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Mikel Labastida
Jueves, 18 de febrero 2016, 12:19
"Cuando tenía nueve años, escribí un voto de celibato en un trozo de papel y me lo comí. Me prometí a mí misma, en rotulador naranja, que permanecería virgen hasta graduarme del instituto. () Al final el contrato fue una precaución innecesaria. La oportunidad nunca ... se presentó en el instituto, ni siquiera durante el primer año de facultad en la New School, a menos que cuente cuando casi lo consigo con un bajo y fornido aspirante a piloto. () Me sentía la virgen más vieja del lugar, y probablemente lo fuera, excepto por una punk pechugona de Olympia, que estaba igual de frustrada".
Lo escribe Lena Dunham. No ha cumplido los 30 y ya tiene biografía, aunque ella prefiera llamarlo "reflexiones personales". Random House firmó un acuerdo millonario (dicen que de alrededor de 3,5 millones de dólares, pero el dato no está confirmado por la editorial) para publicarla. Ha sido nominada cinco veces a los Emmy, como actriz, guionista y directora. Porque ella es todo eso y más.
Pero ¿quién es Lena Dunham? A estas alturas de la película ya no es una desconocida como lo era en 2012 cuando comenzó a emitirse 'Girls', serie con espíritu generacional de HBO en torno a un grupo de amigas que sobreviven en Nueva York. Y no, no era ni es 'Sexo en Nueva York'. Su nombre entonces irrumpió en una industria que la recibió con todo tipo de etiquetas: "la nueva Woody Allen", "la futura mujer más poderosa del cine", "la niña bien que hace series y películas". Cuatro años después su serie está a punto de inaugurar la quinta temporada y tiene garantizada una sexta, que será la última. También ha dirigido el capítulo piloto de 'Max', una comedia sobre una revista femenina en los sesenta que produce la HBO. Y Dunham no ha hecho mucho más. No ha asaltado el cine ni se ha involucrado en otros proyectos ambiciosos. ¿Ha sido un bluf? ¿Le pesó demasiado el 'hype' que existía en torno a ella y al final no ha cubierto la expectativas?
¿La voz de su generación?
Echemos la vista atrás para situar a Dunham en el mapa audiovisual. 'Girls' se estrenó el 15 de abril de 2012, precedida de una gran expectación por ser la nueva apuesta de chicas de HBO (tras lo de Carrie Bradshaw) y por el genio e ingenio que se le adivinaba a la todoterreno que la había creado, la escribía, dirigía y protagonizaba. La artista ganó aquella noche miles de admiradores, pero también una buena legión de detractores. A Dunham se le ama o se le odia.
Había quien le criticaba el afán de protagonismo al centrar prácticamente toda la atención en ella misma, o su exhibicionismo a la hora de quedarse desnuda a la mínima de cambio. En realidad hay quien no le perdona tener un cuerpo regordete y no mostrar ningún pudor destapándolo asiduamente. También se señaló que la ficción sólo incluía personajes blancos, por lo que Dunham, innegablemente, debía de ser racista. Pero lo que peor sentó fue que se autoproclamase "voz de su generación". Por eso le llovieron sopapos hasta calentarle las mejillas.
'Girls' nunca ha podido ser la voz de una generación, porque este término es difícil de aplicar actualmente cuando la globalización ha acabado con los caracteres específicos y las particularidades. Pero sí ha sido una voz a la que tener en cuenta sobre un grupo de jóvenes sobradamente preparados para un mundo que les había prometido todo y se olvidó de ellos a cuenta de la crisis. 'Girls' ha sido además un retrato nada complaciente realizado por gente joven hablando de gente joven, lo cual no suele ser habitual. Lo normal es gustarse mucho, aplaudirse y reírse las gracias. Los personajes de 'Girls' se gustan poco. Son egoístas, insensibles, obsesivos y poco maduros, con serios problemas para establecer relaciones sentimentales sanas. Un regalo, vamos.
'Girls' nunca pretendió ser un cuento de princesas. Y puso distancia de las coronas desde el principio. Hay capítulos en los que no sucede nada, en los que se pasan minutos y minutos teniendo conversaciones absurdas mientras cocinan, mientras miran internet o mientras mean. Así sin reparos. Como la vida misma. O en los que todo lo que es susceptible de salir mal, sale mal. Y otros, en los que repente les da un vuelco la vida, porque consiguen una entrevista de trabajo, tienen una cita estimulante o echan un polvo de los de quedarse extasiado. En ocasiones 'Girls' es surrealista, en otras es realista y cruda.
Un producto acorde con los tiempos
Dunham presentó un producto acorde con los tiempos, con un lenguaje y estilo diferentes, y generando su propia impronta -algo que hay quien envejece sin haberlo conseguido-. Logró que se vencieran algunos prejuicios respecto a ella, como el de ser "hija de" (el pintor Carroll Dunham y la fotógrafa Laurie Simmons).
Su desparpajo y su físico alejado de los cánones convencionales propiciaron que se convirtiera en icono de moda y en visitante cotidiana de sesiones de fotos y de portadas.
Cuatro años después Dunham no ha despuntado en nada más y 'Girls' se encuentra estancada. Muchos esperaban que diese un salto al cine como actriz (su compañero Adam Driver se ha vuelto un imprescindible en la gran pantalla) o que probase a rodar una nueva peli, tras aquella ópera prima, 'Tiny Furniture', donde apuntaba buenas maneras. Pero no, ha optado por quedarse en segundo plano. ¿Por qué? ¿Quizá las expectativas eran muy grandes y temía no cumplirlas? ¿O tal vez las ideas se le han acabado y no se atreve a llegar al cine para trasladar una propuesta ya vista? Hacia esas posibilidades disparaban los antiDunham. Los que no, los pro, defienden que se ha concentrado y volcado en su producto, lo que demuestra que la actriz y guionista no se mueve por caprichos.
'Girls' afrontó su cuarta temporada perdiendo el pesimismo que caracterizaba a la producción, aunque las que no cambiaron tanto fueron sus protagonistas, atrapadas en una maraña de fracasos e indecisiones. Más allá de eso, poco más. Con algunos frentes abiertos aborda la quinta, en la que se espera que logremos adivinar a dónde quiere llegar Dunham con su personaje, la alocada Hannah, por encima de sus tropiezos y vuelta de tuerca.
Dunham volverá a protagonizar titulares y críticas. La indiferencia no la rodea y eso es algo importante para un creador. Y cuando se trata de tu primera obra y rozas la treintena debe considerarse un triunfo. La vida de esta todo terreno habrá que observarla después de 'Girls' para valorar si hablamos de un espejismo o si la joven promesa se consolidó y va a seguir dando que hablar desde distintas plataformas. Ese examen está por pasar.
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