Chloë Grace Moretz, musa del cine de terror

Mujer rubia, bella, inocente y vulnerable acuciada por extraños sucesos. ¿Les suena? Es casi el abecé del género desde los tiempos de quien sentó sus códigos, Alfred Hitchcock. Y Chloë Grace Moretz se amolda como pocas. Desde que debutase en la pequeña pantalla con apenas siete años y en la grande con ocho precisamente con una película de terror, 'La morada del miedo' (Andrew Douglas, 2005), la actriz ha tenido una especial querencia por las historias espeluznantes. Baste recordar que también figuraba en el reparto de 'Zombies' (J.S. Cardone, 2006), donde una mujer se mudaba con sus dos hijas a un pueblo rural en el que décadas atrás perecieron decenas de niños que habían quedado atrapados en una mina para acabar descubriendo que no todo era como parecía. Por no hablar de los ya citados remakes de 'Déjame entrar', versión de la cinta sueca del mismo título que adaptaba una novela de John Ajvide Lindqvist y que le valió a Moretz numerosos galardones por su interpretación de Abby, la niña con la que entabla amistad un joven solitario cuyos padres se han divorciado y que sufre el acoso de sus compañeros de clase; y de 'Carrie', traslación cinematográfica de la primera novela de Stephen King que ya llevó a la gran pantalla Brian De Palma en 1976 y que Kimberly Peirce retomó con la joven en el papel que antes correspondiera a Sissy Spacek. Un rol este último que le hizo acreedora del reconocimiento a la mejor actriz joven por parte de la Academy of Science Fiction, Fantasy & Horror Films de Estados Unidos.

Moretz es, pues, una veterana en estas lides pese a su corta edad. Pero, ¿qué es lo que la ha convencido de asumir el reto que plantea 'Suspiria'? Para dar respuesta a esta pregunta seguramente hay que poner en valor lo que el filme original supuso para el género de terror. Dario Argento se había hecho ya con un nombre gracias a 'El pájaro de las plumas de cristal' (1970), 'El gato de las nueve colas' (1971) y 'Cuatro moscas sobre terciopelo gris' (1972). Pero fue 'Rojo oscuro' (1975) la película que le consagró. Durante su rodaje conoció a Daria Nicolodi, protagonista de la cinta y con la que inició una relación sentimental. Y fue la actriz la que le dio la idea para su siguiente largometraje. Le contó que su abuela había asistido a una academia de danza en la que, decía, también se practicaba la brujería. El cineasta había encontrado el material que buscaba. Junto a Nicolodi desarrollaría el libreto de 'Suspiria', título para el que resultaría clave asimismo la lectura de una obra de Thomas de Quincy, 'Suspiria de Profundis', y en el que sobrevolarían también elementos de la literatura de Edgar Allan Poe.

Exhibición cromática

"Suzy Bannion decidió perfeccionar sus estudios de ballet en la más prestigiosa escuela de Europa. Escogió la alabada escuela de Friburgo. Un día, a las nueve de la mañana, salió del aeropuerto Kennedy en Nueva York y llegó a Alemania a las diez cuarenta y cinco de la noche, hora local...". El inicio de la cinta auguraba emociones fuertes. Y lo que venía a continuación respondía con creces a las expectativas. Jessica Harper ('Recuerdos') era la encargada de meterse en la piel de la protagonista, una joven cuyos deseos de aprender danza se veían alterados por una sucesión de extraños acontecimientos tras los que se escondían los terribles secretos del centro. El barroquismo de la película y la exhibición cromática valiéndose del technicolor que en ella hacía Argento casi dejaban en segundo plano la trama, pero sólo casi. Y la banda sonora, obra del grupo Goblin, era el aderezo perfecto para esa atmósfera de pesadilla que inundaba todo el metraje, el complemento imprescindible para el torrente de perturbadoras escenas que helaban la sangre del espectador: del corazón apuñalado que sigue latiendo a los susurros entre las sombras de los personajes.

Dario Argento empleó en 'Suspiria' el horror para hacer poesía. Y aunque trató de mantener el pulso en las otras dos entregas de la 'trilogía de las tres madres', no alcanzó las cotas de la primera. El rodaje de 'Inferno' se vio sacudido por múltiples problemas que incidieron en la calidad del filme, y para acometer el de 'La madre del mal' hubo de aguardar hasta 2007. El alarde visual de esta última andaba muy lejos de la original -el presupuesto se había visto fuertemente mermado- si bien el guión ganaba coherencia respecto a 'Inferno'. Insuficiente, en cualquier caso, para satisfacer a unos fans que tenían el listón muy alto.

Esos mismos seguidores son los que dirimirán ahora lo acertado del remake que dirigirá Luca Guadagnino ('Melissa P.') y en cuyo reparto, además de Chloë Grace Moretz, destacan Dakota Johnson ('Cincuenta sombras de Grey'), en el papel de Suzy Bannion; Tilda Swinton ('¡Ave, César!'), en el de la temible Madame Blanc; y Mia Goth ('Everest'), que al igual que Chloë Grace Moretz será una de las alumnas de la terrorífica escuela de danza. Guadagnino ha hecho hueco asimismo a Jessica Harper en un guiño a la película de 1977. Pero pese a ello, y para salir bien librado de la empresa, tendrá que vencer las fuertes reticencias de Dario Argento, quien no ha dudado en manifestar su decepción porque no le hubiesen pedido consejo antes de abordar el proyecto y ha expresado su convicción en lo innecesario del remake. "La película tiene un tono específico. O lo haces exactamente del mismo modo, en cuyo caso no es un remake sino una copia, lo cual no tiene de sentido, o cambias cosas y haces otra película. En ese caso, ¿por qué titularla Suspiria?", ha proclamado sobre una cinta cuyo rodaje comenzará este mes en Italia y Hungría y cuya financiación corre por cuenta de Amazon Studios, que también distribuirá la película. ¿Será capaz Luca Guadagnino de revertir su opinión? El tiempo dirá.