¿Te acuerdas de estos coches?

Nada tienen que ver en mecánica, confort y seguridad los coches actuales con los de otros tiempos. Sólo hay un terreno en el que los de antaño ganan en numerosas ocasiones a los de hogaño: ¡el diseño! Muchos del pasado eran, sí, mil veces más atractivos que bastantes de los actuales, que se parecen con frecuencia unos a otros como gotas de agua.

Salta a la vista que todo lo que la industria del automóvil ha evolucionado en técnica lo pierde a veces en personalidad a la hora de crear el 'tipo' de ciertos modelos. Nadie duda de que por dentro los actuales están en inmejorables condiciones, pero lo que es por fuera… en algunos la belleza brilla por su ausencia. Aunque esto sea cuestión de gustos, me parece que en determinados casos existiría al respecto escasa discusión.

Los modelos elegantes de ayer eran de lo más resultón. No cabe la menor duda de que hacerlos hoy implicaría, parece obvio, un fracaso comercial. Ahora bien: algo tendrá el agua cuando la bendicen. A menudo los vemos utilizados, por citar un significativo ejemplo, para trasladar a parejas de novios al altar. Eso significa que a pesar de los años transcurridos siguen conquistando la vista…

Otra demostración del encanto de los coches de otros tiempos radica en el hecho de que se emplean en concentraciones 'vintage' y que su avance por las carreteras provoca que los peatones giren las cabezas para contemplarles. Aquellos vehículos, concebidos sin ordenadores, qué mérito, tenían en la mayoría de casos indudable encanto, factor que se añora en más de uno realizado en estos tiempos.

Es obvio que hoy tenemos coches técnicamente maravillosos, pero conste en acta que salvando las distancias y posibilidades industriales también los hubo atractivos en ciertos años. Y que los que carecían de grandiosidad tenían «gracia» (el huevo y el biscuter son paradigmas). ¡Qué automóviles aquellos, y qué épocas!