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Enrique Munárriz
Jueves, 28 de julio 2016, 08:34
Nuevo baile de fechas en torno a la puesta en marcha del teleférico de Cabárceno. Y ya van cuatro retrasos desde que el 14 de octubre de 2014 se iniciaron las obras con un presupuesto de 11,8 millones de euros.
La empresa mexicana Transportes Alternativos de Cabárceno SA (Accsa), concesionaria de la infraestructura turística, ha tardado bastante más de lo previsto en subsanar las deficiencias de la instalación y, como consecuencia, no ha entregado hasta el martes la obra y la documentación oficial de que todo «está en regla» para trasladárselo a las administraciones implicadas Gobierno regional, ayuntamientos de Penagos y Villaescusa y el Catastro, donde registran la nueva dotación, lo que imposibilita su apertura para la próxima semana como estaba previsto.
La última intención del parque era ponerlo en marcha el 2 de agosto, pero ya no se atreven a aventurar nuevas fechas. «Ya no está en nuestras manos, Cantur ha hecho todas las gestiones», defienden desde la empresa pública.
En cualquier caso, con las fiestas de por medio, muchos dudan de que pueda arrancar en el mejor de los casos antes del 15 de agosto. Y se da prácticamente por pérdida la temporada alta, que se prolonga entre el 1 de abril y el 30 de septiembre, y el tirón del verano, ya que la mayor afluencia de turistas regresa a casa por esas fechas y los niveles de ocupación comienzan a disminuir.
La presión por abrir es máxima para aprovechar los últimos coletazos del periodo estival. A priori, su deseo era haber puesto en marcha las cabinas para Semana Santa, pero los mexicanos pidieron una moratoria de dos meses para rematar los últimos flecos de la telecabina.
Con ese margen, la fecha prevista era el 2 de agosto. Pero a Accsa le ha vuelto a pillar el toro. Cantur, que ahora ejerce de correa de transmisión entre todos los departamentos implicados al no depender esta fase de ella, ya ha enviado seis cajas de documentación a los organismos implicados.
En los consistorios están a la espera de dos informes para dar la licencia de obra definitiva que permita abrir la infraestructura al público. El problema es que uno de los técnicos municipales que tiene que rubricarla se marcha de vacaciones entre el 1 y el 15 de agosto, por lo que podría retrasarse la apertura hasta finales de mes o principios de septiembre.
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