En una relación saludable de pareja no vale todo

Vivir de forma incondicional el amor más sincero y noble existe, es aquél en el que se ve implicado todo nuestro ser sin pedir nada a cambio, es aquel que se experimenta desde lo más profundo. Es el amor que en su mayoría, todos estaríamos dispuestos a firmar con los ojos cerrados siempre y cuando las partes se implicasen plenamente en su hacer, ya sólo esto deja al descubierto una condición.

La realidad es que en el amor no todo se da de forma incondicional, en las relaciones de pareja se ven implicadas dos personas que tienen su propia identidad, sus valores personales, gustos e interés que pueden provocar desajustes a la hora de dar y recibir sentimental. Para propiciar una pareja en la que los componentes se aporten e interactúen de forma constructiva y sana se ha de tener presente la necesidad de establecer condiciones y límites que no erosionen la mente y el corazón del otro y a su vez no desgasten la relación.

Uno de los pilares del ser humano que se ve tambaleada cuando se entiende que todo vale es la autoestima y se ve invadida y menospreciada la identidad personal. Estos son aspectos que todos y cada uno de nosotros necesitamos cuidar para conseguir que el amor de pareja sea saludable.

El amor es un sentimiento y el nexo entre dos personas que se tienen que relacionar y a su vez manejar dicho sentimiento. En este fluir de la interacción es cuando dos personas con dos autoestimas, dos identidades, valores, gustos y principios han de bailar al compás y en ocasiones ese ritmo no es fácil y puede llegar a ser muy diferente. Muchas personas se ven envueltas en historias que pese a saber que no les conviene sienten un amor incondicional, que lejos de aportarles felicidad y bienestar personal, les mantienen en un sufrimiento constante, aún sabiendo que lo más adecuado sería tomar distancia y alejarse de esa relación.

Para mantener un amor de pareja saludable y en armonía es esencial establecer unos límites. Los límites permiten que se dé un crecimiento común e individual en la relación, conociendo y valorando los intereses del otro, que nos van a proporcionar mayor bienestar a ambos, facilitando el empoderamiento de las identidades de las dos partes.

Estos a su vez, favorecen que los miembros de la pareja desarrollen la asertividad, que mantengan su parcela individual de acciones y opiniones pudiendo relacionarse óptimamente. Previenen las crisis de pareja y alargan la vida de la relación.

Todos estos beneficios que se dan al establecer unas condiciones y límites en la interacción de la pareja, hacen que el sentimiento del amor entre dos personas se convierta en un amor saludable y altamente gratificante.

Recuerda: «En el amor de pareja no todo vale».