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¿Cuántas veces te has visto envuelta o envuelto en una conversación con tu pareja en la que tu sentimiento interior es que no te ha escuchado?
Con frecuencia, cuando una pareja llega a consulta, una de las expresiones que más escuchamos es: «Mi pareja no me escucha cuando le hablo», «No le importa lo que digo», «Nuestro mayor inconveniente es que no nos entendemos», entre muchas otras.
En la mayoría, este problema no existía al inicio de la relación, esa etapa en la que nos sentimos embriagados por la magia del enamoramiento, donde nuestros sentidos están hiperfocalizados en la otra persona y toda nuestra atención se centra en sus gestos, palabras y movimientos. Es un periodo que nos permite acercarnos y crear un vínculo que facilita el crecimiento mutuo. En ese momento, ambos miembros de la pareja perciben que el otro está presente cuando le habla y se sienten escuchados; incluso, todo lo que dice el otro puede parecer admirable y no es cuestionado.
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Sin embargo, con el paso del tiempo y la superación de la etapa del enamoramiento, se pierde la intensidad propia de la novedad de la relación, y es entonces cuando surge el verdadero reto: construir una pareja en la que haya espacio tanto para la vida en común como para la identidad personal de cada uno. Este es el momento en el que ambos deben cultivar y fomentar su crecimiento conjunto dentro de una relación basada en el respeto, la presencia y el amor, donde prime la convicción y la elección de estar juntos. ¡Sentir que estás en el lugar adecuado con la persona correcta dentro de una relación saludable!
Otra de las grandes quejas que surgen cuando se ha perdido la escucha en la pareja es: «Estamos en el sofá viendo una serie que se supone que es para compartir... y veo que está con el móvil en la mano. Cuando le hago una pregunta, no contesta... ya no es que no me escuche, es que ni me oye».
En la actualidad, es muy común quedar atrapados en la multitarea, con ritmos de trabajo absorbentes y dando demasiado espacio a las redes sociales, perdiendo el contacto real con quienes tenemos a nuestro alrededor. Esto afecta directamente la comunicación con la pareja. Compartimos espacio, pero al interactuar, se da por sentado que oír es lo mismo que escuchar, cuando en realidad no lo es. Escuchar implica mucho más que simplemente oír.
Practicar una buena escucha es clave para construir una relación sana. En particular, la escucha activa es crucial para una comunicación efectiva y para el crecimiento de la pareja a lo largo del tiempo. Es una técnica esencial que ambos miembros deben tener presente, ya que permite fortalecer la conexión, transmitir empatía, salir de la propia perspectiva y reflexionar sobre las ideas del otro. Además, favorece la resolución racional de problemas, mejora la conexión emocional y refuerza la complicidad.
Aquí te dejo cuatro claves esenciales para practicar una escucha activa que mejore la interacción con tu pareja:
Mantener el contacto visual. Esto permite que ambos sientan que la otra persona les está prestando atención y es el primer paso para dar valor a lo que el otro quiere transmitir. A través del contacto visual, se estrecha ese vínculo invisible que transporta la información de ida y vuelta.
Implicar el lenguaje no verbal. Cada gesto, expresión facial y movimiento corporal reflejan el grado de atención y presencia en la conversación. Recuerda que las señales no verbales pueden acercarte o alejarte; detalles como asentir con la cabeza, sonreír o descruzar los brazos pueden facilitar la conexión.
Reproducir con tus propias palabras lo que tu pareja ha dicho. Esto, conocido como parafraseo, ayuda a que la otra persona se sienta entendida. Reflejar sus palabras fortalece la sensación de ser escuchado y permite generar un espacio de reflexión y comprensión mutua.
Trasmitir la aceptación de los sentimientos de la otra persona aunque no estemos de acuerdo. Esto es lo que se denomina validación y es un componente esencial de la escucha activa, porque permite dar espacio a la identidad de cada una de las partes y practicar lo que es el respeto mutuo.
Recuerda que crear y mantener una relación sana requiere compromiso. El éxito de la pareja está en encontrar un equilibrio entre la identidad conjunta y la individualidad de cada uno. Para ello, una comunicación saludable es fundamental, y sin escucha activa no es posible construir verdaderos lazos de conexión.
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