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Sandra Garaizar y Nacho Cuevas se casaron el pasado 31 de agosto en una iglesia del centro histórico de Burgos, la ciudad natal de la novia. La novia lució dos vestidos diseñados por Luis Alonso y el novio eligió un elegante chaqué de Golf. The Güens
Sandra Garaizar y Nacho Cuevas, una boda con mucho amor en tiempo récord

Sandra Garaizar y Nacho Cuevas, una boda con mucho amor en tiempo récord

Bodas DModa ·

La pareja organizó su enlace en tan solo tres meses y dividieron su luna de miel en dos partes, una antes de la celebración y otra, después

Laura Masegosa

Santander

Martes, 11 de febrero 2025, 15:06

Sandra Garaizar y Nacho Cuevas han demostrado que no hace falta mucho tiempo para planear una boda espectacular. Desde que Nacho le propuso matrimonio el pasado mes de mayo en la segunda playa de El Sardinero, un lugar lleno de significado para Sandra, hasta el día de la boda, el 31 de agosto, todo fluyó con naturalidad. «Fue increíble sentir que no hace falta un año para hacer la boda que quieres», comparte Sandra. Nacho es natural de Potes y, aunque Sandra nació en Burgos, desde que tenía tres meses ha veraneado en Santander. Ahora, tras seis años de relación, su ciudad natal es todavía más especial para ella.

En Cantabria fue la pedida, y en Burgos, la boda. La ceremonia religiosa tuvo lugar en una iglesia en el centro histórico de la ciudad y estuvo decorada por Floristerías Palmero, que creó un ambiente mágico. «Cuando vi las puertas abrirse y todo listo, me impactó. Fue increíble», recuerda emocionada. El banquete y la fiesta se celebraron en el icónico Landa, un castillo medieval que Sandra describe como «el sitio más bonito de Burgos». Sin necesidad de wedding planner, el equipo del Landa se encargó de todo, garantizando que todo fuera perfecto. Durante el cóctel en la piscina del lugar, lleno de vidrieras, un grupo en directo hizo bailar a los invitados con versiones de rock español.

El vestido de Sandra, diseñado por el modista Luis Alonso, fue uno de los aspectos más especiales del proceso. Optó por un estilo sencillo y clásico con manga larga y hombros descubiertos. Además, contó con un segundo vestido para la fiesta, ambos elaborados en tiempo récord. «Luis y su equipo me captaron a la perfección. Todo fue fácil y precioso», comenta orgullosa la novia.

Nacho, por su parte, lució un elegante chaqué y juntos sorprendieron a los invitados con una coreografía preparada con dedicación. «Nacho no sabía bailar, pero en unas pocas clases lo hizo genial», cuenta Sandra con cariño. A pesar de la rapidez con la que organizaron todo, dedicaron tiempo a personalizar las invitaciones con una acuarela de la playa de El Sardinero y a crear detalles únicos para sus invitados. «Nos estresamos un poco al final, pero valió la pena. Fue un día inolvidable», recuerda.

Dos viajes

Sandra y Nacho vivieron una luna de miel fuera de lo convencional, comenzando su viaje antes de la boda por temas laborales. Quince días antes, volaron a Indonesia, visitando Yogyakarta, Bali y las Islas Gili. «Fue impresionante», destaca Sandra sobre la primera parte del viaje. Tras la boda, al contar con más días, completaron su aventura con un segundo destino: la paradisíaca isla de Holbox, en México. En definitiva, una boda original, y de ensueño.

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