Dos generaciones de cántabros conquistan las audiciones de 'Got Talent'

«Ha nacido con zapatillas de ballet y patines en la mano», asegura Alexia Rojo, madre de Darío, que ya ha cumplido 7 años, y recordada campeona de patinaje. En la actualidad dirige la escuela de esta disciplina Alexmar y su hermana Marta la de danza. Fue ella quien coreografió al peque y salió al escenario al final mientras hablaba con el jurado y explicó que está comenzando sus estudios profesionales de Danza «y quería mostraros un poco de lo que ha aprendido», dijo Marta Rojo. Aunque lleva «toda la vida dedicado al arte, era su primer casting y lo vivió con muchos nervios», confiesa su progenitora. «Todo era nuevo para él y fueron muchos horas de grabación y entrevistas en diferentes teatros de la Gran Vía de Madrid», explica. Aunque compensó resume la experiencia como «dura y profesional» para un bailarín de tan corta edad, resultó de lo más «gratificante» con los dos 'síes' que le aseguraban la continuidad en el 'talent'.

Desde que ensayaron su participación quisieron sorprender con un espectáculo de lo más variado. Así, presentó «un número que mezcla hip-hop, clásico, danza española, contemporáneo y acrobacias… todo fusionado». «Queríamos una 'performance' original'». Para ello ha entrenado hasta «cuatro horas al día». Incluso en el confinamiento no paró sus ensayos, «hicimos sesiones intensivas, no hemos parado». Sin duda, es un bailarín disciplinado y eso le ha valido la próxima participación en el Campeonato del Mundo con la selección española en la 'Dance World Cup', que se celebrará en julio en Burgos. Allí competirá en la modalidad de acrobacias.

Lo de la televisión surgió en pleno estado de alarma, «enviamos los vídeos caseros, no había herramientas para hacerlo mejor y pensábamos que no iba a lograrlo, pero superó los castings», dice Rojo. Desde entonces están muy «emocionados y contentos», pero fue saber que se estrenaba la sexta edición y hasta «quitarle el sueño a Darío». Especialmente cuando se vio en el anuncio, «fue un 'shock' para él, pero le motiva a seguir trabajando». «¡Qué nervios, mamá, que voy a salir en la tele!», decía el pequeño.

Al inicio del programa Darío y su madre salían en pantalla hablando de Risto, el juez favorito del pequeño cántabro. «Es muy fan y estaba pendiente de si le diría que sí. Cuando le vio se quedó en silencio, le causó sensación verle en directo y tardó en hablar». Su 'no' lo argumentó por la tipología de baile hip-hop que no le encajaba con la edad del concursante, algo que para Darío fue un chasco. Mientras que Edurne fue «encantadora» y destacó su «flexibilidad y bailas estilos diferentes». «¡Felicidades, Darío! Me ha encantado», juzgó la madrileña. Dani Martínez, que valoró que el cántabro tiene «mucho ritmo y he estado a punto de saltar a bailar al final», aprovechó para imitar a Miguel Ángel Revilla. Su par de 'síes' fueron suficientes para asegurar una nueva aparición con la que espera volver a demostrar que «la vida del artista es así, mucho trabajo, forma parte de la familia», comenta Alexia Rojo. De hecho, su consejo de madre y artista, fue que «estuviera tranquilo y pensara sólo en disfrutar del momento que iba a vivir. El trabajo ya estaba hecho».

Ahora está pletórico con las reacciones a su aparición en televisión. No para de dar piruetas y moverse a ritmo frenético, «tiene poco tiempo para otras cosas». Aunque cuando descansa le gusta jugar al 'Fornite'. ¡Se merece unas cuantas partidas!

Lleva una vida en vinilos, platos, samplers… El ritmo corre por sus venas y con ella ha hecho bailar a miles de personas. Fue el maestro de DJ Ivi cuando se presentó al programa y entonces pensó en hacerlo él, «me picó la curiosidad», reconoce. A sus 62 años, Poli Celis es un referente en la escena electrónica cántabra, aunque ha vivido en diferentes lugares, especialmente en las Islas Canarias. Es un hombre cercano y con mucho sentido del humor, que lo mismo se viste de Elvis Presley para contar la Historia del Música que protagoniza un vídeo para animar durante el duro confinamiento.

