Las escapadas de los famosos cántabros

Submarinismo, esnórquel, buceo... Estas son algunas de las actividades que Marta Hazas ha aprovechado para realizar durante su escapada con sus compañeros del programa 'El Hormiguero' a Maldivas.

«Es flipante el poder estar viendo las islas y cómo son los atolones» afirma. La actriz iba con unas expectativas bastante bajas, pero el destino le ha sorprendido para bien, superándolas con creces: «pensé que iba a ser más de lo mismo, que era muy lejos para solo ver playas». A pesar de ello, hizo alusión a lo impresionada que se quedó con las actividades marítimas, la comida y los paisajes que este país brinda alos visitantes.

En el barco en el que viajaba tenían unos cocineros maldivos, por lo que disfrutaron de la comida típica de las islas durante todo su viaje. Resaltaba una especie de wraps de coco con atún desmenuzado y la presencia de multitud de frutas en los platos: «mucho mango, papaya, piña…».

Por último, intentó describir la experiencia en tres palabras: «Es difícil definir con palabras al paraíso», aún así eligió los términos «imperdible, impresionante y paradisíaca», además de asegurar que volvería encantada a este destino, ya que son unas «vacaciones de desconexión impresionantes».

Un apasionado de Marruecos», así se define el cántabro. Ha viajado en multitud de ocasiones al país, donde ha visitado ciudades como Marrakech, Casablanca y Agadir, entre otras. En esta ocasión su destino fue Essaouira, donde a través de una ruta en moto, conoció pueblos de la zona y disfrutó de la gastronomía del lugar. «Me encanta comer la comida local de los sitios a los que voy», comenta mientras alude a lo mucho que le gusta la comida árabe.

Otra de las razones de viajar a este país es lo mucho que le llama la atención que en un vuelo tan corto –de menos de dos horas– se puede llegar a un sitio con una cultura tan diferente: «Es como pasar por un túnel del tiempo».

En esta ocasión acudió al viaje con su pareja, pero no duda ni un segundo en afirmar que quiere repetir, esta vez con sus hijos: «Me gustaría que conocieran el choque cultural que occidente supone». Hace enfoque en que sus viajes se empapan de la cultura de los países a los que va, pero que en los viajes en familia también se necesita un poco de playa. Después de este viaje, Rulo afirma que «Essaoiura es la ciudad que más me ha gustado con diferencia».

La primera vez que Ruth Beitia acudió a la isla fue con 18 años en sus «primeras vacaciones al uso». Con ello, menciona que su vida siempre ha ido a «contratiempo», ya que mientras sus amigas y familiares estaban disfrutando del verano, ella se encontraba compitiendo. Durante ese viaje recorrieron la isla entera, pero la deportista quedó prendada del norte, donde conoció a sus gentes con su «carácter canario» y sus paisajes: «desde ese momento me enamoré y han sido muchas las ocasiones en las que he podido ir a Tenerife». Ya ha recorrido la isla con sus amigos, su pareja, y también con sus padres, con quienes guarda un momento muy especial en la isla: «me dieron un premio y tuve la oportunidad de que ellos me acompañasen».

A día de hoy, sus planes distan mucho del que hace el turista promedio. Al contar con amistades dentro de la isla visita piscinas y zonas que no se encuentran dentro de los mapas turísticos. Aunque hay una costumbre de turista que no se pudo quitar: «siempre que voy tengo que comer y cenar con papas arrugás, me encantan», y es que mientras que los canarios están «un poco aburridos», ella no se cansa.

Cádiz ocupa un lugar privilegiado en el itinerario de las vacaciones de Paco Quirós. Fuera de temporada alta, como él prefiere, las calles adoquinadas y los aromas tentadores reciben al hostelero en Conil, mientras se entrega a los placeres de la comida andaluza. «Pescadito frito y marisco, especialmente los exquisitos langostinos de Sanlúcar de Barrameda», se convierten en el sabor que Quirós busca.De hostelero de éxito a comensal. El dueño del grupo Cañadío nota cómo la gastronomía, con el tiempo, ha evolucionado hacia una experiencia global traspasando las fronteras regionales: «Se come bien donde hay buenos cocineros». Las experiencias en Cádiz han superado todas sus expectativas. Lo que comenzó como un tardío descubrimiento se ha convertido en un amor duradero por la región. «Estoy enamorado», confiesa. Tras visitar ocho veces la ciudad, su plan favorito consiste en pasear por la playa y por la noche ir a cenar. «Me encanta ir a comer a restaurantes especializados en bonito», recalca. Junto a su pareja, su fiel compañera de viajes, comparten multitud de aventuras como «montar en bicicleta y hacer deporte juntos». En una ciudad que resalta por su «amabilidad, buen trato y mejor servicio».

