La conexión desde Holanda del cántabro Nacho Ribadulla con 'la tierruca'
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Las redes sociales son la fuente de información de este artista, ejemplo de solidaridad y talentoNacho Ribadulla (Santander, 1970) escribe Arte con mayúscula. Es músico, apasionado del piano, pintor, novelista y, por encima de todo, cántabro. Sus inquietudes le llevaron a Flevoland, en Países Bajos, donde continúa propagando su espíritu artístico y desde donde sigue admirando la región que le ... vio crecer. Su infancia estuvo llena de música y aprendió a amarla tanto como lo hacía su padre, al que tristemente tuvo que despedir hace unos meses. El faro que guiaba a este hombre polifacético y que aún hoy ilumina su talento.
Ahora, Ribadulla utiliza su pasión artística como arma de ayuda a la sociedad en un programa de musicoterapia para niños con leucemia. Además, comparte su día a día en sus redes sociales, así como sus creaciones e inspiraciones. Las utiliza como medio de transmisión de ese Arte que tanto aclama y como vínculo de conexión con 'la tierruca'. Hoy, pese a la distancia, viene a narrar su historia y todo lo que lleva dentro.
-¿Cómo empezó su pasión por el mundo de la música?
-Crecí rodeado de arte y, gracias a mi padre, musicalmente descubrí a Wagner, Bach, Ennio Morricone... De repente, sentí la necesidad no sólo de escuchar sino de crear, y es ahí cuando comencé, bien pequeño, la carrera de Música. Realmente en aquella época mi sueño era ser Director de Orquesta.
-El proceso de formación de un músico requiere un gran sacrificio, ¿cómo ha sido su experiencia?
-Realmente cuando eres tan joven sacrificas mucho tiempo para dedicarlo al estudio. No sólo es el piano: son los cino años de solfeo, Música Coral, Armonía, Historia de la Música y del Arte, Estética de la Música, etcétera. Pero como a mí me encantaba, he de decir que la experiencia fue muy grata y compensadora.
-Compositor, pintor, novelista, ¿con qué se queda?
-Me quedo con ser un creador en diferentes vertientes. Si soy sincero, la novela es lo que más me está costando y la pintura ha sido un redescubrimiento temprano. Me gusta por las herramientas que utilizo, entre ellas aire y fuego, que resulta muy impactante tanto en el proceso como en el resultado final. Por lo tanto, con la pintura he encontrado el canal ideal para dar cuerpo, vida y color a mis fantasías y a mis sueños. Es algo liberador. En cambio, con la música busco agitar conciencias, remover emociones, y es ahí donde mejor me desenvuelvo, con la música creo que consigo Arte en estado puro.
-Ha trabajado en un programa de musicoterapia adaptado a niños con leucemia, ¿cómo ayuda la música a estos niños en su trayectoria con la enfermedad?
-La musicoterapia reduce el estrés, hace que el dolor sea más soportable al aumentar la liberación de la hormona oxitocina, la hormona del placer, y puede ser una herramienta para liberar muchas emociones y fortalecer a los niños. Además, mejora su autoestima y el estado de ánimo, reduce sistemáticamente sus niveles de ansiedad y mejora sus índices de presión arterial, frecuencia cardíaca y respiratoria. Evidentemente, hay que dejar claro que la musicoterapia no cura el cáncer, pero sí está demostrado que provoca beneficios que nos ayudan mucho a luchar contra él.
NACHO RIBADULLA
-¿Qué le ha aportado trabajar en este programa?
-Te humaniza más y te hace ver la vida desde una perspectiva más humilde. De hecho, tomé una decisión 'sine qua non', algo que hice no por solidaridad sino por justicia. Hay que devolverle a la sociedad muchas cosas que esta ha hecho por nosotros, por eso decidí que todo lo que percibiera fuese destinado como donación íntegramente al Centro de Investigación del Cáncer de Ámsterdam.
-Su residencia actual es Flevoland, en Países Bajos, ¿qué le llevó hasta allí?
-Conocí a Angie en Santander, una preciosa holandesa, y al final acabé en Los Países Bajos. Es triste decirlo, pero en Holanda he encontrado posibilidades infinitas respecto al arte que ni en mis mejores sueños me hubiesen sucedido en España. O tal vez es porque todo sucede por algo.
-Ha traspasado fronteras de países y el piano le ha acompañado en su trayectoria, ¿considera que la música es un lenguaje internacional?
-Hablo cinco idiomas y para mí el primero es el de la música, que para mí es el mejor porque como bien dices es universal. Se pueden contar tantas cosas con la música que se crea un universo mágico.
-Recientemente ha regresado a Cantabria, ¿qué le ha traído de vuelta?
-Normalmente vengo en los veranos, pero en esta ocasión vine en diciembre para dar el último adiós a mi padre, que falleció el 21 de enero. En febrero regresé de nuevo a Los Países Bajos, es el lado triste que supone vivir en la distancia.
-¿Cómo le ha ayudado el uso de las redes sociales para reconectar con sus raíces?