Recuerda que «en el teatro no pasan las horas esperando tu turno de grabación» y tuvo que tirar de paciencia. «No ves, oyes ni sabes nada de lo que pasa fuera. Producción va llamando según su escaleta y me llamaron el último, a las 23.00 horas». El programa es editado, pero conservó en emisión que así fuera y se aseguraron un cierre apoteósico. Todo el teatro, literal, con Santi Millán, el jurado y el público con su distancia de seguridad bailaron con él.

Súper Poly DJ llegaba al 'talent' en la compañía de su hijo Pawnee, que viajó desde Tenerife, así como algunos amigos con los que pasó «un par de días de locura en Madrid. Ellos de paseo y yo grabando», dice, entre risas. Su aparición fue llamativa desde el principio, «ciertamente nunca he pasado desapercibido», decía ante las cámaras. Con una camiseta del grupo Melopea dejaba bien claro que «a la música me dedico desde hace un montón de años, no soy ningún chiquillo». De hecho, reivindicó «¡arriba el guateque!». Era verano y aparecía en bermudas sobre el escenario, primero sin sus herramientas, dejando clara su intención al presentarse, «creo que la edad no es un impedimento para disfrutar y hacer lo que a uno le apasiona».

Dani Martínez preguntaba a sus compañeros, «¿de 0 a 10 cuánto estáis de desconcertados?». Fue entonces cuando apareció con una camisa rosa de calaveras y una gorra de Brooklyn para empezar con su sesión con Queen y su 'Bohemian Rhapsody'. Pronto subió la intensidad y comenzaron las palmas y el jolgorio colectivo, menos Risto que apenas se inmutó. En cambio, Dani Martínez se subió pletórico a la mesa y Edurne se quedó del todo impactada cuando producción y Santi Millán salieron emulando el meme viral de pasear un ataúd con la canción 'Astronomía'. El clásico 'Everybody dance now' cerraba su 'pinchada', para la que muchos pedían el pase de oro. Martínez se apuntaba un tanto divertido al animar al público, «tranquilos, que ahora seguimos todos en mi casa». «Creo que estoy emocionado», decía Poli tras acabar su número. Algo que Dani entendía, «si has puesto esto patas arriba».

El cántabro se atrevía a señalar que hasta Risto había «movido la cabeza», algo que el polémico publicista negaba. En las valoraciones Dani Martínez destacaba que «un buen DJ lo que tiene que hacer es mover a la pista. Es como se sabe si funciona o no, el público, como un cómico cuando se ríen del chiste». Como curiosidad, hizo referencia al par de pendientes que tanto él como el concursante llevan preguntándose hasta cuándo son apropiados, «toda la vida se pueden llevar, referente», dijo y confirmó el 'sí'. «Eres lo más, me lo he pasado… Se me ha olvidado que estaba en 'Got Talent' por un momento. ¡Qué fiestón hay aquí!», comentó Edurne. La cantante le preguntó por su trayectoria y Poli recordó cuando como «disc-jockey de la antigua usanza empecé con vinilos. Me iba a Mallorca a buscarme la vida con dos maletas de vinilos que parecía que venía reventado de la compra y ahora me he reciclado con la parte digital».

Cerraba Risto asegurando que no sería él «quien critique que la gente puede hacer de todo a cualquier edad. Es sólo el número de vueltas que has dado al sol y hay gente que las aprovecha mejor que otras». Hizo un apunte al nombre, «no me gusta», dijo. «Estoy abierto», contestaba el santanderino. «Lo tienes a huevo… DJ Residente, qué mejor residente que tú», afirmó Mejide. «La entrada no ha sido buena. Ha habido una base que no te ha entrado a tempo y lo sabes», añadió antes de dar su 'no'. «Me llevo el 'no' de Risto y tus consejos, de verdad», apuntaba el DJ. En cambio, Edurne le daba una alegría. «Poli, yo esto necesito vivirlo aquí otra vez en 'Got Talent', para mí es un 'sí'», concluía.

Ahora no para de contestar mensajes de apoyo y cariño. Volveremos a ver otra misión electrónica de Súper Poly DJ en Telecinco. «Cuando sales al escenario, no ves nada. Los nervios y la concentración, hacen que no disfrutes hasta que acaba. Ahí, ya te rompes y luego verlo en la tele y, sobre todo, ver la respuesta de toda la gente, incluso la no conocida, es una locura», asegura. El DJ está feliz, «vale mucho la pena hacer todo esto y disfrutarlo». Hasta el próximo programa…