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elena tresgallo
Martes, 3 de enero 2017, 07:07
La madrugada del jueves al viernes, 30 de diciembre, la vivienda del exalcalde de Corvera de Toranzo, José Manuel Martínez Penagos (PP), fue objeto de una brutal actuación vandálica. El «ensañamiento» con que actuaron las personas que allanaron la casa fue de tal ... magnitud que no ha quedado un sólo metro cuadrado útil que no tengan que limpiar. Armados con alquitrán, barnices y pintura gris, los intrusos se tomaron su tiempo en «bautizar» una a una todas las estancias, abriendo cajones y armarios para asegurarse que todo quedaba impregnado, incluidos los electrodomésticos y las bicis infantiles. La Guardia Civil investiga ahora los hechos y no se descarta que pueda llevar aparejado un presunto delito de odio, además de robo y allanamiento.
«Cuando lo ves quieres llorar pero se te hielan las lágrimas. Es tanta la impotencia que el corazón se te para, y cuando reaccionas empiezas a asimilar lo que realmente ha pasado», describía ayer a éste periódico el exalcalde de Corvera, José Manuel Martínez Penagos, para expresar cómo se había sentido al descubrir los destrozos.
Por la naturaleza de la actuación, el político no tiene duda que las personas que se cebaron el pasado jueves con su casa del pueblo le conocían, aunque aclara que «no sospecha de nadie» en particular. Tampoco descarta que la causa de una actuación tan desmedida venga motivada por el cargo de alcalde que ocupó durante nueve años. «De lo que estoy seguro es de que quienes lo hicieron me conocen y yo seguramente les conozco a ellos también», afirmó.
El exalcalde ocupa en la actualidad el cargo de pedáneo del pueblo de Corvera de Toranzo y manifiesta que, esta primavera, ya sufrió otro ataque de menores proporciones, cuando desconocidos le arrancaron el cercado de una finca. A la par, en la vivienda que actualmente está en reforma le habían faltado trozos de canalones anteriormente, pero en su momento lo vincularon a un robo puntual.
Además, debido a la brutalidad del ataque, la noticia corrió como la pólvora por todo el valle y el exedil y su familia han recibido numerosos mensajes de apoyo. «Muchos vecinos han venido ya a interesarse y gente de todos los pueblos de alrededor», agradeció.
Aunque es más grande la «impotencia» que se siente por la cobardía del acto, Martínez Penagos admitió, ayer, que cuando vio lo que habían hecho en su casa, llegó a sentir «algo de miedo», por su familia. «Porque crees que el que hace esto es capaz de hacer muchas otras cosas más», argumentó.
Los hechos
Las personas que allanaron la vivienda de Martínez Penagos lo hicieron la noche del jueves al viernes, cuando sabían que estaba vacía. Entraron rompiendo un cristal de uno de los baños de la planta baja y empezaron a destrozar todo lo que encontraron a su paso.
De casa traían ya las intenciones puestas, porque venían cargados de alquitrán, barnices y pintura gris que han dejado un olor difícil de quitar, al igual que las marcas. No se conformaron con destrozar cada una de las habitaciones de las dos plantas, sino que abrieron los pocos muebles que había en la vivienda y los destrozaron por dentro. También rajaron dos colchones nuevos «a navaja» y los rellenaron de alquitrán. Los intrusos, no respetaron ni siquiera los juguetes y bicicletas de los niños de la familia, que tampoco se salvaron del rabioso ataque. «Cuando la Guardia Civil ha venido a tomar las huellas se han sorprendido del ensañamiento utilizado», apuntó el exregidor.
De la vivienda, los intrusos sólo se llevaron una segadora y una motosierra que sacaron por la ventana, dedicando el resto del tiempo que estuvieron en ella a «bautizar» todo lo que encontraron. Dentro había material de obra valioso que dejaron allí, de ahí que no se descarte que el móvil del ataque esté vinculado a un delito de odio o venganza relacionada con el cargo público.
Según explicó el propio afectado, la reforma de la casa familiar de sus padres se inició en el año 2011, «y estábamos a punto de acabar, solo faltaba pintar». Se trata de la vivienda en la que el político se refugia los fines de semana con su familia.
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