Influyentes con acento cántabro

Hace cuatro años Socio, un gato de raza Maine Coon, aterrizó en el domicilio santanderino de Israel Merino y su mujer. Un felino de unos diez kilos de peso y una largura considerable. Sus dueños jamás previeron el fenómeno que iba a suceder con su mascota, a raíz de crear un álbum fotográfico: «Nos hicimos un perfil en Instagram para archivar de forma más sencilla las fotos que le hacíamos a Socio. De repente, aquello se convirtió en un bum y vimos el potencial que tenía nuestra cuenta», relata Merino para este periódico. Y no es para menos, ya que en TikTok cuentan con la friolera cantidad de dos millones de seguidores.

Socio es el protagonista indiscutible y un auténtico 'influencer'. Con un contenido muy variado, sus dueños buscan encontrar todo tipo de público, además de aquel que ya cuente con una mascota: «Buscamos compartir cosas típicas o graciosas que les suelen suceder a los gatos. También compartimos consejos de belleza para aquellos que tengan otro minino», narra su dueño. Sin embargo, la posibilidad de vivir solo de los contenidos aún no se ha producido, y, tanto Merino como su mujer cuentan con otros trabajos al margen de la producción de los 'posts'. Eso sí, Socio es el primero en estar preparado para lo que sea: «Él ya sabe de sobra cuando tiene trabajo».

Si alguno recuerda la aplicación Video Star, pensará en el tipo de vídeos que se podían compartir en ella: de corta duración, y en su mayoría 'playbacks' o bailes. Una de esas grabaciones en aquella 'app' fue su trampolín del anonimato a la fama. Fernández, de tan solo 23 años y recién graduada en Comunicación Audiovisual, es una de las reinas del TikTok en Cantabria. Su perfil cuenta con 107 millones de 'me gustas'. Un auténtico ídolo de masas, que comenzó en la aplicación mencionada al inicio: «Todo empezó por puro aburrimiento en casa, y fíjate ahora. Quién me lo iba a decir», relata Fernández.

Su secreto es «la naturalidad» y mantener los pies en la tierra: «No se me ha subido la fama a la cabeza en ningún momento. Yo sigo siendo la misma de antes y no me considero una persona famosa ni mucho menos. Lo único que ha cambiado es mi forma de vivir, que es muy distinta». Y es que las apariencias son su peor enemigo: «Detesto el postureo. Mis amigos me dicen que soy la TikToker que odia la aplicación, y tienen razón. Hay muchísimo falserío en redes sociales, y eso es odioso», afirma contundente Fernández. Y es que «no hace falta posturear para compartir contenido». «Se puede ser 'influencer' con una vida totalmente sencilla».

Artista del género urbano latino y participante de 'realities', Diego Pérez —su verdadero nombre— comenzó en las redes antes de convertirse en un personaje mediático: «Yo ya era un usuario antes del bum; sin embargo, fue cuando salté a la televisión cuando todo se disparó», relata el astillerense. Fue en ese momento cuando las redes se convirtieron en otra forma de acercarse a su público y crear su propio contenido: «Me gusta mostrar mi día a día a modo de rutina, y de esta forma conectar con mis seguidores».

Además de crear su propia producción por redes, el joven de 29 años dirige su propia empresa de representación de 'influencers' llamada GoAgency, donde además de representar a jóvenes influyentes, también les ayuda a la hora de ser patrocinados por aquellas marcas que contactan con ellos. Una labor que, para nuestro protagonista, es «el futuro»: «Los anunciantes saben más que de sobra que las redes van a gobernar la producción de contenidos. La gente joven conecta antes con un TikTok que con un programa de televisión, porque se sienten más representados. Esto es mucho más real a ojos de los demás». Destaca también la necesidad de renovarse: «Es imposible sacar contenido sin aportar nada nuevo. Hay que innovar siempre».

Moda y un estilo de vida desenfadado son los contenidos que @barbaraprzz exhibe en su perfil desde hace cuatro años: «Comencé a recibir remuneración por lo que subía hace como dos años y medio, y desde entonces me dedicó a nivel profesional a ello. Mientras avanzaba con este curro, me lo empecé a tomar más en serio, y a darme cuenta de lo mucho que me gustaba», relata Pérez. Un trabajo al que, con sus 25 años, ya se dedica a tiempo completo: «A día de hoy es mi único trabajo y he conseguido vivir de ello».

