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Un niño muestra orgulloso el 'milagro' de las tiritas. DM
Aquellos remedios de salud

Aquellos remedios de salud

LO QUE EL TIEMPO SE LLEVÓ ·

En el pasado el botiquín de las casas era más bien reducido, pero incluía también buenas dosis de ingenio

Javier Rodríguez

Santander

Martes, 21 de abril 2020, 20:29

A diferencia de lo que ocurre ahora, que todos tenemos en un armario una farmacia, 'in illo tempore' los remedios caseros para mejorar la salud estaban contados. Citaré algunos que cualquier lector veterano recordará. El primero se refiere a la infancia, etapa en la que también surgían contratiempos; generalmente golpes o rasponazos callejeros. Para combatirlos entraba en acción mamá, encargada de aplicar la popular 'Mercromina', que con su intenso color rojo nos dejaba señalados para una larga temporada, y de rematar la faena con una tirita.

La 'Mercromina' no podía faltar en ningún hogar. DM

Pero no eran ni la 'Mercromina' ni la tirita lo que nos curaba, sino que mamá frotara con suavidad la zona dañada, nos diera un beso en ella y cantara el aliviador «sana, sana, culito de rana; si no sana hoy, sanará mañana». Canción, por cierto, que en otras versiones decía «colita». Tal método ni fallaba ni precisaba receta.

Uno de los dichos populares más divertidos vinculado a la salud. DM

Si éramos adultos, en vez de escuchar el «sana, sana…» y sentir el amor maternal teníamos que ingerir un 'Optalidón', medicamento que se convirtió en el más famoso de las boticas nacionales. Su eficacia para sanar casi todos los dolores estaba fuera de duda. En un 'plis-plas' te ponía como una moto.

Imagen del 'Optalidón'. DM

De padecer un catarro fuerte o una gripe, se empleaba la expresión «trancazo». ¿Motivo? La sensación resultaba idéntica a la de quien hubiera sido golpeado con una tranca tamaño XXL. ¡Dolía todo! Como las ciencias adelantan que es una barbaridad, para plantarle cara al asunto fue inventado en España un remedio milagroso: tomar después de cenar un vaso de leche caliente y una copa de coñac, taparse hasta las cejas en la cama y ¡sudar! Y vaya que si se sudaba, claro. Los microbios morían vía sauna doméstica. No quedaba ni uno.

La peculiar suma 'saludable' de leche y coñac. DM

Disponemos hoy, por fortuna, de métodos muy variados/sofisticados para resolver en casita los problemas menores de salud. Pero conste en acta que en esta materia existió el ayer. Que nos lo cuenten a varias generaciones…

Las tiritas, todo un clásico que ha ido evolucionando con los tiempos. DM

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