Los adolescentes, los más afectados por la 'enfermedad del beso'

Todos en nuestra adolescencia hemos conocido a alguien que se había contagiado del virus de Epstein-Barr, popularmente conocido como la 'enfermedad del beso'. Y parece que nada ha cambiado desde entonces, ya que un análisis realizado por Cegedim Health Data España, confirma que los adolescentes entre 15 y 19 lideran el ranking en cuanto a diagnósticos de esta enfermedad infecciosa.

Partiendo de que es una infección que casi siempre es trasmitida mediante besos o intercambio de saliva, es lógico que entre la población adolescente tenga su mayor incidencia. Lo llamativo es que, solo en 2022, esta infección ha supuesto en esta franja de edad un 32% del total de los diagnósticos. En contraste, a partir de los 20 años las cifras empiezan a bajar drásticamente. En la franja de 20 a 24 años la prevalencia de diagnósticos se mantiene en torno al 10%, de los 25 a 29 cae y se sitúa en torno al 8-9% del total, y a medida que aumenta la edad se reduce incidencia, llegando a cifras mínimas a partir de los 60 años.

En cuanto a sexos, la prevalencia está bastante repartida, aunque el género femenino presenta cifras ligeramente superiores con casi un 53% versus un 47% del masculino, y siendo algo más evidente en la franja de los 15 a 19 años donde el género femenino representa el 55 % de los casos.

Lógicamente, la época covid hizo mella en el impacto de esta infección entre la población (confinamiento, clases on-line, etc.). Según datos de la consultora, el número de casos descendió un 32% en comparación con los casos diagnosticados en 2018, mientras que el año pasado se volvió a cifras previas al covid, y con un crecimiento del 60% con respecto a 2021.

Entre los datos revelados por esta investigación llama especialmente la incidencia durante la primavera. Esto se debe a que, con días son más largos y buen tiempo, la gente más joven sale con más frecuencia y por ello son los más afectados por este virus.

La monocucleosis se contagia a través de fluidos corporales, especialmente de la saliva, por lo que un beso (de ahí su nombre popular) puede ser suficiente para contraer la enfermedad. Cualquier contacto con saliva de una persona infectada puede servir para transmitir el virus. Beber del mismo vaso, compartir cubiertos o un simple estornudo pueden ser suficiente, ya que se trata de una enfermedad altamente contagiosa.

Actualmente no se ha desarrollado ningún medicamente específico para tratar este virus, por lo que suele recurrirse a tratamientos de apoyo, basados en el descanso, la hidratación y fármacos que bajen la fiebre y calmen el dolor.

No se debe besar a la persona afectada hasta que al menos haya desaparecido la fiebre. Normalmente se generan anticuerpos en aquellas personas que ya han pasado la enfermedad, así que no suele volver a contraerse.

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