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Borja Crespo
Jueves, 9 de febrero 2017, 19:58
El casamiento entre el cine comercial y los grandes fenómenos literarios es incuestionable. Desde un punto de vista estrictamente económico es inevitable el nacimiento de franquicias a partir de best sellers. El lanzamiento de una adaptación del papel a la gran pantalla tiene mucho camino ... hecho desde el punto de vista de la promoción, por eso hay llamativas colas en las salas el día de su estreno, convirtiéndose la señalada fecha en un acontecimiento que lleva la publicidad implícita. Hay un target importante interesado en el producto sin que todavía haya visto la luz en la cartelera, con lo cual el matrimonio tiene visos de no divorciarse.
Aunque el género young adult se lleva la palma, pelotazos como Cincuenta sombras de Grey no pasan desapercibidos para los jerifaltes de Hollywood que buscan ansiosos la gallina de los huevos de oro. En este caso, una trilogía de novelas de dudosa calidad que ha atraído al personal, sobre todo femenino, con la excusa de ofrecer unas dosis de erotismo y BDSM (iniciales en inglés de dominación y sumisión; sadismo y masoquismo) light.
Sin garra
Porno edulcorado y sadomaso descafeinado para las masas, el sexo vende y da igual que esté mejor o peor escrito cuando llega a quien tiene que llegar. No se puede quitar el mérito en este sentido a la máxima responsable del superventas, E. L. James, que ha vendido millones de ejemplares de una serie de libros que partieron de un fanfiction de la saga Crepúsculo, léase un relato escrito por una fan a partir de una obra que idolatra.
Tras el éxito de Cincuenta sombras de Grey, cinematográficamente un aburrimiento -y una fuente de humor involuntario-, llega la secuela, que ya estaba planificada, Cincuenta sombras más oscuras, que precede al cierre con Cincuenta sombras liberadas, cuyo estreno está previsto para comienzos de 2018. El guaperas millonario Christian Grey, que no podía ser un paria tirado del que enamorarse, sigue explorando sus demonios con Anastasia Steele, la joven confusa. Dakota Johnson, la hija de Don Johnson y Melanie Griffith, continúa con su papel de mosquita muerta, mientras Jamie Dornan (The Fall) ejerce de ejecutivo agresivo, en todos los sentidos.
Dirige James Foley, responsable de Seduciendo a un extraño y de algunos capítulos de series de televisión como House of cards o Billions. Dakota viene de rodar el remake de Suspiria, la obra magna de terror de Dario Argento, y no lo hacía mal de Lolita en Cegados por el sol, pero la fuerza y la garra no parecen ir con ella, no todo va en los genes. La gloria lleva la etiqueta de lo políticamente correcto.
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