El peinado que podría ponerse de moda entre las cántabras cuesta menos de 3 euros
BELLEZA DMODA ·
Y es que las pinzas, esos asequibles complementos que se utilizaban en los 90', se han convertido en el nuevo fenómeno capilar, defendido en las calles por iconos de moda como Bella Hadid o Chiara Ferragni
María Calvo
Santander
Lunes, 24 de mayo 2021, 11:51
La fiebre noventera alcanza esta primavera su plenitud con el regreso del utensilio capilar más inesperado de los últimos años: la pinza. Sin duda, se ha convertido en sí misma en un fenómeno viral de difícil digestión. Un accesorio a debate, de desprendimiento de ... retina para muchas y de escandalosa tendencia para otras. Cuando parecía que ya habíamos pasado por todos y cada uno de los estadios estilísticos que marcaron una época entre 1990 y 1999, vuelve como un boomerang del pasado la enésima guinda para este indescriptible pastel. Precedida por los 'baby-hairs', los coleteros (o 'scrunchies', como dicen las entendidas), las diademas en 'zig-zag' o las gomitas neón con las que las preadolescentes de los 90' nos trenzábamos el pelo cual Lucrecia, llega la pinza de plástico como último aderezo capilar.
Hablamos de esa pinza con la que te duchas cuando no quieres mojarte el pelo, de esa que te plantas en lo alto del cogote en un día tonto de pijama y Cola Cao. Esa misma que te ponen en las peluquerías cuando te cuadriculan la cabeza para hacerte las mechas y de las que las estilistas de antaño se adherían instintivamente a las solapas de la bata. Esas pinzas, que nos han salvado de tantos apuros de puertas para adentro, se convierten ahora en el último grito para salir a la calle y reavivar las melenas de las expertas 'fashionistas' de todos los estilos y pelajes.
El altavoz que ha puesto esta nueva moda sobre la mesa en nuestro país ha sido Carmeron, la cazadora de tendencias que está detrás de Devil Wears Zara, y todo su séquito de 'watchers'. Desde que detectaron a Bella Hadid, pinza en alto, no pueden parar de ver cómo este accesorio se multiplica bíblicamente como los panes y los peces. Y es que la top model norteamericana no ha dejado títere noventero con cabeza, estilísticamente hablando, y ha sembrado el germen de una procesión de peinados que no hemos dejado de ver entre las 'celebrities'. Y si los rostros conocidos coindicen, es por algo.
La 'influencer' Chiara Ferragni, por ejemplo, acumula pinzas de toda clase, tamaño y color, y está exprimiendo todo su potencial a base de posados en las redes sociales. La modelo y cantante Dua Lipa también ha sido avistada con su moño bien tirante, mientras que Kaia Gerber o Milly Bobby Brown lo llevan a su vertiente más refrescante para sujetar sus melenitas 'bob'. De Italia a Estados Unidos, haciendo escala en Francia, porque hasta Jeanne Damas, epítome del 'chic' parisino, ha salido a pasear por la ciudad del Sena con su pinza en la cabeza.
En España tenemos representantes tan internacionales como Rosalía, que se atreve con las tendencias más inhóspitas, o Elsa Pataky, que recogió su melena con una pinza blanca mientras bailaba con su flamante marido al ritmo de los Bee Gees. Úrsula Corberó, por su parte, lleva el peinado al extremo, sujetando su cabello corto con decenas de pincitas pequeñas. Mientras, Sara Carbonero, siempre discreta, se la pone en el estudio de grabación para presentar el espacio musical que lidera en Radio Marca. ¡Y tan estupenda!
Si nos retrotraemos a la época de esplendor de la pinza, detectamos entre sus bondades el haber coronado la melena más famosa, copiada y envidiada del 'star system' hollywoodiense: la de Jennifer Aniston. Eso sí, cuando se caracterizaba de Rachel Green en la serie 'Friends' y servía cafés en el Central Perk. Es más, también la llevó en el capítulo en el que se dio su primer beso con Ross Geller, una imagen que forma parte de la historia de la televisión. Ahora, que se ha anunciado la vuelta de la serie tras 17 años de ausencia, los medios especializados se han lanzado a repasar los mejores estilismos del personaje que marcó una era, tanto en la pequeña pantalla como en la industria de la moda. Algo que, a buen seguro, también va a contribuir en la nueva expansión de la pinza por el mundo.
Claves de experta
La estilista Alazne Montero confirma que estas pinzas son ideales y muy cómodas para aquellas que presumen de una buena cabellera. «Con este complemento me gustan mucho los moños a media altura, ni bajos ni altos, pero todo depende de las facciones de cada persona», explica. Sin embargo, un peinado de tendencia como es este tipo de recogido, puede dar sensación de dejadez si no se trabaja adecuadamente. «La clave para llevar este complemento es que el cabello esté limpio y brillante», asegura. Así que, nada de utilizar una pinza para ocultar un «bad hair day». La estilista desvela dos formas de hacerse este peinado, tan opuestas entre sí como favorecedoras. «Me gusta apostar por los extremos», afirma.
Lo primero que propone es conseguir un acabado relajado, bien creando una base de ondas o bien trenzando el cabello para recogerlo luego en un moño. «¡Siempre dejando sueltos los mechones delanteros!», puntualiza. La segunda fórmula tiene un punto más sofisticado y un acabado más pulido, «incluso con efecto húmedo», destaca. «El truco aquí está en recoger primero el cabello en una coleta, antes de hacer el moño. Así tensamos bien y no perdemos ese efecto pulido a lo largo del día».
Ante semejante 'boom', no es de extrañar que las firmas se hayan subido al carro, incluyendo en su selección de accesorios estas curiosas piezas. Eso sí, ya no son lo que eran. Dejando atrás las formas tradicionales, los materiales plásticos más obvios y los colores estridentes, ahora se pueden encontrar con formas de delfín - como la de Chiara Ferragni -de concha, de flores, en tonos pastel, con estampados e, incluso, personalizadas con joyas o letras a gusto del consumidor. Y es que, en plena era digital, para que algo triunfe tiene que ser bonito e 'instagrameable'. Oysho, Parfois, Agatha Paris, Bershka, Asos o Rouje ya se han lanzando a la aventura, como podemos comprobar en esta galería de imágenes.
Hasta Carmeron se ha pasado al lado oscuro y ya tiene en su poder una pinza con su nombre grabado. Y tú, ¿de esta agua no beberás o también le darás una oportunidad?
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