Mitología y retratos, lo que más se tatúan los cántabros

El estigma de los tatuajes, poco a poco, con el paso del tiempo se ha ido borrando y ya cada vez es más normal ver gente tatuada. Hay diseños que cubren toda la espalda, brazos o piernas, otros que son pequeños y luego ya algunos que literalmente recorren todo el cuerpo. Pero, dentro de todos estos tatuajes, ¿cuáles son los que más se hacen los cántabros? En esta ocasión, desde El Diario Montañés se ha contactado con dos estudios de la región para conseguir una radiografía genérica sobre los tatuajes más demandados entre los vecinos de la comunidad. Ambos profesionales coinciden en que, para los tatuajes, el tamaño sí importa, e importa tanto, que prácticamente 'marca' el diseño del mismo.

Si el tatuaje es grande, los cántabros optan por retratos de seres queridos, guerreros, animales o mitología cántabra, además de la estela. Sin embargo, si es de menor tamaño, la mayoría prefiere una frase, números, nombres o diseños más sencillos. Los motivos para hacerse tatuajes son muy variados. Según explican los profesionales, en algunos casos «prevalece mucho la moda y en otros pesa una mayor carga simbólica, porque suelen ser un homenaje».

El primer tatuador en abordar esta cuestión es David Poncela, un profesional que lleva 17 años tatuando y que durante ese tiempo ha acudido, y también participado, a multitud de eventos y convenciones nacionales e internacionales. Poncela dirige en Santander 'Alma Mater Tattoo', un estudio formado por diversos artistas que abarcan prácticamente todos los estilos. Pero, pese a ese gran abánico, si hay una temática por la que se decanta es la del realismo en blanco y negro.

Según afirma, sus clientes optan por tatuarse grandes tatuajes de animales, geishas, gladiadores y guerreros nórdicos y cántabros. «Trabajamos mucho la mitología cántabra y los retratos», añade. Igualmente, subraya que hay clientes que dentro de estos diseños buscan un significado personal. «Si uno me pide un león con dos cachorros, es porque esos tres animales representan a sus dos hijos y a él mismo», continúa Poncela, quien explica que la gente les «dan la idea y nosotros preparamos el diseño». «No copiamos a nadie y cada diseño es único», asegura. Asimismo, Poncela afirma que también tatúan piezas «sencillas, aunque lo que menos», en las que mayormente destacan «muchos tatuajes de nombres y mariposas».

Un ejemplo de éstos es el de Ruth Beitia, ya que la atleta cántabra acudió a su estudio para tatuarse los aros olímpicos tras conseguir la medalla de oro en Río 2016. El profesional cree que «ya cada vez hay menos prejuicios en torno a los tatuajes». «Desde que se los hacen cantantes y futbolistas, se ha ayudado mucho a que se quite ese estigma», bromea Poncela, quien asegura que nunca haría un tatuaje «si tiene alguna connotación política o racista».

Asimismo, en la comarca del Besaya, se encuentra el estudio 'Flash Body Fashion', donde el tatuador David Pico, que lleva 25 años en la profesión, afirma orgulloso que tiene clientes de tercera generación. «Yo he tatuado a abuelos que vinieron a mi estudio con sus hijos y que ahora vuelven con sus nietos», añade. Pico admite que en cuestión de tatuajes suele contar con un tipo de perfil más adulto, mientras que los piercings recaen más para los jóvenes. El tatuador explica que su estudio es una «evolución» de una típica tienda de complementos de Torrelavega, fundada en 1987, pero fue en el año 1999 cuando «se dio el paso» y decidieron tatuar. «En aquella época era una auténtica novedad», destaca Pico. Respecto a lo que más se tatúan los cántabros tiene claro un aspecto, el tamaño del tatuaje.

Según cuenta, si es pequeño los clientes suelen optar por «el simbolismo y el arte literario, con muchas frases y letras». «Cada uno viene a plasmar una idea o algo que no quiere olvidar», explica. Sin embargo, si el tatuaje es de un tamaño mayor, su público opta más por animales, como osos o tigres, y por motivos cántabros, como su mitología o la estela. «En el diseño grande hablamos de su vida y de sus recuerdos, con momentos personales importantes como accidentes, personas fallecidas o retratos», indica Pico, quien admite que «en cuanto a los pequeños prevalecen más las modas». Al igual que su compañero de profesión, se niega a hacer tatuajes que tengan connotaciones políticas porque él prefiere «no meterse en ello, pero hasta cierto punto». «Me han llegado diseños con historias nazis y emblemas de ese tipo y lo he evitado. Puedo ofender a mucha gente y no quiero participar en ello», asegura Pico.

Mara López, gerente de Mara Tattoo en Santander.

Mara López, gerente de Mara Tattoo en Santander, señala que hace años los tatuajes reflejaban tendencias de ciertos grupos, pero en la actualidad, son para todos los públicos. Respecto a lo que más se tatúan los cántabros, López apunta que muchos de los que van a su estudio quieren recordar a seres queridos o también grupos de amigos que quieren tatuarse algo que les une y caracteriza. «Son tatuajes que están en tendencia y que son más comedidos», afirma.

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