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Un escolar escribe sobre una mesa que ha sido etiquetada para que los niños conozcan su valor.
Ribamontán pone precio a su mobiliario

Ribamontán pone precio a su mobiliario

El Ayuntamiento activa la campaña ‘El valor de las cosas’, una iniciativa para concienciar a la población sobre el buen uso del mobiliario urbano

Elena Tresgallo

Domingo, 14 de mayo 2017, 07:58

Cuánto vale sustituir un árbol, una papelera, un columpio o un contenedor destrozado por los vándalos o por un mal uso de lo público es la pregunta con respuesta que estos días está lanzando a la opinión pública el Ayuntamiento de Ribamontán al Mar, a través de la campaña El valor de las cosas. Una iniciativa con una dinámica participativa en las aulas y a pie de calle que consiste en etiquetar el mobiliario urbano y ponerle precio real y coste de instalación, cuando éste se rompe. Los niños no han sido los únicos sorprendidos por lo que cuestan algunas de las cosas más comunes que se pueden encontrar en la vía urbana. Como referencia justificativa de la campaña, un sólo dato, el año pasado Ribamontán al Mar gastó más de 20.000 euros en sustituir contenedores de basura rotos.

Un columpio roto por mal uso o por vandalismo puede suponer un desembolso municipal de dinero público de 14.699 euros, mientras que sustituir un simple banco del parque cuesta la friolera de 210 euros. Ese es el tipo de información que está difundiendo, desde esta semana, la campaña El valor de las cosas, una iniciativa municipal cuyo objetivo principal es «concienciar» tanto a escolares como a vecinos y visitantes «sobre la importancia de cuidar el mobiliario urbano, ya que cuando se produce un desperfecto lo pagamos todos», resume Alicia Fernández, técnico de educación del Ayuntamiento quien, junto a Raúl Ibáñez, (también técnico cultural), han activado el proyecto.

La puesta en marcha de todo el dispositivo ya que se han etiquetado más de 300 elementos del entorno urbano y escolar arrancó hace unos días, pero no ha sido hasta éste martes cuando los alumnos del Colegio de Latas se encontraron con que sus mesas, sillas, juegos u ordenadores tenían precio puesto. «Ha sido súper divertido porque no les hemos dicho al principio en qué consistía la campaña y muchos creían que se vendía el colegio», explican.

Fue la primera reacción infantil al ver las cosas etiquetadas en su centro, pero un día después se les sacaba de su error. Eran los propios técnicos los que se acercaban al colegio y explicaban el objetivo de la campaña a los pequeños con ejemplos muy gráficos. «Les hemos explicado que el armario con los netbook de su clase cuesta 9.720 euros y que eso es más o menos lo que cuesta un coche y se han sorprendido mucho, también les hemos visto muy concienciados», resumen.

Raúl y Alicia, los técnicos locales, no son unos desconocidos para los pequeños, ya que frecuentan continuamente el colegio con otras propuestas. «Los niños nos ven y nos conocen porque venimos frecuentemente a proponerles cosas, tenemos mucho contacto y hacemos proyectos conjuntos», subrayan.

Pero fuera de las aulas las etiquetas también han causado curiosidad entre vecinos y, sobre todo, «sorpresa», por el valor que tienen algunos de esos objetos cotidianos con los que conviven a diario en el parque. «En la calle también estamos teniendo una buena respuesta», valoran.

Además de en el Colegio de Latas, las etiquetas se han colocado en otros puntos del entorno urbano, como es el Centro de Surf y la pista de skate (Somo), el parque de Somo, el parque Llosa Sierra (Somo) y el parque El Solaruco (Galizano).

Por aportar algunos datos gráficos que justifican con creces la puesta en marcha de la campaña de concienciación ciudadana, sólo el año pasado el Ayuntamiento de Ribamontán al Mar gastó más de 20.000 euros en la reposición de contenedores de basura debido a actos de este tipo o simplemente a un mal uso de lo público. «Por poner un ejemplo, cuando la gente hace barbacoas echa los rescoldos sin apagar y los contenedores se desfondan», aclaran desde el Consistorio, para explicar que no siempre la causa de la reposición se debe a un comportamiento incívico y que hay muchas veces que el daño es producido a un descuido o negligencia por una mala utilización.

A los contenedores les siguen muy de cerca en la lista negra de lo que cuesta no cuidar las cosas, los 15.000 euros que se gasta el ayuntamiento en papeleras o bancos, no sólo en reposición sino también en mantenimiento por sustitución de maderas rotas, pintado etcétera. Otro de los gastos significativos está en los grafitis urbanos.

Concurso

Como segunda fase de esta campaña, el Ayuntamiento ha lanzado también, en paralelo, un concurso en el que se sorteará un paquete importante de regalos para los participantes que acierten. La información ya esta disponible en las redes sociales municipales y los interesados tienen hasta el 17 de mayo para participar. La propuesta es adivinar cuánto valen los objetos de un mural de fotografías de mobiliario urbano dentro del propio Consistorio, tomando como referencia lo que ya está etiquetado. El primer día «ha sido un éxito» según el Consistorio.

«De este modo se pretende calar en la población de manera notoria traduciéndose en un uso adecuado y buen mantenimiento de mobiliario», inciden. Entre los regalos, destacan bonos para casi todos los deportes que se practican en Ribamontán y el uso de sus instalaciones, además de ebook.

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