

Secciones
Servicios
Destacamos
ISRAEL VIANA
Miércoles, 6 de enero 2016, 19:26
El 15 de abril de 1934, la prensa española ponía el foco por primera vez sobre el talento de Billy Wilder: «'Curvas peligrosas' es una película que no se parece a ninguna otra película, lo cual ya es una cualidad (). Quedará incorporada a las que constituyen los anales más bellos y puros del arte cinematográfico», escribía el crítico Salvador Moltamel en el diario 'ABC'. No hacía ni cuatro meses que el joven guionista de origen austriaco había desembarcado en Estados Unidos sin saber más inglés que una docena de tacos. No tardaría en convertirse en uno de los directores más sobresalientes de la historia del cine, tal y como se le define en 'El universo de Billy Wilder' (Notorious Ediciones, 2015).
En este libro con espíritu de enciclopedia, veintidós prestigiosos críticos desmenuzan y analizan hasta el detalle no solo su magnífica filmografía, sino también la compleja e irrepetible personalidad del genial cineasta que, en palabras de José Luis Garci, autor del prólogo y el epílogo, «vapuleó como nadie el llamado sueño americano». Nada queda fuera de este largo recorrido por la vida del autor de obras maestras como 'Perdición', 'El crepúsculo de los dioses', 'El gran carnaval', 'Sabrina', 'Ariane' y 'El apartamento'. Desde su primera etapa como guionista en Berlín, donde fue reclutado con 25 años por el principal estudio de cine de la República de Weimar y el Tercer Reich (UFA), hasta su última película como director, 'Aquí, un amigo' (1981). Tras esta, ninguna compañía de seguros quiso volver a correr el riesgo, dada su avanzada edad, de cubrir un nuevo trabajo suyo.
En 455 páginas conocemos al Wilder de 'El azul del cielo' (1932), que se ganó la libertad para desarrollar los giros emocionales de los personajes, sin salirse demasiado del corsé que los estudios establecieron en la época en la que el nacionalsocialismo comenzaba a asomar la cabeza. O al de 'Adorable' (1933), que hizo que Hollywood se fijara en él por primera vez. Película tras película, este volumen analiza al hombre que, en enero de 1934, desembarcó en Nueva York huyendo del nazismo, con 27 años y unas cuantas ideas en la cabeza, y comenzó a abrir caminos que nadie se hubiera imaginado en el vasto y conservador imperio de Hollywood, como si de una tuneladora se tratara.
Muchas de esas ideas, recurrentes a lo largo de sus veinticinco películas, son parte fundamental de este 'universo' de Wilder. Filias, fobias y obsesiones tan variadas que se analizan independientemente, porque dieron forma a muchas de sus obras. El alcoholismo en 'Días sin huella', creando el documento más demoledor del cine clásico sobre el descenso a los infiernos a causa de la bebida. El adulterio de 'Perdición' o 'La tentación vive arriba', que le convierten en uno de los primeros cineastas en cuestionar la moral sexual de la población estadounidense. También esa doble vara de medir con la que trató el mundo femenino, convirtiendo a Marilyn Monroe en una mujer objeto, pero reivindicándose al mismo tiempo como uno de los primeros directores de Hollywood en reflejar los cambios sociales y culturales relacionados con la emancipación de la mujer en, por ejemplo, 'El apartamento'. Y sus críticas mordaces al comunismo, pero también al capitalismo, al que plasmó en ocasiones como un cuento de hadas del estilo de vida americano.
Con ese espíritu provocador, el camino no fue fácil. Su relación con la censura no fue precisamente amistosa. Ya en 1934, no le concedieron permiso para rodar un 'remake' de 'Curvas peligrosas'. Un primer encontronazo al que siguieron otros muchos. En 1940, condenaron la escena de dos soldados conversando en un cuarto de baño en 'Levántate mi amor' por desprender cierta pulsión homosexual. Más tarde vinieron las sospechas de que 'El mayor y la menor' incitaba a la pedofilia. Después criticaron la poco escrupulosa conducta del Ejército en la ocupación de la capital alemana en 'Berlín Occidente'. Y suprimieron una relación sentimental entre dos hombres en '¿Qué ocurrió entre mi padre y tu madre?', por citar solo algunas.
Peajes todos ellos que tuvo que pagar el genial director de 'ojillos de ratón', ganador de seis Oscar, por mostrar a personajes que osaban desafiar los códigos morales de su época o se empeñaban en desoír a su propia conciencia... si es que la tenían. O para crear, como escribe el mismo Garci, «algunas de las imágenes más poderosas de la historia del cine. Y todo ello, más mérito aún, habitando dentro del sistema».
El terror nazi: entre la vida y la ficción
Cuando el 30 de enero de 1933 Hitler fue nombrado canciller, Billy Wilder supo que sus días en Alemania se habían agotado. Un día después del incendió en el Reichstag huyó a París, salvándose por los pelos de la brutal purga contra los judíos que trabajaban en la UFA, el principal estudio de cine de la República de Weimar y el Tercer Reich en el que trabajaba. Desde entonces, el nazismo marcó su vida y obra. En el cine, en filmes como 'Cinco tumbas al Cairo', 'Berlín Occidente' o 'Traidor en el infierno', en los que se hace una descripción del nacionalsocialismo muy alejada del mito de la superioridad aria y donde los alemanes son presentados como fanáticos poco inteligentes. En el mundo real, Wilder formó parte de la generación de cineastas que acabó en Estados Unidos huyendo del führer, al que describió en un diario americano como la figura más despreciable de la Humanidad. Tenía razones: su familia desapareció en el régimen nazi y su propia madre fue asesinada en Auschwitz, mientras él alcanzaba la fama en Hollywood. Un hecho que jamás se perdonaría. Años después, comentaría esta tragedia con su habitual ironía: «Están los optimistas y los pesimistas. Los primeros acabaron gaseados; los otros tienen piscinas en Beverly Hills».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La explicación al estruendo que sobresaltó a Valladolid en la noche del lunes
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.