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No es amor, es obsesión: cómo identificar la dependencia emocional en pareja

No es amor, es obsesión: cómo identificar la dependencia emocional en pareja

PSICOLOGÍA ·

Esta mala gestión de una relación puede suponer dificultades en nuestra vida social y baja autoestima

Haizea Gómez

Santander

Martes, 11 de mayo 2021

«No, no es amor, lo que tú sientes se llama obsesión». Así lo cantaba el grupo musical 'Aventura' en uno de sus éxitos veraniegos. Pero esta frase describe también la situación emocional de muchas personas. ¿Dónde está el límite que marca la diferencia entre estar obsesionados o estar enamorados? Nuestra cultura está llena de mensajes sobre el ideal romántico del amor que relacionan estar enamorado con estar obsesionado, con sufrir durante la relación. Sólo hay que echar un vistazo a las apasionadas historias en el cine, en la televisión y las letras de las canciones para comprobarlo. Y en la realidad no hay princesas o príncipes azules, sino que en muchas parejas se oculta un problema de salud mental en el que más que estar vinculados de forma sana a otra persona, estamos 'enganchados' a la misma.

La dependencia deberíamos entenderla como una adicción. Como una adicción al alcohol, a las drogas o a cualquier sustancia, pero en este caso es hacia otra persona. Se genera un enganche tóxico: como con las adicciones, hay una necesidad. «Estoy contigo porque te necesito». No porque esa elección se produzca de manera consciente, porque la otra persona realmente suma y aporta.

Cuando una pareja te dice «no me dejes, te necesito» o «si me dejas, me muero», lo que tenemos que hacer es salir corriendo sin mirar atrás. No deberíamos tolerar nunca ese mensaje, porque es un indicativo de que algo va muy mal, tal y como explico en el vídeo que puedes ver en la parte superior.

La dependencia también tiene síndrome de abstinencia: cuando intentamos irnos del lado de esa persona porque vemos que aquello no va bien y que no es lo que queremos, nos entra una necesidad imperiosa de volver a consumir, de volver otra vez. Y no nos calmamos hasta que no estamos al lado de esa persona, aunque después digamos: «¿Qué he hecho?», «otra vez me he vuelto a poner aquí y tengo que salir». Hay recaídas.

Pensad en alguien que tiene adicción a las drogas. Si quiere salir de esa adicción, ¿qué debería hacer? Dejar de consumir. Ocurre lo mismo con la dependencia emocional: para conseguir salir, debe hacerse contacto 0 (0 consumo, 0 contacto con la persona).

  1. Diferencia entre el amor romántico (el amor tóxico) y el amor maduro y sano

El de los cuentos y películas

Amor romántico

-Se dice que el amor está en el corazón. ¡No! El amor, al igual que el sexo y todo cuanto nos pasa, está en el cerebro. Y eso significa que se puede razonar, que se puede pensar…

-La idea es que el amor dura toda la vida.

-Creemos en las almas gemelas. En encontrar a la persona que encaja contigo y ya está.

-«La persona ya cambiará, irá modificando todo aquello que no nos guste».

-Supone lucha y sufrimiento; «si duele, hay amor».

-Parte de un modelo clásico ideal de la familia; «si estamos todos unidos con la familia hasta el final, pase lo que pase, aunque las cosas vayan mal, así es como tiene que ser».

El que es igual a bienestar

Amor maduro y sano

-No es «es que amo y ya está y está todo permitido». Se analiza todo lo que nos sucede.

-En el amor nunca hay garantías. Puede durar toda la vida pero no tenemos garantías, nadie lo puede saber.

-Estamos en constante evolución, en constante cambio y puede ser que con esa persona hasta cierto momento hayas sido feliz, pero que la situación cambie.

-Hay aceptación total del otro, con su cara A y su cara B.

-No es el amor el que duele, es el desamor o es que nunca lo ha habido. Parte de la facilidad y nos ayuda al crecimiento.

-Se sabe que cuando una relación familiar ha dejado de funcionar (si estamos más días mal que bien, si nos estamos haciendo daño, si no estamos siendo un buen modelo para nuestros hijos), es mejor una separación consciente (decidimos alejarnos el uno del otro con respeto, con generosidad e intentamos hacerlo lo mejor posible para nuestros hijos).

Todas las personas acabamos encontrando el amor que creemos merecer, pero normalmente merecemos mucho más de lo que creemos. Una relación sana es aquella que nos aporta bienestar y crecimiento. Pero si sientes que te tienes que anular, destruir o que tienes que dejar de ser tú para que el otro sea feliz o para que la relación funcione, entonces no hay duda: estás con la persona equivocada.

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