Carmen Ealo de Sá: «Los gatos han hecho a mis hijas más responsables»

La abogada María del Carmen Gema Ealo de Sá, cónsul honoraria de Brasil para Cantabria y Asturias, lleva en su nombre y apellidos las raíces de sus progenitores, dos ibéricos a los que el destino quiso reunir en ultramar. De madre española, de padre portugués, de cuna brasileña, hispana y americana por igual, la diplomática comparte casa con dos gatos que cada mañana la levantan de la cama pidiéndole el desayuno con acento siamés.

-¿Quién es Kiko?

-Un gato bueno y educado. El rey de la casa hasta que llegó Lui.

-¿Y quién es Lui?

-El gato alegre y activo que hace correr a Kiko con sus juegos y travesuras.

-¿Ya había tenido animales?

-No, nunca.

-¿Qué le impulsó a dar ese paso?

-Más que qué, yo diría quién. Y ese quién es mi hija Marina. De pequeña tenía mucho miedo a los animales, así que pensé que un gatito le haría bien. La verdad, no le ilusionó nada. En cambio Alex, la pequeña, se alegró mucho.

-O sea que, en cierto modo, usted adoptó a Kiko para inculcar a su hija el amor a los animales.

-Podría decirse que sí. Sí.

-¿Cree que cumplió su función?

-¡Claro que sí! Marina le adora. Es más, fue ella quien luego trajo a casa Lui y quien se ocupó de atenderle cuando más lo necesitaba.

-¿Espera lo mismo de Lui?

-No, Lui ya llegó a casa con todo el trabajo hecho.

-¿Hasta qué punto han enriquecido a su familia?

-Los dos han traído mucha alegría y cariño a nuestro hogar, le han dado mucho movimiento y mucha vida a nuestra casa. Y otra cosa muy importante; han hecho a mis hijas más responsables. Las dos saben bien lo que implica tenerlos aquí; hay que darles de comer y beber, limpiarles el arenero, recoger el pelo que van soltando, llevarles a vacunar...

-¿Se tumban 'Cara al sol'?

-¿Por qué dice eso?

-En agosto de 2019, una organización juvenil que se concentraba ante su consulado denunció que en su vivienda se reprodujo a todo volumen el himno de Falange.

-¡Ah! Jajaja. No, oiga, no. Aquello no fue como lo contaron. Ni siquiera estaba aquí ese día. No. Kiko sale al mirador por las mañanas y se pone panza arriba porque le encanta el calor; y Lui sale por la tarde-noche porque en su caso prefiere los baños de luna.

-En septiembre de 2020, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, promulgó una ley que eleva las penas a quien maltrate a perros y gatos.

-Sí.

-Él la quiso vetar porque entendía exageradas las penas, pero al final tuvo que aceptar presionado, entre otros, por su mujer, Michelle.

-Eso se dice.

-¿Usted es más de Jair o más de Michelle?

-Bueno, en los términos en que me plantea la pregunta, yo estoy de acuerdo con Michelle.

-Hasta cinco años de cárcel por maltratar a un animal. ¿No le parece excesivo en un país que castiga con tres años el abandono de un bebé?

-Condeno el maltrato animal y entiendo que debe ser penado. A partir de ahí, no creo que deba yo valorar una respuesta penal concreta en relación al abandono infantil.

-Allí los animales votarían a la ultraderecha.

-Bueno. En un país tan grande como Brasil, con una fauna tan variada como la que tiene, habría de todo... Digo yo.