Frases que toda embarazada no quiere oír
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AMORDESMADRE ·
Las futuras madres y sus parejas sufren la incontinencia verbal de la sociedad, que tiene poca empatía con su estadoRecuerdo el primer día que tuve mi primera ecografía, en la Residencia Cantabria. Allí sentada en la sala de espera, observando todo tipo de tamaños de barrigas e imaginando cómo sería la mía según avanzasen los meses. Atenta a las conversaciones entre futuras mamás ... y mujeres, que por razones desconocidas, estaban en esa misma sala sin poder ser madres.
Meses más tarde, ya con India en brazos, escribí este post recordando aquella sala, sus conversaciones, aquellas que, por aquél entonces, me parecían de lo más normal y que avanzando el embarazo empecé a tomar en cuenta.
Puede resultar raro o incluso me atrevería a decir insignificante que frases como las que voy a enumerar puedan llegar a resultar dañinas para las embarazadas o futuros padres, pero hay mucho inconsciente por el mundo que airea libremente sus pensamientos sin pensar en la repercusión que ello puede tener.
Empecemos por una de las más osadas. «¿Estás embarazada?». Jamás y cuando digo jamás es nunca preguntes a una mujer si está o no está embarazada hasta que ella no te lo diga. Sólo se perdona si la protagonista ya tiene un embarazo avanzado, cuando la barriga es evidente, ya sea que se la vea una barriga prominente o tengas dudas, la respuesta es no. No preguntes. Ni siquiera en una sala de espera de ginecología. Deja que ellos den la noticia, tú puedes meter la pata hasta el fondo y que la respuesta sea negativa, que ese día esté más hinchada de lo habitual, que lleve una ropa que no le favorece o que esté más rellenita y punto.
Una vez confirmada la noticia por los propios padres o bien alguien de plena confianza, la cosa cambia. Y podemos añadir al anuncio de la noticia frases como «El embarazo te sienta genial», «Desde atrás ni se te nota», «Vas a ser una mamá estupenda» o «Cada día estás más guapa». No importa que sea mentira. Nos encanta.
Luego llegan a los que yo llamo aguafiestas con las típicas expresiones que nos gustan tanto como: «Aprovecha ahora que luego… No volverás a dormir del tirón», «Se te acabó lo bueno», «Nada volverá a ser lo mismo». Y pienso yo… Y tú, ¿qué sabes? He oído mil testimonios, sobre todo esos que empiezan con un «Yo tengo una amiga…» y diferentes versiones. Desde que el niño no paró de llorar en los tres primeros meses o tuvo cólicos desde que nació, o bien se despertaba a la toma todas las noches a cada hora, no pudo dormir del tirón los tres primeros años. Sí, sí, ya sabemos que todo esto nos puede pasar, somos conscientes y aunque no hemos nacido con un manual debajo del brazo nos estamos preparando, porque lo más importante para nosotros es que queremos esta nueva vida. Se acaba una etapa de tu vida, pero comienza otra y vosotros lo habéis elegido así. Que nadie os quite la ilusión. No todos los niños son iguales.
«¿De cuánto dices que estás?» o «Ufff… Te queda lo peor». Gracias. No necesitamos que se nos recuerde que cada día vamos a estar más pesadas, más torpes y más hinchadas. Nos hartamos de leer información sobre el embarazo y créannos, nos volvemos auténticas expertas de cada etapa aunque no lo hayamos vivido. «Uy… ¿Puedo tocarte la barriga?» Noooo, «míííía… sólo mía», y es que no es mi caso, pero hay muchas mamás que no les gusta que les toquen la barriguita. Les da dentera o, simplemente, están hartas de que todo el mundo se lance a tocar sin preguntar, ¡que también les hay!
«Yo creo que es un niño» o «Yo creo es una niña». Pues mira sí, hay un 50% de probabilidades de que aciertes. El problema viene cuando oyes «Ojalá sea niño/a…». ¿Y qué pasa si viene lo contrario? Venga el sexo que venga será el amor de tus ojos.
El parto no se libra. «¿Tienes miedo al parto?». Hombre, si soy primeriza y lo describes como una carnicería o pones ejemplos como la que pasa más de 24 horas en el paritorio y después de todo el sufrimiento tienen que hacer cesárea, enseñas la cremallera que llevas de recuerdo y encima cuentas que casi no llegan a tiempo a sacar al bebé… la respuesta es sí. Un poco de compasión, aunque que también se oyen otras versiones como casi no llego al hospital, casi sale por el camino, llegar y besar el Santo.
«¿Seguro que queréis poner ese nombre?». «¿Es definitivo?». He de confesar que estas dos me hacen mucha gracia. ¿No creéis que ya es bastante complicado ponerte de acuerdo con tu pareja en la elección de un nombre como para pensar en si les gustará al resto del mundo? Si os pasa como a nosotros, que nos importa más bien poco, lo llevaréis bien. Pero si eres indecisa/o y no tienes muy claro si has escogido el nombre correcto, este tipo de comentarios pueden desencadenar en fuertes dolores de cabeza… Poner el nombre que os guste a vosotros, sus padres, sin importar lo que opine el resto. Siempre habrá alguien a quien no le guste o le recuerde a…
Y acabamos con «¿es buscado?» y «¿es natural?». Mis preferidas. Cuidado con esto, detrás de un embarazo siempre hay una historia. Una historia que quizás los padres no quieran compartir, bien porque les ha costado mucho llegar a quedarse embarazados, porque no buscaban un bebé y ha venido de repente, o mil y una circunstancias que no nos importan. No cometáis la torpeza de preguntar, dejar que los propios padres os cuenten hasta donde ellos quieran. Es algo muy íntimo.
Tengo más frases en la recámara, pero estas son las que más me han llamado la atención.
Ah y no olvidéis que a todas las embarazadas - y no embarazadas- nos gusta oír cosas bonitas, y en nuestro estado, que nada tiene que ver con las hormonas, muchas veces nos sentimos incomprendidas. Un «Yo te ayudo», «Reposa», «Creo que necesitas chocolate» o «Te lo traigo», no nos vienen mal...
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