Paz Guerra: «Mi hijo es el más real de todo 'GH Dúo'»

Estos últimos dos meses son una auténtica vorágine de vuelos, platós y redes sociales para la santanderina Paz Guerra. La madre de Alejandro Albalá, concursante de 'GH Dúo', vive a caballo entre la capital cántabra y Madrid, donde ejerce de defensora oficial de su hijo. Estos días está muy pendiente de su nominación, la primera en el concurso, apoyando a los clubs de fans del joven con el tema de las recargas para los votos frente a sus dos virales Ylenia Padilla y María Jesús Ruiz.

Aunque su hijo era ya conocido por su relación con Isabel Pantoja hija, Guerra asume que esta es una nueva situación más mediática para él. «Lo de los 'realities' me cuesta un poco. Es exponerte demasiado y resulta un poco duro», asegura. Aun así, defiende que su hijo «está mostrándose como es. Le veo muy sincero, con mucho aguante, siendo buena persona y educado». De hecho, asegura que está dejando atrás comentarios negativos previos a su entrada en el concurso. «Se habló muy mal de él. Los medios habían construido una imagen de mi hijo a través de filtraciones para hacer daño, creando un esquema de un Alejandro que no existía. Es un muchacho tranquilo, noble y sincero».

Paz Guerra no oculta el malestar con Sofía Suescun, la expareja de Albalá, que está jugando al gato y al ratón con el cántabro. «Está aguantando el juego de Sofía, en vídeos no se ve todo lo que pasa dentro, pero quien sigue el 24 horas sabe de lo que hablo», comenta. Sabe que su hijo es joven respecto a otros compañeros, «es un veinteañero, tiene poca madurez frente a los demás, no podemos comparar», pero «resulta duro verle en esa casa de paredes de cristal y le admiro por cómo está llevando su historia».

Según cuenta, su exnuera, «supuestamente le dejó, pero le seguía dando coba». Ahora, el último giro de los acontecimientos se produjo el domingo, con una cena íntima en que Alejandro «cortó definitivamente y respiré». La podóloga santanderina asegura que «ella está jugando con él, pero va espabilando y saliendo del bucle».

Las idas y venidas televisivas tienen a Paz Guerra sin apenas vida, «no tengo tiempo ni de salir, vivo en una burbuja metida». Apenas es consciente de la repercusión de sus apariciones. «No me gusta que me conozcan, es un poco incómodo y reconozco que soy muy despistada, pero se agradece mucho el cariño de la gente». Eso sí, asume que «cuando pase todo esto, la televisión va tan rápida que al mes no te conoce nadie». Personalmente, reconoce que cuando pisó por primera vez los platós y vi a tantos rostros conocidos se sorprendió, «pero luego te das cuenta que es una empresa más y todos los famosos son de carne y hueso».

Sobre su rival televisiva, Maite Galdeano, tiene una opinión muy clara. «Busca demasiadas vueltas a las cosas. Yo cuento hasta diez y después ya hablo, pero hay momentos en que te dan ganas de levantarte», admite. No entiende que la ex conductora de autobuses «nos ataque con tanta inquina, tiene algo personal con mi hijo y conmigo, cuando yo no la conocía de nada». Sus rifirrafes catódicos dan mucho juego, aunque no entiende lo bien que se desenvuelve la 'gran hermana'. «Estamos en un sitio público, no me parece oportuno decirnos las cosas sin filtros. Ella suelta lo primero que se le ocurre y luego lo niega. Es imposible tener una comunicación con ella», asegura. Es más, confirma que «no tengo el más mínimo interés de tener trato con ella fuera del plató. Cuando no va estoy más cómoda».

La nominación del jueves, que puede finiquitarse este mismo martes si cae Alejandro de la lista oficial, concentra todas sus energías. «Tiene que quedarse, creo que es la persona más real de toda la casa. No lleva ninguna estrategia», asegura. En su opinión, otros concursantes «están buscando carpetas, discutir y dar vídeos. Me resultan poco naturales… Mi hijo ríe, sufre, es siempre él. Se merece quedarse». Y apunta algo interesante, que su historia de desamor puede ser útil para los espectadores. «Demuestra que se puede luchar contra ese sentimiento e ir levantando cabeza».

Aunque la madre santanderina sabe que tiene que luchar contra la campaña en contra de los 'sofistas', seguidores de Sofía Suescun, «se lo van a poner difícil». Su esperanza pasa porque Albalá siga en Guadalix y que no vuelva con ella, «se equivocaría». Aún recuerda con cariño su reencuentro en la casa, en el que «Alejandro me decía al oído: ¡Mamá, no te preocupes! Estoy bien». «Es un chico muy cariñoso, merece seguir ahí mostrando que es auténtico», finaliza.