¿Te salen granos con la mascarilla? Ocho errores comunes y cómo evitarlos

Llevar la mascarilla -bien puesta- también en pleno verano es responsable y necesario, pero la piel responde con un efecto que no es el deseado. Está alterada, más sensible e incómoda. Asfixiada, lo habrás notado. El cóctel calor, humedad y sudor le perjudica. Estos elementos de protección están en contacto con la piel, la rozan, la irritan, dificultan la transpiración y, cuando se llevan durante varias horas al día, pueden crear un ambiente húmedo y oclusivo, propicio para la aparición de deshidratación y granos en la zona de la barbilla y alrededor de la boca. Se habla ya del mascné (maskné, en el inglés original), un tipo de acné que aparece o se acentúa por el roce del tejido con la piel y la falta de oxigenación que genera.

Con la 'nueva' normalidad, estamos viendo las consecuencias que supone para nuestra piel el uso diario de la mascarilla. Toca vivir la realidad con la boca y la nariz protegidas por un trozo de tela cada vez que salimos a la calle. Y creo que no hay nadie a quien no le haya salido un granito, un punto negro, una rojez o, incluso, alguna reacción alérgica debido a este nuevo hábito tan necesario.

Repasamos los errores más comunes que provocan que nos salgan más imperfecciones y no terminemos de tener la piel «como antes». Eso sí, cambiando ciertos hábitos y rutinas podemos conseguir una piel más sana, limpia y sin impurezas.

¡Dale al play y descubre cómo! ¡Mascarillas sí... espinillas no!

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