La cántabra Isabel Rábago revela que fue 'kelly' en la noche de su expulsión de 'Secret Story'

Pasado un tiempo, Isabel logró tranquilizarse y después de una charla con Carlos Sobera –Jorge Javier Vázquez está unos días de baja por una faringitis aguda–, en la que aseguraba no querer irse del concurso, si le tocaba. Así quiso entrar en la casa de nuevo con «la cabeza alta» y entonando la frase delante de sus compañeros «a los mediocres ni el aliento».

Aunque por su cabeza rondaba la idea de que sería ella la víctima de la audiencia y que se encontraba ante las últimas horas en la mediática casa. El momento cumbre llegó en la sala de expulsiones con Cristina a su lado. El presentador, cumpliendo el ritual, comunicó la decisión del público y reveló su nombre. Entonces ambas se abrazaron. «Lo voy a disfrutar», repetía la cántabra nacida en Ferrol. Entonces Carlos Sobera quiso saber cómo se encontraba y tuvo momento de sincerarse.

«Me siento muy feliz, han sido diez semanas fantásticas que me ha regalado la casa. Me llevo personas excepcionales dentro de este concurso. Agradezco a todo el equipo lo que me han cuidado, mimado, lo que insistieron porque entrara. Ellos sabían que no se equivocaban eligiéndome y yo espero no haberles defraudado ni decepcionado. Sólo puedo decir gracias a todo el mundo». El comunicador devolvió el agradecimiento por parte del equipo y aplaudió su paso en el programa «lleno de momentos de flaqueza y fortalezas».

Además, anoche salió a la luz su secreto. Fue su compañero Julen quien dio en el clavo. El concursante mantuvo un careo con Isabel para sacar en claro si «fui 'kelly'» pertenecía a su compañera, algo que ella le negaba, pero en la gala la verdad se confirmó. Ambos se pusieron en pie y, finalmente, el joven recibió una gran alegría, cuando se confirmó que ella en el pasado había trabajado como camarera de piso.

Tras su salida de Guadalix quién sabe qué pasaría por su cabeza hasta llegar a las instalaciones de Mediaset, donde se pudo reencontrar con sus seres queridos en plató. La primera en lanzarse a sus brazos en un abrazo fue Terelu Campos, quien le dedicó unas bonitas palabras: «¡Qué grande! Orgullo de amiga». Aunque entre bambalinas pudo ver a su marido y corrió a su reencuentro. «Puedes darle un abrazo, un beso, un te quiero, lo que necesites», aseguró Carlos Sobera. Se fundió cariñosamente con su esposo, Carlos Rodríguez, que quiso dejarle muy claro «lo has hecho muy bien». Ella rompió a llorar. Sobera tranquilizó a la audiencia, «no me angustio, sé que la reacción de Isabel es de cariño. Es un momento importante, da gusto verlo».

Pasado el 'shock' inicial, la colaboradora televisiva se enfrentaba a la entrevista con el presentador, muy gentil. «Te veo muy guapa», fue su piropo. Ella, algo más calmada, reconocía sentirse «muy bien, muy feliz. Lo sabía, porque Luca y Cris son dos amigos que me llevo para siempre. Merecen llegar a la final y ganar», dijo. Entonces Sobera alertó a la periodista de lo que estaba por llegar. «Tu paso ha tenido muchos conflictos dentro, pero aquí fuera también, el más importante tiene nombre y apellido: Alba Carrillo». Y es que entonces se abrió un melón con quien supuestamente era su amiga.

Rábago tuvo que enfrentarse al conflicto que se ha generado con Carrillo durante su estancia en 'La casa de los secretos' por su convivencia con Lucía Pariente. La que fuera modelo no estaba conforme con las actitudes de su amiga con su madre y en vídeo mostró su rechazo a la cántabra. «Rompo mi promesa de acompañar hasta la final a Isabel Rábago. Es una puñalada trapera a mí como amiga. Todos los días está haciendo trajes a mi madre, tengo ya un armario, te tocará pedir perdón», comentó. Es más, señaló que «a una persona que no considero mi amiga no la invito a la comunión de mi hijo. Quizás éramos compañeras y me he confundido, mis amigos, los de siempre, no me hacen esto», recalcó Alba.

Isabel dijo no haber entendido la reacción de Alba, ni que empleara la palabra traición porque Lucía y ella han sido dos personas que han concursado, que se han respetado y que se han posicionado en sus lugares cuando correspondía sin faltarse el respeto: «Yo estaba concursando con la madre de Alba, pero hubo un momento que decidimos desvincularnos de ello porque no estábamos siendo leales al resto de los compañeros. Yo no me he equivocado con la madre de Alba, no he traicionado a nadie, he hecho mi concurso», aseguraba. Y no quiso decir nada más sobre el tema.

Quien sí lo hizo fue Lucía Pariente, presente en plató, quien le aseguró que ella sí se ha sentido mal con su actitud y que cree que en algún momento tendrá capacidad de retracto: «El último beso que me diste fue de Judas. Yo me alegro de haber sido fiel a mis pensamientos. Has estado diez semanas, felicidades, pero tenías que haber tenido el valor de marcharte. Has llorado mucho, has dado poco juego, realmente lo único que has hecho ahí dentro es caja», aseguraba. Por su parte, Isabel era contundente, «nada que responder».

Apenas tuvo treinta segundos para despedirse de la casa. «Os amo, nadie va a reescribir lo que hemos vivido y sentido en cada segundo durante estas diez semanas. Sois enormes. Aquí fuera es maravilloso todo», sentenció. Veremos qué pasa en los sucesivos programas. Al menos en su Instagram compartía, igualmente, su actitud positiva. «¡Orgullosa, feliz! Inmensas gracias por todos los mensajes que estoy recibiendo. Gracias por tanto y a tantos. Ahora toca perderme en su mirada y seguir soñando noviembre», escribía en un mensaje cifrado para su pareja.