«Debí hacer más por el bienestar de los animales»

-A usted le regalaron el perro al postre de una cena-homenaje organizada con motivo de su retirada de la vida política. ¿Es así?

-Es así. Justo unas semanas antes de las elecciones a las que se presentó Íñigo de la Serna.

-¿Le sorprendió el regalo?

-¡Buf! Me encantó. Me encantó. Era un cachorrillo de dos meses que venía metido en una cestita... Una preciosidad.

-Un Perro de Agua Español.

-Sí, de los que me gustan a mí.

-O sea que quien escogió la raza no lo hizo al azar sino premeditadamente.

-Yo creo que quienes lo eligieron pensaron en mi afición por la mar. Para eso, un perro de agua es ideal. Además, recuerdo que el entonces portavoz del Ayuntamiento, Eduardo Rubalcaba, me dijo que me iba a acompañar en mis paseos por las machinas.

-¿Y eso hacen?

-Y eso hacemos. Aunque, en realidad, si quiere que le sea sincero, más que sacarle yo a pasear a él es él quien me saca a pasear a mí. Afortunadamente, porque necesito ese ejercicio.

-También salen de pesca.

-Sí, bueno. Más antes que ahora. Antes solía salir mucho a pescar y cuando había alguna captura, en especial maganos o bonitos, Mule se tiraba al agua de cabeza. Dos años me tiré enseñándole a no hacer eso.

-¿Ya no se tira?

-No. Ahora me monta unos escándalos de miedo en la motora, pero ya no se tira.

-¿Quién de los dos se ha amoldado mejor al otro?

-Él a mí. Es un animal extremadamente generoso.

-Algún bando le habrá dictado.

-A ver. Como cualquier otro perro, Mule necesita su propio espacio. Y lo tiene. Pero hasta ahí.

-Dicen que en sus días de senador, Mule sufrió mucho sus prolongadas ausencias.

-Yo también.

-¿Por qué dice que es el primero y el último?

-Porque en mi casa no había entrado un animal antes que Mule y porque, créame, es tanto el cariño que mi mujer, mis hijos y yo le tenemos a nuestro perro que creo que sería irremplazable.

-¿Le considera uno más de la familia?

-Desde luego.

-¿Cree que Mule podría reprocharle algo como alcalde?

-Creo que podría echarme en cara que, quizá, no hice lo suficiente por atender los problemas de las personas que tenían animales. Que debí hacer más por el bienestar de las mascotas.

-¿Como por ejemplo?

-Pues igual debí haber tratado de influir en el sector hostelero para que tuviera una mayor sensibilidad con los animales de compañía y los aceptara como los aceptan en muchísimos otros países, donde el trato a las mascotas es un auténtico ejemplo.

-Pues sí.

-También le digo que podría agradecerme que consiguiera la financiación para construir las perreras de San Román.

-Si usted se reencarnara en perro sería...

-... Supongo que uno de aguas.

-¿Qué serían Sánchez e Iglesias?

-¡Uy! Pues no sabría qué decirle. Pero, fuera la raza que fuera, serían siameses seguro.