

Secciones
Servicios
Destacamos
Óscar Bellot
Jueves, 1 de octubre 2015, 10:20
El reloj marcaba las 3:11 de la tarde del 15 de enero de 2009 cuando el vuelo 1549 de US Airways despegaba del aeropuerto neoyorquino de LaGuardia con destino a Charlotte (Carolina del Norte). A bordo del mismo viajaban 150 pasajeros y una tripulación compuesta por cinco personas. Tres minutos después, una bandada de gansos impactaba contra el fuselaje y los motores del avión, un Airbus 320 que inmediatamente comenzaba a perder altura y presión a causa de los daños ocasionados. La tragedia flotaba en el ambiente cuando el piloto tomaba una decisión crucial: amerizar en las heladas aguas del río Hudson. Una complicada maniobra que podría haber desembocado en la muerte de viajeros y tripulantes de no mediar la extraordinaria pericia de quien manejaba los mandos. Decenas de neoyorquinos contemplaban asombrados el descenso de la aeronave, que se posaba sobre el agua con suavidad y comenzaba a deslizarse 208 segundos después de que se parasen sus motores. Los equipos de rescate acudían rápidamente a la zona y atendían a un total de 78 personas, buena parte de ellas con síntomas de hipotermia en una jornada en la que la temperatura era de seis grados bajo cero. El último en abandonar la aeronave era el piloto, que previamente recorría dos veces el aparato para cerciorarse de que en su interior no quedaba nadie. Acababa de obrarse un milagro, una de esas hazañas en torno a las cuales Estados Unidos enhebra el relato de su historia y el cine articula filmes que rara vez fracasan en taquilla. Únicamente restaba por encontrar los mimbres adecuados para contarla. Y estos no tardaron en aparecer.
Seis años después, Clint Eastwood tiene todo listo para plasmar en el celuloide la increíble historia de Chesley 'Sully' Sullenberger, artífice de una gesta que copó las primeras páginas de la prensa estadounidense y que fue bautizada como 'el milagro del Hudson'. 'Sully', título del largometraje, comenzó el 28 de septiembre su rodaje en Nueva York, desde donde saltará en las próximas semanas a Carolina del Norte, Atlanta y Los Angeles, con todos los elementos necesarios para convertirse en un éxito más en la extraordinaria trayectoria de este veterano realizador que se ha erigido en el mejor retratista de los héroes estadounidenses.
Tom Hanks es el escogido por Clint Eastwood para poner rostro al veterano aviador al que el por entonces alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, apodó como el 'capitán tranquilo'. Un hombre que acumulaba más de 20.000 horas de vuelo repartidas en sus 40 años de andadura profesional -diez de ellos en la Fuerza Aérea- y cuyo coeficientre intelectual le había servido para ingresar en Mensa, la asociación de superdotados, a los 12 años.
Actor y director desarrollan así su primera colaboración en un largometraje que también contará con la presencia de Laura Linney ('Diario de una niñera'), en el papel de la esposa de Sullenberger; y Aaron Eckhart ('El caballero oscuro'), en el de Jeff Skiles, el copiloto que le acompañaba aquel gélido día de enero cuando se dirigió al pasaje en los siguientes términos: "Les habla el capitán. Pónganse en posición de impacto". Todd Komarnicki firma un guión que toma como base las memorias escritas por el propio Sullenberger con la ayuda de Jeffrey Zaslow: 'Highest Duty: My Search for What Really Matters'. La película cuenta con el respaldo de Warner Bros, sin que por el momento haya fecha de estreno.
Múltiples prismas
'Sully' Sullenberger reparte hoy su tiempo entre conferencias y labores de asesoría en materia de seguridad aérea. Su última maniobra de aterrizaje la ejecutó en marzo de 2010. Cinco meses antes había vuelto a volar, cubriendo la misma ruta que quedó interrumpida el día en que inscribió su nombre en el panteón de los héroes americanos. Pero su narración de los hechos ha resultado determinante en el proceso de preparación de una cinta en la que el director de 'Sin perdón' (1992) volverá a loar a uno de esos referentes por los que se guían los estadounidenses.
"Estoy muy contento de que mi historia quede en manos de un narrador y cineasta tan dotado como Clint Eastwood", apuntó el piloto cuando se conoció que el realizador abordaría el proyecto. No andaba desencaminado. Quien fuera icono del 'spaghetti western' ha elaborado en los últimos años el dibujo de un puñado de héroes americanos. Alejándose del amargo desencanto que vehiculaba cintas como 'Un mundo perfecto' (1993) o 'Million Dollar Baby' (2004), el californiano ha optado en sus últimos trabajos por glosar a figuras tan reverenciadas como J. Edgar Hoover, quien fuera durante décadas director del FBI, o Chris Kyle, el ejecutor más letal de los Navy Seals que se ganó el sobrenombre de 'diablo de Ramadi' merced a sus hazañas con el gatillo. También puso su foco sobre los seis soldados que protagonizaron una de las instantáneas más populares de la Segunda Guerra Mundial. E incluso exploró el carisma del principal adalid de la lucha contra el apartheid en Sudáfrica.
El prisma bajo el que Eastwood analizó a todos ellos fue, sin embargo, muy diferente. Mientras que 'Banderas de nuestros padres' (2006) o 'J. Edgar' (2011) abundaban en las luces y sombras de sus protagonistas, 'El francotirador' (2014) obviaba cualquier tipo de arista en la glosa de ese soldado que sumaba cadáveres a sus espaldas sin ninguna clase de cuestionamiento moral. Mostrándose más frío que nunca, el realizador ganó predicamento en taquilla, pero perdió calado entre la crítica. Si algo había caracterizado hasta entonces su cine era la abundancia de lecturas que provocaban de sus obras. La violencia de 'Sin perdón', el precipicio hacia el que se deslizaba el trío de viejos amigos que protagonizaban 'Mystic River' (2003) o el sistema putrefacto que amargaba la existencia de Angelina Jolie en 'El intercambio' (2008) conformaban un relato que transitaba por las cloacas de Estados Unidos. Sin olvidar el racismo que emanaba del Walt Kowalski al que el propio Eastwood ponía rostro en 'Gran Torino' (2008).
Poco de esto habrá en 'Sully'. Como sucedía en 'El francotirador', la historia cuenta con los ingredientes precisos para galvanizar el espíritu patriótico de los estadounidenses. Con la ventaja añadida de que nadie le pedirá cuentas a Clint Eastwood si entrega un relato plano como aquel. Pocas fisuras hay en la figura de Sullenberger, y aún menos en su heroica acción, aunque Warner se ha encargado de abrir el apetito del público señalando que la cinta "irá más allá de aquel logro casi imposible" y explorará el drama que se desarrollaba en paralelo y que le pudo costar "su reputación y su carrera. La factura será seguramente tan impecable como la de casi todos los filmes de un director por cuyas manos pasó también la historia de Richard Jewell, un vigilante de seguridad que evitó una tragedia durante los Juegos Olímpicos de Atlanta. Otro héroe al que, sin embargo, rehuyó quien se ha convertido en el mejor retratista de este tipo de personajes en los últimos tiempos. Pero quienes gustan de las múltiples capas con que el realizador ha envuelto algunos de sus largometrajes más sobresalientes tendrán, probablemente, más motivos para la añoranza de un cineasta que ha optado en los últimos tiempos por entregarse a los seres sin dobleces.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.