«Ser 'influencer' es más difícil y esclavo de lo que la gente cree»

Carolina Brunelli, que estudió Diseño de Moda, contó toda su historia y cómo «desde pequeña» vivía una conexión con las prendas, ya que su madre es costurera y modista. De hecho, recordó que el fenómeno comenzó con los blogs. «Me fui introduciendo en ellos y aparcando el diseño como tal. Me dedico de lleno a las redes desde 2014», explicó. Con ejemplos de nombres de la moda nacional e internacional se decidió a compartir su pasión, pero con ayuda. Su pareja entonces –y ahora– ejerció de cómplice como fotógrafo en esta aventura enredada. Su evolución ha sido paralela a los hábitos de los usuarios, «los blogs han muerto un poco. Esto cambia de la noche al día. Ahora es todo más digital y desde el móvil, mucho más rápido», señaló.

Supo aprovechar el momento y los inicios de Instagram, la red que hoy domina. «Al principio posaba con ropa de casa y seguía comprando en mis tiendas de siempre. Hasta que fui subiendo poco a poco», comentó. Cuando no se hablaba de algoritmo, los datos eran otros. «Antes en Instagram subías como la espuma si compartías mucho contenido. La gente estaba muy activa, crecías muy rápido», recordó. De hecho, no desanima a quienes intenten hacerse un nombre en la red, pero advertía que «es más difícil». Para la 'influencer' cántabra «es muy importante que cada uno tenga el sello que le identifica».

No señala ningún momento o 'post' como punto de inflexión y clave de su éxito, «fue todo tan natural». Eso sí, remarcó la importancia de tener ayuda, «cualquiera se puede sacar un 'selfie', pero realmente tiene que haber alguien contigo trabajando», añadió. Sí que compartió algunas líneas básicas de su trabajo, «es muy importante interactuar. A todo el mundo no le vas a gustar. Hay mucho 'hater', pero se trata de conectar con la gente… Soy mucho de contestar y enrollarme. Como soy de normal, pero en la red». Así, pasa a compartir 'links' de prendas y demás consejos.

«Una chica normal con aspecto de ejecutiva», así definía la periodista María Gómez a la 'instagramer'. Reflejó cómo «suelen ser las marcas las que se ponen en contacto conmigo. Me escriben, interesadas por el estilo de fotografía o por cómo visto». Lo hacen directamente o a través de una agencia y establecen contratos según las necesidades. Ahí entra su 'ritual', «me gusta ver cómo es y si me identifico con ella. Lo rechazo si no son mi estilo. La gente lo nota en los 'post' que comparto», aclaró. Sobre las dudas que genera esta nueva profesión, Brunelli dejó bien claro que «es un mundo mucho más difícil de lo que la gente se cree». En su opinión, «hay quien se lo toma como que todo es un poco de cachondeo. Hablan de 'influencers' y se ríen… ¡Ay, qué chorrada! Esto lo hace cualquiera… y no. Es mucho más esclavo, todo el día con el móvil, pensando fotos y demás», dijo.

Contó cómo está siendo el trabajo durante la pandemia. «Al principio todo el mundo estábamos preocupados por no poder salir a la calle a hacer fotos. Nos hemos tenido que reinventar un poco», aseguró. En su caso tenía material de sobra, «la semana antes del confinamiento estuve en París y tengo millones de fotos para coleccionar». Y la creatividad fue su recurso, «convertimos nuestra casa en un estudio fotográfico. Las marcas mandaban las prendas y nos hacíamos las fotos como podíamos».

«Poco a poco van entrando también los hombres», señalaba Brunelli. Su buen amigo Adrián Oslé es un claro ejemplo. Desde Ucieda, este joven inquieto también estudió entre patrones un módulo de Corte y Confección. Lleva ya 8 años dedicado a este mundo 'fashion' con blog propio y como ejemplo de chico estiloso. «Cada día nos interesamos más por lo que se lleva y lo que no, pensando en cómo ir bien vestidos. Nos fijamos muchísimo en los pequeños detalles. Cuesta, pero los chicos van cogiendo terreno», explicó sincero.

Actualmente compagina su trabajo como dependiente en el sector de la moda con los quehaceres de las redes. Aunque se esfuerza por encontrar el equilibrio, «la agenda es un poco caos, intentas sacar tu momento para poder sacar fotos y preparar contenido», aseguraba. Oslé trabaja con varias firmas, «no me quejo de las colaboraciones, pero no tengo tiempo… Reconozco que estoy centrado en mi trabajo, no tanto en lo digital», aseguraba.

El cántabro resumía en pocas palabras su línea personal, se trata de «enseñar tu esencia y que realmente les guste tu estilo. Que vean algo combinado y quieran llevarlo de esa manera». Personalidad a la última que siempre ha compartido en Cantabria DModa, pero asumía que arriesga «poquito, es para reñirme, pero puedo sacar looks que en Cantabria se ven menos». Algo que indicó bastante generalizado en el sector masculino, «nos cuesta innovar», mientras que las chicas «prueban estampados, tejidos, cortes…». Sí que aplaude que las colecciones introducen cambios y las opciones se multiplican cada temporada.

Entre sus seguidores, Oslé explicaba que hay «una mezcla de todo. En el blog me escriben muchas chicas cogiendo ideas para sus novios. Entre ellos, hay mucho usuario internacional, especialmente de Italia».

Fue en 2005 cuando Trinidad Castillo conseguía el premio Jóvenes Diseñadores de Moda de Cantabria con un diseño inspirado en Sherlock Holmes. Desde entonces ha seguido creando prendas únicas, en colecciones y a medida, para una mujer apasionada del estilo. Ella siempre tuvo claro qué sería de mayor y ha cumplido su sueño profesional liderando un taller con mucho encanto en Loredo. Desde allí lo mismo cose trajes de novia únicos que piezas virales con la actriz Marta Hazas como buena amiga y aliada.

«En estos 15 años el sector ha cambiado muchísimo, evoluciona muy rápido. En la historia de la moda conocemos la relación entre las musas y el diseñador de toda la vida, como Audrey Hepburn y Givenchy. Sigue siendo lo mismo, hoy en día los diseñadores dependemos de ese fenómeno 'instagramer' o 'influencer'. Ellas llevan las prendas que nosotros hacemos y creamos. Es muy importante la relación», aseguró. «Como diseñador resulta fundamental lo que quieres reflejar y tu concepto de mujer. Cuando quieres hacer un contrato con una 'influencer' no debes buscar a alguien porque sea la que tiene más seguidores, sino que refleje tu identidad. Si tienes un canon de belleza de mujer debes buscarlo dentro de las redes, sino es una equivocación, confundes a la gente», añadió.

Según la creadora cántabra, el universo de la moda es tan frenético que «no puede descansar la cabeza». Así, está «a punto de lanzar» una nueva firma, 'El Gato y Trinidad', como ya adelantó en Cantabria DModa. «Una colección para todos los públicos y bolsillos» que promete sorprender. Un proyecto que la diseñadora loredana compartirá con Cristina Canales y Christian de la Fuente, responsables de 'El gato en el balcón', en Santander. Seguro que cuentan con más de una 'influencer' cántabra para sumar visibilidad y estilo.