Borrar
Tomás Fernández Alonso en el barrio obrero de los trabajadores de Standard donde vivió desde pequeño.
Cuando se apaga el despertador por última vez

Cuando se apaga el despertador por última vez

Tras 54 años trabajando en Standard, Tomás Fernández Alonso se despide de la fábrica de Camargo y da la bienvenida a la jubilación

Jueves, 10 de abril 2025, 23:58

Te revuelves en la cama mientras esperas que suene el despertador, sabes que no lo necesitas porque tu cuerpo despierta por inercia casi siempre a la misma hora, aunque cada vez le cuesta más tirarse de la cama. Y empiezas la jornada, como de costumbre, entre caras conocidas y lugares que son casa, recorriendo kilómetros en metros, saludos y charlas entre compañeros, cafés y más de un cigarro.

Recordando tu paso por allí, cuando tus padres recorrían aquellos suelos cada mañana, cuando os mudasteis al barrio obrero de la fábrica, o cuando empezaste de niño y pantalón corto cuando allí se dibujaban más de mil obreros, haciendo los recados.

Una vida dedicada, llena de oportunidades, aprendizaje, esfuerzo y nuevos retos conseguidos en cada etapa que te han llevado lejos, pero más que por tus conocimientos por tu implicación, por la actitud que premia a la aptitud.

Décadas de transformación, por donde has visto crecer y pasar generaciones de apellidos, gente de paso y más que nadie despedidas.

Momentos duros como el cierre, los despidos, las huelgas y agridulces como la reapertura, siempre recordando los que no tuvieron la misma suerte que tú de volver.

Y aunque tu sitio estaba arriba, siempre te has sentido muy de los de abajo, recorriendo la fábrica desde sus entrañas, entendiendo el trabajo de campo, quizás eso te haya hecho comprender las necesidades en cada momento.

Pero no solo de los de allí has sido más amigo que compañero, de los de paso también, de los que acuden a ti por teléfono o van a por sus mercancías, eres su cara y voz de confianza al otro lado.

54 años después vuelve a ser uno de abril papá, pero hoy ya no suena el despertador, ha llegado la hora de descansar, de disfrutar del tiempo sin horarios, de viajar sin fechas, de buscar nuevas aficiones, de vivir despacio pero bonito.

Y aunque todo el que te conoce sabe que tu vida entera ha sido ligada a esa fábrica y te costará verla desde afuera, esos mismos sabemos que un trocito de tu corazón seguirá allí por siempre.

Feliz jubilación papá.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

eldiariomontanes Cuando se apaga el despertador por última vez