Cómo elegir uno de los vestidos más importantes de vuestra vida
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Las novias quieren ver reflejada su personalidad en el traje que llevarán en su día D. Os contamos las tendencias que triunfan este añoMirarse en el espejo y verse a una misma. Fiel a un estilo, a una personalidad. En definitiva, sentirse cómoda en un traje que solo se llevará un día pero tiene que lucir como una segunda piel. Esta es la tendencia que permanece año tras ... año en la moda de novia, lo que busca toda mujer entre el universo de opciones que le ofrecen los diseñadores. Más allá de los tejidos, las formas, los escotes o los complementos, una novia quiere verse reflejada dentro del vestido que llevará en su día más especial. Y no siempre resulta sencillo dar con él.
Algunas chicas tienen «suerte» durante el proceso. Fue el caso de Mónica Loayza, quien «no llevaba una idea preconcebida pero sí sabía que quería algo especial, diferente». Tras mucho mirar por redes sociales en busca de ideas, se decantó por un atelier y «pilló muy rápido mi idea, en dos o tres diseños dimos con ello».
En su día a día, Mónica tiene cierta tendencia a llevar jerseys con mangas llamativas y estas fueron un toque distintivo en su traje de novia. «Optamos por un abrigo de organza con mangas abullonadas que, después de la ceremonia y del banquete, me quité, incorporando al vestido un enorme lazo en la parte de atrás que cambiaba totalmente el 'look'». Sin duda, Mónica exhibió un traje de tendencia, ya que las mangas, lazos y capas están causando sensación en el mercado nupcial para 2023.
Los lazos, por un lado, tienen como objetivo potenciar la figura femenina e incorporan un detalle romántico al vestido, ya sea en versiones mini o maxi e introducidos en la parte delantera o a la cola del traje.
Por su parte, las capas están ganando adeptas como alternativa a las colas y también como un complemento del que se puede prescindir en los momentos más informales del evento, como, por ejemplo, el baile. Además, según la época del año, son también un elemento con el que combatir el frío sin necesidad de llevar un traje que pueda terminar resultando demasiado pesado en otros momentos de la celebración.
Las mangas son también uno de los componentes que marcan la diferencia en la tendencia actual. Buen ejemplo de ello son las elegidas por Tania Ostolaza, que optó por un formato campana para esta parte de su vestido.
«Cuando vi esas mangas, me encantaron, me parecía que era lo que iba a diferenciar a mi vestido» y aunque su elección fue un tanto controvertida dentro de su círculo de familiares y amigos, cuando se lo vieron puesto por primera vez ,«a todos les gustó y muchas personas las destacaron el día de la ceremonia».
Dejar volar la creatividad en esta parte del vestido aporta cierta espectacularidad al conjunto, sobre todo si se opta por incorporar aquí piezas de otros tejidos con toques brillantes, bordados, telas fluidas o lenceras, plumas... Solo en la imaginación está el límite.
La zona del pecho es siempre protagonista en los trajes de novia. Los escotes bardot, con los hombros descubiertos; en lágrima, otorgando creatividad y sofisticación; o los sexys 'deep plunge', guían el camino en los diseños de los últimos tiempos. Igualmente, para 2023 se están abriendo camino los corsés.
Un escote espectacular fue el que lució Lorena Mayordomo, cuyo vestido además tenía detalles florales, otro de los elementos que está cautivando a las novias actuales.
Y es que los bordados, estampados, microbrillos o pinturas que imprimen un toque distintivo en los trajes están a la orden del día, especialmente, los relacionados con flores.
En el caso de Lorena, tenía claro que quería «una espalda descubierta y con algunos bordados», tal y como había visto en algunos diseños de Internet. Esta fue la propuesta que lanzó a sus asesores en las distintas tiendas que visitó y con la que consiguió el visto bueno de sus acompañantes.
Se suele decir que los clásicos nunca fallan y en materia de vestidos de novia es también una gran verdad. El corte de sirena es un habitual en las pasarelas y ceremonias, algo que no es de extrañar, ya que ensalza las formas y belleza del cuerpo femenino como pocos diseños saben hacer.
Y para muestra un botón, que reza el refrán, o mejor dicho, en este caso, un traje. El de Paula Sainz. Ella «no tenía una idea previa sobre cómo debía ser su vestido», aunque sí tenía claro que quería que fuera sencillo y estuviera en sintonía con las tendencias, como muestra el cuerpo superior, con flores bordadas en alto relieve.
En su caso, el papel de la asesora que la atendió fue esencial, «entendió muy bien lo que quería, vimos tendencias e hizo las adaptaciones necesarias para que yo tuviera un traje a medida».
También Alba Moreno optó por corte clásico con un vestido en el que prima la sencillez. Tenía muy claro lo que buscaba y «lo compré en un solo día». En su caso, quería un traje con el que sentirse cómoda, «ya que no suelo llevar vestidos y no quería verme muy rara». Mientras, su pareja, Aroa Ortega, encontró la diseñadora más especial que se puede tener para un día así, su madre. «A partir de ideas que íbamos viendo, cada vez que iba a su casa, avanzábamos en la confección».
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En cualquier caso, sea cual sea el estilo o los detalles que incorpore el vestido, hay una máxima que es común para todas las prendas si se quiere un resultado excelente: la calidad del tejido. El material que se utilice en su composición determinará el efecto que se va a lograr con él.
Igualmente, es importante valorar el lugar donde va a tener lugar la celebración, la época del año o la climatología del territorio, porque todo debe estar en sintonía y ser acorde, fluir de manera natural. Así, por ejemplo, los crepés de lana y de seda o el terciopelo son tejidos más acertados para el otoño y el invierno o para las capas, mientras que las transparencias, tules, muselinas o bámbulas encajan perfectamente para las ceremonias estivales. Otras propuestas menos comunes pero igual de válidas podrían ser el lino, rafia o chantilly.
Tradiciones en torno a la novia y su atuendo hay muchas. Y la primera empieza antes, incluso, de saber cuál será el vestido. El proceso de búsqueda y elección del traje se ha convertido en un evento social en sí mismo, donde amigas, hermanas, madres o suegras acuden a las tiendas junto a la novia deseosas de participar en el que será el secreto mejor guardado. ¿Y cómo saben cuál va a ser el traje? Unanimidad. En la mayoría de los casos, todas estas mujeres tienen una especie de «revelación» al ver sobre la tarima cómo encajan novia y vestido.
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Trasladándonos ya al día de la ceremonia, hay una tradición que llama a la suerte para la nueva pareja y viene manteniéndose desde hace siglos. Se trata de portar cuatro amuletos que traerán felicidad y prosperidad a la familia que nace: algo azul, algo prestado, algo viejo y algo nuevo. Lo primero es símbolo de fidelidad, amor y pureza; lo segundo representa el paso de un matrimonio feliz a otro; lo tercero habla de no perder los orígenes con la familia y los amigos y lo último significa cambio, futuro y optimismo.
Hoy en día, azul y nuevo suelen tomar forma de liga, la que muchas amigas regalan a la novia. Mientras, para lo viejo y lo prestado hay tantas historias como novias, «los pendientes de mi tía» fue en caso de Lorena, «los guantes con los que se casó mi madre», en el de Tania o «el velo y los pendientes de mi cuñada», en el de Paula.
Al final, cada paso cuenta y todo suma para que el día de la boda sea perfecto y la novia dé el 'sí, quiero' vestida con el traje de sus sueños.
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