Ecos del pasado

Ford explora la delgada línea que existe entre el amor y la crueldad, la venganza y la redención, a través de la historia de una mujer, una galerista de prestigio, que rehace su vida tras separarse de su marido. La recepción de un paquete, un libro escrito por su ex, le hace replantearse su existencia. La protagonista está atrapada entre el pasado y el presente.

Ford, también guionista del filme, adapta la novela Tres noches, escrita en 1993 por Austin Wright. «La escritura del guion es la parte que más me gusta de hacer cine», relata el director. «En esa fase, la película es mía, solo existe en mi cabeza y en su forma más perfecta. Para mí, lo primero es recoger imágenes que tengan que ver con los personajes y sus mundos».

El director busca interiores, decorados, personas reales que comparten los mundos de los personajes que está creando y sólo entonces empieza a escribir. Los personajes, explica, se mueven en dos mundos y él se siente familiarizado con ambos. «Crecí en Texas y en Nuevo México, por lo que me fue fácil escribir la parte de la historia que transcurre en la parte oeste de Texas, y también conozco el ambiente algo enrarecido en el que habita la protagonista en Los Ángeles».

Toma a toma

«Visualizo cada sonido, cada imagen; escribo el guion casi toma a toma», continúa el realizador. «Cuando llega el momento de rodar, todos los detalles de lo que quiero grabar están muy claros en mi cabeza. Pero lo mejor de trabajar con buenos técnicos y magníficos actores es que, en muchas ocasiones, en el rodaje ocurren cosas espontáneas».

Animales nocturnos destaca por méritos propios en una cartelera que empieza a acusar el cansancio de la irregular temporada de estrenos, a la puertas de la Navidad.