Descubriendo la autoestima, esa gran desconocida
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Se va construyendo a través de las diferentes etapas de la vida y resulta cambiante en base al juicio que permite gestar la identidad de la personaUno de los pilares de la estructura psicológica de una persona es la autoestima. Componer el concepto que uno tiene de sí mismo es algo que se va construyendo a través de las diferentes etapas de la vida, en especial en la infancia, la adolescencia ... y la joven edad adulta, pero no olvidemos cuidarlo el resto del proceso vital.
Se podría decir que en la coctelera de la vida, la autoestima es el cóctel que resulta de agitar pensamientos, percepciones, sensaciones, acciones, valores, sentimientos y opiniones externas que dan como resultado un auto-juicio que no siempre contiene las mismas dosis de buen sabor.
La autoestima es cambiante en base a ese juicio que permite gestar la identidad de la persona. El problema aparece cuando ese juicio tiene como elementos esenciales el rechazo, la falta de apreciación y la desvalorización de uno mismo, provocando un dolor interior que en muchas ocasiones daña notablemente la estructura psicológica de la persona.
Cuando nuestra autoestima se tambalea y se resiente, nos influye en nuestra forma de relacionarnos con uno mismo y con los demás. Al estar herida, se generan más dificultades a la hora de interactuar con los demás y con uno mismo, de abrirse camino en la búsqueda de trabajo, de manifestar su sexualidad, de afrontar los problemas y buscar soluciones o de recibir las críticas y los rechazos de los demás. En definitiva, afecta en todas las áreas de la vida de la persona.
Conocer los factores que pueden ser limitantes y que pueden influir de forma negativa en la elaboración de ese cóctel de la autoestima es vital para poder construir o reconstruir una autoestima saludable. En esta ocasión, me gustaría invitarte a reflexionar ante los cuatro puntos que aquí te brindo. ¿Cómo vas de...?
Pueden llegar a ser tóxicos
Se van formando en base a las necesidades que presenta la sociedad en la que uno se desenvuelve, especialmente para sentirse parte del grupo, querido, valorado o seguro. Lejos están de la verdad plena. Los límites, reglas y deberes forman parte de nuestras vidas y nos permiten movernos a nivel individual y en sociedad. El problema llega cuando se convierten en ideas inflexibles, no realistas, incuestionables y que se imponen ante sentimientos y necesidades. En este caso se convierten en deberes tóxicos.
Algunos ejemplos de este tipo son los «deberías»: Debería ser una persona intachable. Debería ser el mejor en mi trabajo. Nunca debería sentir atracción por nadie que no sea mi pareja. Debería procurar mantener siempre la calma. Debería estar feliz con lo que tengo...
Este tipo de reglas y deberes afectan de forma directa a nuestra autoestima y la machacan. Recuerda, las normas y reglas han de ser flexibles, adaptadas a la realidad de la persona y de su entorno. Anímate a identificar tus deberías tóxicos, revisarlos y eliminarlos, siempre estamos a tiempo de cambiarlos.
Aprende a aceptar los errores
Crecer en un entorno en el que se mantiene la búsqueda constante de una vida perfecta y haciendo lo correcto sin dar tregua a los errores, nos sumerge en el exigente mundo de seguir la senda de lo idóneo, que sin darte cuenta te sumerge en la insatisfacción constante y, en consecuencia, acaba pasando factura a la idea de ti mismo. El perfeccionismo inflexible te convierte en una de esas personas que derrocha la maravilla de lo imperfecto del momento y de la enseñanza que nos brindan los errores cometidos.
Tengamos claro que la autoestima está muy lejos de lo que es ser perfecto. Una autoestima saludable se encuentra muy ligada a la propia aceptación de ser un ser único con debilidades y fortalezas, habilidades y torpezas, consiguiendo llegar a sentirse bien con uno mismo aún cometiendo errores y sin automacharse por haberlos cometido.
Recuerda, no sabotear tu autoestima castigándote con la voz de la conciencia por no hacer las cosas a la perfección, aprovecha los errores para que se conviertan en lecciones de vida. Ten presente que todo el mundo los comete y que tomar conciencia de ellos te abre camino a poder cambiar.
Cuidado con las opiniones
Esa voz crítica que todos llevamos dentro y que en los momentos de dificultad se hace eco latente de todo aquello que desde niños nos han ido sembrando a través de nuestros oídos; sus miedos, sus gustos, sus condiciones, sus rechazo o sus ideas de lo correcto e incorrecto, entre otras muchas ideas de los otros, que han condicionado la forma de sentir, pensar y actuar que mostramos. Ser extremadamente sensible a las críticas de los otros y especialmente a las no constructivas y tratadas con respeto, es un arma muy dañina para la autoestima.
Recuerda, cuida las opiniones que regalas a los oídos del otro, ten presente que todos llevamos una voz crítica en nuestro interior y que la opinión de los demás puede llegar a ser su aliada o su enemiga.
Cuidado con el miedo al rechazo
La ausencia del sentimiento de valía y la falta de asertividad son síntomas de la autoestima baja. El miedo al rechazo fomenta que los deseos propios se vean como no merecidos y se les da prioridad a las peticiones o deseos de los demás. Complacer siempre a los otros se convierte en uno de los factores que debilita tu identidad.
Recuerda, aprender y practicar el hacer peticiones, rechazar propuesta, negarse ante lo que no nos apetece o decir lo que nos gusta y no nos gusta, es clave para proteger y revitalizar la autoestima.
¡Amig@s de Cantabria DModa, espero que estas pinceladas para la autoestima os sirvan de reflexión!
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