Dos mujeres, dos vestidos de novia hacia el altar

Esta mujer brasileña de 27 años, que reside en España desde hace más de una década, se encontraba ideando un editorial de novias cuando se dio cuenta de que «había demasiados» protagonizados por un hombre y una mujer. Por eso, decidió contar el cuento sin un príncipe azul de por medio. «Me parece muy importante dar visibilidad a las bodas homosexuales. Hace unos meses, mi hija de 11 años me dijo que le atraían las chicas. Quiero que en un futuro, si le apetece, pueda vestirse con un precioso vestido de novia en su boda sin que la juzguen o miren por ello. Este asunto nos toca de cerca a muchas personas y tenemos que hacer todo lo que está en nuestra mano para que la situación cambie», cuenta. Y para darle forma al proyecto, Thamyris comenzó a contactar con fotógrafos, estilistas, floristas… «Todos decidieron apoyar la causa», asegura agradecida.

Thamyris contó con la ayuda de Nerea Aperribay y Zaloa Ferreiro, dos diseñadoras de 27 años y creadoras de la firma de accesorios 'Halo', que han colaborado como estilistas. «Comenzamos a buscar inspiración y nos dimos cuenta de que en las editoriales de novias homosexuales siempre se reproduce un perfil femenino y otro masculino. Así que decidimos que no hubiera roles y crear dos novias muy femeninas», cuentan. El siguiente paso fue elegir los vestidos que Izaro y Nahia, las modelos, iban a lucir frente a la cámara. «Desde el primer momento, pensé en la diseñadora Alicia Rueda, sus creaciones me parecen muy elegantes y me habían hablado muy bien de ella, siempre está dispuesta a colaborar en nuevos proyectos», declara Thamyris. Cuando le propusieron vestir a dos novias homosexuales para esta editorial, la diseñadora marquinesa no lo dudó ni un segundo: «Me pareció un proyecto maravilloso que está a favor de que las personas elijan primero el amor y luego el look que más les guste, lejos de los estereotipos».

Esta modista, que lleva dando forma a vestidos de novia más de tres décadas, subraya que la elección de los cuatro estilismos, dos para cada una, fue «muy natural». «Me guié por lo que me transmitían las modelos y por la historia que se iba a contar en el 'shooting'. Eran dos mujeres que contraían matrimonio en una boda íntima y sin demasiada parafernalia, así que las vestimentas debían ser cómodas y casuales», argumenta.

Finalmente, optaron por cuatro modelos de la línea más rompedora de la diseñadora, 'Whitealice'. El más clásico era un vestido fluido con botones-joya, lazada en la cintura, manga tres cuartos y escote en 'v'. Por otro lado, utilizaron un traje sastre, una opción que cuenta cada día con más adeptas a la hora contraer matrimonio. Este, en concreto, tiene el filtro particular de Alicia Rueda, que ha combinado un estiloso pantalón palazzo con un blazer de hombros ligeramente pronunciados y solapas fantasía. Como tercera propuesta tenemos los monos, unas piezas rompedoras que han conseguido adaptarse a la moda nupcial con interesantes resultados. Alicia Rueda, por ejemplo, ha conseguido fusionar lo mejor de un vestido y lo mejor de un pantalón en una pieza ceñida al cuerpo, de corte capri y escote en 'v', que hace efecto segunda piel. Por encima, ha encontrado la solución con un sobrevestido de tul bordado, rematado en una escueta cola, que arropa el conjunto sin restar protagonismo al propio mono. Por último, destacamos un diseño de pronunciado escote 'halter' y anudado al cuello con una gran lazada que cae por la espalda, convirtiéndose en el elemento principal del look.

El vestuario se completó con los tocados de 'Tocó tocados y complementos' , unos elegantes pendientes con motivos florales creados por Nerea y Zaloa para su firma 'Halo' y ramos de flores de Floristería Cenagoitia.

Y por fin llegó el día de la sesión de fotos. La estilista Alazne Montero, del salón de belleza 'Furundarena Peluqueriak', fue la encargada de peinar a las modelos. Para la primera vestimenta, esta experta quiso crear una imagen romántica, por lo que se decantó por unas melenas sueltas, eso sí, adaptadas al estilismo que llevaría cada protagonista. «Como Nahia iba a llevar un canotier, le hice unas ondas muy relajadas, y el peinado de lado, consiguiendo un look muy bohemio y dulce. Para Izaro, que tiene los rasgos marcados, opté por algo más glamuroso. Le marqué la raya en medio con la zona frontal muy plana y trabajé a partir de su onda natural», cuenta. En el segundo cambio, Alazne ideó un peinado mucho más sofisticado. «Les realicé dos recogidos con efecto 'wet' (húmedo)», añade.

Para el maquillaje, las modelos se pusieron en manos de Thamyris Andade, directora creativa del editorial y maquilladora profesional. «Quería apostar por un look novedoso. Para la primera parte, opté por un 'make up glow', un efecto que consiste en lucir la piel del rostro en tonos naturales y, a la vez, luminosos. En el segundo, solo tuve que añadir pequeños detalles: para Izaro eyeliner y labios rojos; y a Nahia un labial morado», explica esta 'make up artist'.

Peinadas, maquilladas y vestidas, las modelos se pusieron frente a las cámaras de Jazone Ortiz y Zuhatz Rodriguez en un paraje de ensueño como telón de fondo: la Torre Loizaga, fortaleza ubicada en Vizcaya. «La jornada fue muy dura, llegamos a las diez de la mañana y nos fuimos a las diez de la noche. Lo pasamos muy bien, pero si es cierto que estuvimos pendientes todo el rato de la lluvia», cuenta entre risas Thamyris. Eso sí, las modelos se metieron enseguida en el papel y la complicidad entre ellas facilitó el trabajo.

Thamyris admite que con la preparación de esta editorial ha vivido esta boda ficticia con mucha intensidad e ilusión. «Han sido tres meses de ir de un lado para otro, pero ahora que tengo el resultado entre mis manos, no podría estar más orgullosa», asegura. Además, se muestra enormemente agradecida por la labor desinteresada de todos los profesionales que han formado parte del proyecto. «Gracias de corazón por tratar de mejorar nuestra sociedad. Espero haber aportado mi granito de arena, que la gente abra su mente y que las mujeres homosexuales rompan los estereotipos llevando en sus bodas, si así lo desean, vestidos de novia», zanja.