Nueva York veta la minería de bitcoin por lo que contamina

Aunque el impacto medioambiental de la tecnología en general es algo reconocido, una de las tecnologías más intensivas en el uso de la energía eléctrica es el minado de las criptomonedas. Tanto que llega a ser superior a toda la que consumen países como Chile o Noruega.

Se calcula que en 2020 esta actividad consumió 100 TWh de energía, esto es, la mitad que todos los centros de datos que soportan Internet. Además, su uso sigue disparado: se espera que en este 2022, solo la minería de una de las monedas (el bitcoin) supere los 150 TWh.

Por eso, el estado de Nueva York quiere prohibir por ley que se realicen este tipo de acciones en su jurisdicción. Algo que el Senado ya ha aprobado a través de una moratoria y que se encuentra encima de la mesa de la gobernadora del estado, Kathy Hochul, quien tiene en su poder aprobar esta ley o vetarla. De dar el visto bueno, Nueva York sería el primer estado de Norteamérica en prohibir este tipo de actividad.

Para contextualizar esta iniciativa política se ha detener en cuenta el impacto de esta tencología en Estados Unidos. Según un estudio de la Universidad de Cambridge, este representa en estos momentos el 40% de toda la minería de criptomonedas, mientras que hace apenas tres años no llegaba al 4 %.

El Estado de Nueva York quiere prohibir esta actividad porque gran parte de la energía que se utiliza para el minado de criptomonedas no proviene de fuentes limpias, sino de aquellas que tienen un gran impacto medio ambiental, como la combustión de fósiles.

El proyecto de ley es un intento de los legisladores de impedir que aumente la huella de carbono del Estado y «mitigar los efectos actuales y futuros del cambio climático», según el documento.

De momento, con esta moratoria de dos años se quiere tener tiempo suficiente para evaluar el impacto que tiene esta actividad, también por parte de quienes llevan a cabo esta minería de criptoactivos.

De hecho, este proyecto de ley afecta a la minería de pruebas de trabajo ('proof-of-work'), con las que se verifican las nuevas transacciones en blockchain y se generan nuevos tokens.

Otros sistemas, conocidos como 'proof-of-stake', permiten esta misma acción pero consumiendo menos energía. Este tipo de sistemas están siendo adoptados por algunas criptomonedas como Etherum, con el fin de reducir el impacto en la sostenibilidad que tiene su activdad.

Además, no afectaría a las operaciones que actualmente están ya minando monedas ni a las que puedan realizar usuarios particulares. Esta ley solo se aplicaría a aquellas organizaciones que, en lugar de recurrir al suministro estatal de electricidad, generan su propia energía (y esta no es verde).

Según los últimos datos disponibles de la Administración de Información Energética de Estados Unidos, un tercio de la generación estatal de Nueva York procede de energías renovables. Eso sí, Nueva York, que cuenta con centrales nucleares, cuenta con este tipo de energía para alcanzar su objetivo de electricidad 100% libre de carbono.

Parte de la polémica surge porque algunas viejas fábricas eléctricas de Estados Unidos, que han cerrado por ser responsables de emitir grandes cantidades de gases contaminantes, se han reabierto para abastecer de energía a la mineria de criptomonedas.

«Las centrales eléctricas de combustibles fósiles no pueden tener una segunda vida en Nueva York sólo para el beneficio de la industria privada, lo que iría en contra de los mandatos climáticos del estado», ha asegurado Liz Moran, defensora de políticas de Nueva York para Earthjustice, en un comunicado.

De hecho, los defensores de esta medida quieren evitar que se replique lo que pasó en Dresden, donde una antigua central eléctrica se convirtió en un centro de datos alimentado con fósiles para realizar minería de bitcoins a gran escala.

Para los detractores de esta moratoria, de aprobarse esta ley lo único que se haría es trasladar el problema. Es decir, que los mineros se irían a otros lugares a realizar su labor, por lo que el impacto en las emisiones sería nulo. Es más, consideran que podría incluso ser perjudicial, porque apostarían por lugares en los que no hay ningún tipo de regulación medio ambiental, lo que acabaría perjudicando más al planeta.

Pese a que su criptomoneda es mucho menos intensiva en demanda de energía que otras como Bitcoin, el fundador de Eherum, Vitalik Buterin, se muestra contrario a este tipo de regulaciones porque, según su razonamiento, el gobierno no debería elegir qué aplicaciones son usos «correctos» de la electricidad.