Cuando montar sobre un cerdo era deporte de riesgo

Investigando en las fotos que puede ver como principales, donde un Policía va montado sobre un cerdo, descubrí una historia rocambolesca. Resulta que a principios del S. XIX emborracharse y montar a un cerdo fue considerado uno de los deportes más extremos del momento, por la velocidad y dificultad del mismo.

Seguro que en esa época los cerdos en cuanto viesen a un humano borracho, lo más probable es que huyesen rápido sabiendo que lo más seguro es que acabasen a su lomo hasta que el incauto en cuestión cayese al suelo. Como decían en el libro 'Rebelión en la granja', de George Orwell, donde los cerdos toman el control de la granja y uno de sus principales mandamientos era que «Todo lo que camina sobre dos pies es un enemigo», es cuanto menos curioso.

Si hablamos de deportes extremos o de «locuras» seguro que ahora mismo nos vienen a la mente saltos al vacío, piruetas sobre una moto o carreras de coches a alta velocidad, pero conducir también se consideró un riesgo, tanto que en 1896 el conductor Walter Arnold fue multado por circular a la «temible velocidad» de 13km/h en su coche Karl Benz. Lo mejor de todo es que el policía que lo multó iba en bicicleta. Para la época era una velocidad muy alta y tardó unos 8 kilómetros en darle el alto.

El conductor, W. Arnold era vendedor de coches y recibió orgulloso la multa. La velocidad máxima para circular en ciudades era de 3,6 kilómetros/hora y todo este caso hizo que su popularidad creciese. Tras la multa, elevaron el límite de velocidad a 24 km/h. La medida fue celebrada con una carrera... ¡ya puestos! Seguro que si hoy en día presenciasen una carrera de Fórmula 1 con velocidades que llegan a más de 300 km/h no entenderían nada. ¡Cómo hemos cambiado!

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