Tirarse horas bajo el sol no es saludable y tampoco garantiza un color bonito. El éxito está en cuidar la piel antes, durante y después de la exposición al sol. ¡Te contamos cómo hacerlo!
MAITANE OLMEDO
Domingo, 25 de abril 2021, 11:57
El sol tiene numerosos beneficios para nuestro organismo. Una exposición controlada aumenta el optimismo, reduce los estados depresivos y ayuda a sintetizar la vitamina D. Pero tostarse al sol sin protección ni sentido común puede causar graves consecuencias para nuestra piel, desde quemaduras, sequedad o envejecimiento prematuro hasta cáncer de piel.
Aquí algunas pautas para disfrutar del astro rey con responsabilidad y conseguir un buen bronceado:
Oxigenar la piel
1. Exfoliación
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Exfoliar la piel periódicamente permite aportar luminosidad, homogenizar el tono y conseguir una suavidad más que aceptable. Además, gracias a esta rutina, se produce una mayor oxigenación a nivel celular que previene el envejecimiento prematuro de la piel. Por si esto fuera poco, la exfoliación también estimula la microcirculación superficial, consiguiendo una activación y una tonificación, devolviendo de esta manera la vitalidad perdida, preparándola para su exposición durante la exposición solar.
Evita exponerte de 12.00 a 16.00
2. Moderación
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¡Ten paciencia! No siempre podemos exponernos al sol, ya que los rayos ultravioletas que este emite pueden ser extremadamente dañinos si abusamos de ellos. Por eso te aconsejamos que evites las horas puntas de 12:00 horas de la mañana hasta las 16:00 de la tarde. Es fundamental tomar el sol durante periodos cortos de tiempo. Es decir, tener varias exposiciones pero de corta duración. Siempre debemos ir protegidos y elegir lugares donde tengamos una zona sombría a mano, en especial si vamos acompañados de niños. El tiempo aconsejado es de 10 a 20 minutos en la época estival.
Vitamina C y agua
3. Alimentación
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Una alimentación rica en vitamina C y agua ayuda a que la piel adope un color dorado -o tostado- en algunas pieles. Alimentos como la naranja, el limón o el kiwi son ricos en los nutrientes previamente recomendados. Una dieta rica en propiedades antioxidantes que contengan betacaroteno y ácidos grasos te ayudará a broncearte más fácilmente y en menos tiempo. Incluye en tu dieta diaria ensaladas con alimentos bronceadores como tomates y zanahorias bañados en aceite de oliva virgen extra, así como pescado azul como el atún, que además de los ácidos grasos omega-3, aporta elasticidad y firmeza a la piel.
Prevenir el envejecimiento
4. Protección solar
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La piel es mucho más que la capa que recubre todo nuestro cuerpo: es un órgano -el más grande del ser humano- que se encarga principalmente de protegernos de todas las influencias externas nocivas, como los elementos químicos, radiaciones o infecciones. Además de esta importante función protectora, la piel regula la temperatura corporal y la pérdida de agua, permite la síntesis de vitamina D y nos facilita el sentido del tacto. Está más que comprobado que las que llevan protección solar diariamente son la más saludables, ya que a largo plazo las cremas ayudan a prevenir problemas como el envejecimiento cutáneo.
Para prolongar el bronceado
5. 'Aftersun'
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Es importante utilizar algún tipo de crema hidratante, leche reparadora, o un prolongador del bronceado. Se requiere mucha hidratación después de tomar el sol, ya que nuestra piel habrá estado sometida a un exceso de calor, algo que produce gran sequedad. Mantener el cuerpo hidratado es todo lo que se necesita para obtener un bronceado sano.
Llegarán los días de sol y, con todas las medidas de seguridad, volveremos a nuestras playas infinitas y hay que cuidarse...
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