Cómo hablar a tus hijos para que te escuchen
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Cada 'peque' es distinto y sus padres también, por lo que hoy os comparto algunos consejos útiles y eficaces de aplicar para una comunicación sana en familiaSecciones
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Cada 'peque' es distinto y sus padres también, por lo que hoy os comparto algunos consejos útiles y eficaces de aplicar para una comunicación sana en familiaA veces nos frustramos pensando que nuestros hijos nos oyen, pero no nos escuchan. Otras creemos que nos han escuchado, pero sus acciones demuestran que no nos han entendido.
¿Has analizado cómo puedes mejorar esto?
No siempre ellos, los distraídos, rebeldes o inquietos tienen ... la culpa... La mayoría de las veces somos los padres los que no conseguimos expresarnos de manera correcta para conseguir captar su atención y 'lograr el éxito' de nuestras palabras. Para que tus hijos te escuchen deberás aprender a hablarles correctamente.
Si con los adultos ya adquirimos ciertos criterios para que se nos escuche, como tener control sobre nosotros mismos, expresar un lenguaje corporal genuino, generar confianza, ¿por qué no aplicarlo con los 'peques'? Esto facilita la comunicación, ayuda a que tu fluidez sea mejor y quieran escucharte.
La paciencia, en muchas ocasiones, se nos agota más a menudo con los niños que con los adultos, y recurrimos a alzar la voz para que nos presten atención, pero no siempre funciona. La comunicación con 'nuestros locos bajitos', a veces, es complicada. Hay ocasiones en las que resulta difícil dialogar para expresar lo que se quiere decir y, en esas circunstancias, es cuando el niño recibe un mensaje erróneo y lo interpreta de manera incorrecta.
Aunque cada hijo es distinto y cada padre también, voy a compartir algunos consejos útiles y eficaces de aplicar:
-Elige un momento oportuno para hablar, no siempre será el instante ideal por el entorno.
-Escucha tú primero. Abandona lo que estés haciendo y presta toda la atención a lo que te dice, asiente mientras te habla y no le interrumpas, espera a que termine y aprende a reconocer sus sentimientos.
-Mírale a los ojos cuando le hables. Atrapa su atención con la mirada, que te sienta y, si es preciso, 'baja' a su altura para comunicarte.
-Reflexiona tus palabras, modera cada respuesta y utiliza un lenguaje positivo. No hagas críticas y evita las etiquetas o amenazas. Las conversaciones deben ser acordes a su edad.
-Dale pautas breves y concisas. Es importante abordar los temas difíciles de frente.
-No centres en ti la conversación.
Recuerda que la comunicación no sólo son las palabras... Los gestos, las miradas, las sonrisas, los abrazos o los silencios expresan, en muchas ocasiones, más que una simple palabra porque salen del corazón.
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