En un constante ir y venir por razones laborales, hay quienes encuentran una forma única de experimentar nuevas ciudades: reservar un espacio en su itinerario para escapar de la rutina. Tal es el caso de Okuda, que este año, su viaje a Ohio para inaugurar una obra coincidió con una oportunidad única, el Día del Orgullo en Nueva York. Desde el año 2002, esta ciudad se ha convertido en un pilar anual en su agenda. «Siento que formo parte de Nueva York», comenta el artista cántabro al que le une un «vinculo familiar» tras apadrinar al hijo de un buen amigo suyo. Tras años de experiencias enriquecedoras en la 'Gran Manzana', Okuda asegura que la ciudad cobra vida de una manera única durante el Orgullo. «La ciudad la toma la gente», reflexiona el pintor, que destaca cómo durante ese día, Manhattan se convierte en una «fantasía» de culturas. Mientras comparte sus recuerdos, no puede evitar hacer mención a su gran pasión, el arte. Okuda recuerda el momento en que creó un mural en la Sexta Avenida, cerca de Times Square. Una experiencia que define como un «viaje al futuro». «Lo veía como algo casi inaccesible y de repente estaba pintando un mural enorme», afirma Okuda, quien define la ciudad como libre, multicultural y grandiosa.

En la costa soleada de España, Marbella se presenta como un destino de ensueño, a menudo asociado con la vida nocturna. Sin embargo, para aquellos que buscan una experiencia más relajada y auténtica, este lugar también ofrece un rincón de tranquilidad, como es en el caso de Odette Álvarez. «Estoy bastante estresada durante todo el año», admite, y «estos cuatro o cinco días me ofrecen una oportunidad para recargar energías y es lo que más valoro». Su viaje, que desde hace un par de años hace con cuatro amigas, no está marcado por la búsqueda de fiestas desenfrenadas, sino por el deseo de disfrutar del encanto relajante de Marbella. Juntas han compartido cenas, días en la playa y paseos por pueblos cercanos. La diseñadora necesita de vez en cuando «desconectar un poco de todo», y Marbella se ha convertido en la solución perfecta.

Tras varios años recorriéndola, Álvarez asegura que ha cambiado mucho tanto la propia ciudad como el ambiente, «ahora me gusta más». Para ella, Marbella, su temperatura y la gastronomía se convierten en mucho más que una escapada de lujo; es un refugio que proporciona lo que más valora: «estar a gusto».

Daniel Sánchez Arévalo encuentra en sus visitas a Cantabria la oportunidad de escapar del ajetreo de la gran ciudad y sumergirse en una vida relajada. Mientras se pasea por las calles de Santander, para disfrutar de la playa y explorar la rica gastronomía local, el guionista halla en el tiempo con su padre un tesoro invaluable. «Siempre que puedo vengo a Santander, para pasar tiempo con mi padre y llevar una vida bastante cotidiana», comenta el director. La cercanía a la costa y la diversidad de actividades que ofrece Santander «nada más salir de casa» son elementos que Daniel valora. Además de su amor por los días nublados y el deseo de escapar del calor, el cántabro encuentra en esta región un hogar natural, «incluso me encanta que llueva», confiesa Sánchez Arévalo. ¿Su plan perfecto? Ir paseando hasta el faro de Cabo Mayor, darse un baño en Mataleñas y acabar jugando al golf. «Aquí aprendí a jugar con mi tio-abuelo cuando solo se iba con un palo». Para Daniel, Cantabria es más que un destino de verano, es un refugio que busca en cada ocasión y una inspiración para sus películas. «Siempre pienso, ¿podría esto transcurrir en Cantabria?»

Aventura y desafío. Así ha sido el viaje por el corazón del Himalaya y los rincones norteños de la India del que acaba de regresar Óscar Freire: «Alquilamos unas motos para recorrer parte del país». El itinerario del deportista y su grupo de once compañeros de viaje se tejió con la intención de abrazar lo auténtico y lo no convencional. No era un viaje típico; en lugar de guías turísticos tradicionales, confiaron en un anfitrión local que los guiara por este viaje de más de dos semanas. En su travesía, Freire y su grupo se enfrentaron a desafíos únicos, como la altitud: «Hemos llegado a 5.700 metros de altitud y resultaba complicado dormir, aunque los paisajes merecían la pena». La gastronomía de la India, con sus sabores únicos y especias exóticas, dejó una impresión duradera en el exciclista. Aunque la limpieza y las normas de tráfico fue lo que más le sorprendió. «En las ciudades había mucha suciedad y el caos del tráfico era muy diferente a lo que estaba acostumbrado». Freire describe como «experiencia reveladora» encontrarse con vacas en medio de la carretera o perros durmiendo en las curvas de la ruta. Esta observación le llevó a reflexionar sobre la complejidad de gestionar un país con una población de más de mil millones de habitantes.

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