Cantabria ya tiene una nueva guapa oficial

Leticia Mena

Santander

Martes, 21 de enero 2025, 07:16 | Actualizado 17:13h.

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Hace dos meses, a Valeria Olivares no se le había pasado por la cabeza presentarse a un concurso de belleza. Bastante tenía con los estudios que acababa de comenzar de Fisioterapia en Torrelavega, pero desfilar le hacía gracia. Por eso participó en Camargo Escaparate el pasado 16 de noviembre y, al verla sobre la pasarela, Gloria Rueda le animó a presentarse a Miss Grand Cantabria. «Le di muchas vueltas, pero al final pensé ¿por qué no? Así que me presenté al último casting y lo pasé», comenta recordando la alegría que sintió cuando le llamaron para decirle que representaría a Bezana, su municipio, en el certamen regional que iba a celebrarse en el Teatro Vimenor de Piélagos el domingo 19 de enero. «Me puse a saltar de alegría con mis padres», apunta emocionada para relatar que las últimas semanas «han sido una auténtica locura». Tenía que estudiar mucho y además prepararse para el concurso, y para Valeria hacer las dos cosas bien era importante.

Quería haber estudiado Medicina, pero no le dio la nota. Aunque podía haber entrado en Enfermería, se animó sin muchas expectativas a empezar Fisioterapia porque sus padres son masajistas. «Estoy muy contenta porque la carrera me ha enamorado», destaca.

Además, sintió un flechazo cuando conoció a Candela Rodríguez y Samuel Benasco, los organizadores de Miss Grand Cantabria: «Candela ha sido como una madre para todas. Nos reñía cuando hacíamos algo mal, pero nos escuchaba y animaba siempre con mucho cariño. Por su parte, Samuel ha hecho todos los ensayos muy amenos». Que sólo había una corona era algo que las candidatas tenían claro, pero, aunque ha habido competitividad, han hecho buenas migas. «Lo más duro ha sido compaginar los estudios, las extraescolares y los ensayos, pero he podido con todo».

Cuando sólo tenía once meses, su tío le montó sobre un caballo y desde entonces ha crecido practicando doma clásica en el Centro Hípico del Pisueña, en Villacarriedo. Además, hace un año y gracias a su hermano, empezó a interesarse por el boxeo y desde entonces «he encontrado en este deporte una forma de aliviar el estrés y soltar todo lo acumulado». A esto hay que sumarle la pasión que siente al salir a correr, así que la agenda de Valeria está más que completa.

El domingo se celebró el concurso en el que lució la banda de Bezana, municipio en el que ha vivido desde niña. «Fui al Liceo San Juan de la Canal y después al IES La Marina», indica orgullosa. Entre el público del Teatro Vimenor estaban sus padres, sus abuelos, sus tíos y su familia de Alba de Tormes, el pueblo de Salamanca que para Valeria «es mi lugar favorito del mundo».

De las 21 candidatas que finalmente se presentaron a la gala, la organización hizo una primera criba de la que solo se iban a salvar once. Valeria fue perdiendo la esperanza al ver que el jurado no pronunciaba su nombre y, cuando solo quedaba una plaza, sonó. «Se me paró el corazón», recuerda todavía incrédula para contar que el siguiente paso era elegir a tres: «Pasamos Santander, Torrelavega y yo…».

El último momento, el más importante de la noche, era la elección de la candidata que representará a Cantabria en el Nacional que se celebrará en junio en una ciudad todavía por determinar. Y allí estaba Olivares con su banda de Bezana, cogiendo de las manos a Mae Lorenzo, la candidata de la capital del Besaya, esperando el veredicto final. El momento fue inmortalizado por su padre desde el patio de butacas del teatro y, al pronunciar su nombre, se desató la locura entre su familia.

La ganadora del año pasado, Zulema de la Paz, subió al escenario para ponerle la corona. Llegó con muletas por una luxación de rodilla pero la lesión no le impidió transmitir su ilusión y orgullo a su nueva compañera de banda. El hecho de haber vivido aquel momento hace que Valeria quiera dedicar el premio «a todos los que me han demostrado su apoyo día a día en las últimas semanas».

Tras una noche mágica, Valeria quiere prepararse muy bien para dejar a Cantabria «muy alto» cuando se celebre el concurso nacional. Hasta entonces, tendrá la corona en su mesita de noche para recordar que lo vivido, aunque lo parezca, no fue un sueño.