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Eduardo R. Paneque
Jueves, 9 de junio 2016, 18:14
Hola Laura Palmer, soy el agente Dale Cooper. El 10 de junio de 1991 me prometiste en la 'habitación roja' que nos volveríamos a ver dentro de 25 años. Ese día es hoy. Aquí estamos, en Twin Peaks.
Para impaciencia de los espectadores, Laura y Dale no se han presentado a la cita, la han pospuesto a abril de 2017, fecha en la que Showtime tiene previsto emitir la continuación de la serie. Será entonces cuando ante nuestra perpleja mirada veamos, nuevamente, deambular las almas atormentadas de la tuerta, el enano bailarín, Peggy, los adúlteros, los excéntricos, Leo Johnson, la familia Palmer e incluso Lady Leño(Catherine E. Coulson), si se confirma que ha dejado rodadas varias escenas antes de morir.
A todos ellos les conocimos a raíz del perturbador asesinato de la drogadicta, oscura y misteriosa Laura Palmer, aunque este microcosmos concebido por David Lynch junto a Mark Frost- trascendió a su propia obra influyendo en la cultura popular de toda una generación.
Su influencia se ha dejado notar en los últimos 25 años televisivos en todo tipo de ficciones. ¿Un asesinato en un idílico pueblo habitado por secretos inconfesables? Ahí tenemos 'The Killing' o la británica 'Broadchurch'. ¿Adaptamos el surrealismo de sus habitantes en una versión cursi? Solo tenemos que cambiar Twin Peaks por el Stars Hollow de 'Las Chicas Gilmore'. ¿Mundos paralelos? 'Fringe', sin duda. Pero quizá, quien mejor ha cubierto el afán nostálgico han sido las licencias narrativas de Ryan Murphy, especialmente en su 'American Horror Story: Asylum'. Ni M. Night Shyamalan ha podido escapar o no ha querido- del embrujo y nos ha trasladado a 'Wayward Pines', su propia versión angustiosa de un pueblo en el que pasa todo cuando parece que nunca pasa nada. 'The Leftlovers' ya se ha ganado su categoría propia.
Bien es cierto que la tendencia transgresora cotiza a la baja en los últimos años en lo que a parrillas televisivas 'en abierto' se refiere: exceptuando la recientemente finalizada 'Hannibal', la regresión creativa de la última década es manifiesta, lo que ha llevado a muchos guionistas a buscar el riesgo en las cadenas de cable.
En este cuarto de siglo, unos importaron las historias, otros recibieron, gracias a Twin Peaks, una 'masterclass' de marketing. La ABC demostró con 'Lost' que había aprendido la lección a la hora de gestionar un ruido mediático sin precedentes. En los 90, en cambio, la cadena se había impacientado por el interminable goteo de personajes excesivamente abstractos y surrealistas para su target comercial. La ABC no solo obligó a desvelar la identidad del asesino en los primeros capítulos de la segunda temporada (2x07) sino que anunció su cancelación a falta de seis episodios para la finalización de la misma (2x22). Las consecuencias de estas decisiones fueron una notable caída de audiencia y el desenfreno absoluto del universo distópico, hermético, onírico que habían trazado sus creadores.
Porque, probablemente sin saberlo, David Lynch inauguró la era transmedia, en una época sin redes sociales, cuando no estábamos televisivamente interconectados, y en donde nadie bloqueaba a sus amigos 'spoilers', pero en la que todos aguardaban en sus casas para averiguar 'quién había matado a Laura Palmer'.
A quien no le fue nada mal, en términos comerciales, fue a los familiares de Lynch y Frost. Por una parte, la hija del primero publicó en paralelo a la emisión de la serie, 'El diario secreto de Laura Palmer'; el hermano del segundo Scott Frost- lanzó 'The autobiography of F.B.I. special agente Dale Cooper: my life, my tapes'. Peor suerte tuvo Sherilyn Fenn quien iba a ser la protagonista de 'Mullholland Drive', el spin-off de Twin Peaks. Finalmente, Naomi Watts -que estará presente en la continuación- se hizo con el papel, y 'todo se quedó' en una premiada película.
Casi nada que veamos hoy en la televisión niega a David Lynch. Él ya estuvo allí. Pero antes de él había otros que ocupaban su lugar en el cine. Además de las referencias al cine de Billy Wilder, del que Lynch se declara admirador, muchos fans han diseccionado y encontrado numerosos paralelismos en la película 'Laura' (1944) donde Otto Preminger se preguntaba '¿Quién mató a Laura Hunt?'. No es la única referencia de la cinta: el loro que presencia e intenta repetir antes de recibir un balazo en la primera temporada- el martirio al que someten a Laura Palmer, toma el nombre del personaje Waldo Lydecker del mencionado filme.
La atmósfera enrarecida libera tensiones a través de la música de Angelo Badalmenti, responsable de una banda sonora icónica capaz de transmitir angustia o aflojar el ritmo. Éste no encontró un digno sucesor hasta las genialidades 'Losties', angustiosas y dramáticas, concebidas por Michael Giacchino.
Diversos grupos intentaron subirse al carro del éxito reescribiendo escenas en formato de canciones pegadizas. Unos resultaron más obvios, como 'Laura Palmer' del grupo Bastille, otros más abducidos e influenciados por las 'secuencias rojas' de la serie, 'Doppelgänger' de The Antlers.
Dejémoslas sonar mientras esperamos, taza de café en mano, la cita de Laura y Dale. La que llevan (y llevamos) esperando 25 años. Parece que queda poco porque, tal y como han tuiteado David Lynch y Mark Frost recientemente: "Queidos amigos está sucediendo de nuevo". Delirio.
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Doménico Chiappe | Madrid
Javier Bienzobas (Gráficos) y Bruno Parcero
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