedo hablar porque no tienen ni siquiera título, ni producción cerrada, pero sí es verdad que tengo por delante una gran gira con 'Ramón María del Valle Inclán a través de Ramón Gómez de la Serna'.
-No quiero acabar sin que hablemos de la Universidad Internacional de Santander, de la UIMP, marco donde va a ofrecer este montaje y dónde ha estado en varias ocasiones.
-La UIMP tiene para mí un gran significado. Mi hija Candela, que ahora ya tiene 25 años, nació allí. Yo estaba dando unos cursos y mi mujer, que estaba embarazadísima vino a acompañarme. Uno de esos días y estando en Santander se le adelantó el parto y nació mi hija en aquel maravilloso, desde luego para mí, verano. Luego, como dices he vuelto un montón de veces, la última creo que para ofrecer un recital sobre Quevedo. Es un lugar en el que siempre me siento bien y al que me gusta regresar.
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