-Sigo en Instagram muchas cuentas que diariamente me ponen al día de la situación y luego personas que conozco y otras que no, pero que me envían fotos de esos rincones tan entrañables de Santander o la región que tanto añoro.
-En su biografía de Instagram se lee: «Me hace feliz navegar los mares, habitar los bosques y de esa experiencia crear criaturas en forma de arte». ¿Diría que es, por lo tanto, la naturaleza su principal inspiración?
-Tengo un concepto de la inspiración un tanto inusual. Mi inspiración nace de haber amado mucho y haber sufrido mucho, nace del desgarro y el dolor. La naturaleza, lo que provoca en mí es un estado de alerta en el que me siento artísticamente vivo. De hecho, he compuesto música escuchando el mar con las olas rompiendo. Quizás eso también es inspirador. Con la pintura sucede casi lo mismo. La naturaleza es parte de la evocación de mis creaciones, se convierte en mi punto de referencia e, incluso, de denuncia para remover conciencias. La naturaleza es sagrada, no podemos vivir sin ella, pero ella sí puede vivir sin nosotros, y no reparamos en ello.
-¿Considera que las redes hacen justicia al mundo de la música o es algo que debemos vivir de primera mano?
-Creo que sí, a todo el arte en general. Otra cosa es que la gente lo preste atención, aunque he de decir que las cuentas que yo sigo tienen miles de seguidores, algo que considero un triunfo sin ningún género de duda.
-¿Ha creado alguna composición inspirada en Cantabria?
-Me gusta responder a esta pregunta porque he iniciado lo que he denominado 'CantabriArt Project'. Este proyecto abarca no sólo la música, mi última composición al piano se titula 'Bahía de Santander'; incorporo la pintura en una novela, 'El Centinela del Acantilado', que comencé a escribir hace un tiempo y está ambientada en Comillas, con lo cual creo que queda patente que ahí sí que Cantabria es mi punto de referencia y de inspiración.
-¿Tiene alguna red social favorita?
-Para mí es Instagram, es la que yo utilizo.
NACHO RIBADULLA
-¿Dónde le gusta informarse?
-Donde resido tengo muy cerca una gran biblioteca donde se recibe a diario prensa española. Me gusta mucho tener en mis manos un periódico o un libro, pero al final cuando estoy en casa o en mi StudioArt me informo con el teléfono, y que no quepa la menor duda de que es a través de El Diario Montañés.
-¿Las redes le han permitido conocer a algún cántabro aun estando lejos de casa?
-Sí que he tenido esa oportunidad y ha resultado muy grato, desde luego que sí.
-¿Hubo algún tema sobre Cantabria del que se enterara por redes y le impactara?
-Todo lo que acontece en nuestra ciudad y región me interesa, y más aún cuando vives tan lejos. Es en esa distancia cuando añoras la ciudad que te vio crecer. Respondiendo a la pregunta, más que impactar me produce tristeza, sobre todo noticias referentes a la crisis económica y empresarial o a la desaparición de establecimientos o iconos de nuestra ciudad. Me entristece, por ejemplo, la situación en la que ha quedado el edificio de La Horadada.
-¿Cuántas horas usa el móvil al día?
-No lo tengo contabilizado. Depende del día o de la situación. Hoy en día, las personas utilizamos el teléfono para todo y, paradójicamente, lo que menos hacemos es utilizarlo para su auténtico fin, que es hablar con las personas. En él van nuestras apps, hacemos vídeos y fotos, consultamos destinos etc. Calculo que lo utilizo unas 3 horas de media.
-¿Qué opina de la privacidad (o falta de ella) que da tanto que hablar sobre compartir la vida de uno en internet?
-Las redes sociales no dejan de ser escaparates donde cada cual exhibe lo que le apetece, en nuestra mano está «el cómo y el qué».
-¿Es de los que comparte todo al instante o le gusta meditar sobre lo que va a subir?
-Más que meditar, lo que trato es de mimar el cómo y el para qué. Tampoco soy de exponer mi vida personal en las redes.
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-¿Considera que el móvil es una buena cámara de fotos o es más de cámaras reales?
-A veces me sorprendo de la calidad de muchas fotos hechas con un teléfono, aunque yo uso ambas cámaras, tanto la del teléfono como la profesional.
-Comparte muchas publicaciones sobre arte en Instagram, ¿le ha ayudado esta plataforma a informarse y descubrir nuevas obras y artistas?
Me gusta compartir y dar a conocer las obras de otros artistas, sobre todo cántabros. Tenemos un ramillete de genios del mundo del arte en esta región y, al menos yo, no tengo problema en promocionarlos.
-¿Cuáles son sus planes de futuro?
-Como he comentado antes, tengo en mente mi gran proyecto artístico 'CantabriArt Project', con la finalidad de dar a conocer al público holandés mi añorada 'tierruca' a través de mis pinturas y mi música. Mi gran ilusión sería también dar un concierto y exponer en Santander porque aquí es donde dejé para siempre un trocito de mi corazón.
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