Un mundo que trae consigo un «abanico de oportunidades enorme» y del que la santanderina se siente «muy afortunada y agradecida cada día por todos los regalos» que recibe. Además, nunca llega a encontrarse abrumada por la gente: «En general diría que paso desapercibida. A veces me conocen, y otras muchas no».

No obstante, no es oro todo lo que reluce. Las críticas y los populares 'trolls' siempre están muy presentes en una tarea como esta. Sin embargo, Pérez las ha hecho frente: «El tema 'haters' lo llevo tan bien que hasta me asusta los niveles de indiferencia a los que he llegado con ese tipo de gente. Al principio sí que me afectaba más, pero he aprendido a que me dé exactamente igual lo que me diga alguien que no me conoce más allá del 1% que comparto de mí en las redes».

De una forma muy «inocente» comenzó su andadura por Instagram Rocío Barrios —@rizadotass–. Unos vídeos compartidos con sus amigos sobre el cuidado del cabello fueron la llave que abrió la puerta al éxito de la 'instagramer' de 31 años. Desde entonces, no ha parado de crecer: «Busco que la gente se quiera tal y como es. Esa es la filosofía de mis publicaciones», relata la joven nacida en Laredo. Consejos sobre el tratamiento del cabello rizado son su producto estrella. Tanto es así que ha recibido ofertas por parte de muchas marcas para promocionarlas. Sin embargo, mantener su esencia ha sido su prioridad: «Mi trabajo me apasiona. Me dedico exclusivamente a crear contenido, y aunque he recibido muchas ofertas de anunciantes, he declinado bastantes porque prefiero ser fiel a mí misma».

No solo belleza se esconde en sus publicaciones. También alegría y positivismo se pueden encontrar en su cuenta, todo dedicado a quienes más la siguen: «Mis chimichurris lo son todo para mí. Ellas son quienes me siguen y me apoyan siempre». Sin olvidarse de las críticas: «La gente puede causar mucho daño. Acabé aprendiendo, y de hecho, gracias a todos estos comentarios, decidí formarme en Tricología y Dermatología del Cabello. Es más, tengo previsto dar clases sobre ello en el futuro».

Digitalmente criado en YouTube, el santanderino David Castilla (ElReyGuiri) arrancó su carrera en el mundo de las plataformas audiovisuales en 2010, publicando contenido sobre el popular videojuego Minecraft. Sin embargo, en 2014 decidió cambiar el rumbo de su vida en la red para centrarse en el mundo de la Fórmula 1. En su primer canal de YouTube sobre esta temática llegó a cosechar más de 68.000 suscriptores. Este tuvo que abandonarlo por un problema con el algoritmo de la plataforma y, ahora, en su segundo canal, ElReyGuiriPlay, ha obtenido hasta el momento más de 63.000 seguidores.

Con el impacto de la pandemia, el joven de 22 años se animó a probar suerte en Twitch y es ahí donde ha encontrado un método de trabajo con el que se siente más cómodo. «Me he dado cuenta de que para mí es mucho mejor el 'streaming'. En los directos queda todo hecho, únicamente te centras en que el resultado en el momento sea bueno. Con los vídeos tienes la mente ocupada en la edición posterior y no me sentía igual de motivado», dice.

En cuanto a las ventajas de su trabajo, reconoce que «estar todos los días frente a un micrófono te ayuda a mejorar tus habilidades comunicativas y de improvisación». Tanto que ni se preparó un guion para presentar el TFG sobre Ingeniería Mecánica.

Veinte años, estudiante en la universidad, y con un buen número de seguidores en las redes a sus espaldas. Sara Martínez, natural de Santander, comenzó su carrera en Musical.ly —el antecesor de TikTok— compartiendo publicaciones que no tenían «nada en especial», pero que, sin embargo, la hicieron crecer como creadora de contenido:«Visto el éxito, decidí abrirme una cuenta en YouTube donde poder compartir mis pensamientos y mi personalidad tal y como es. Me gusta compartir la naturalidad de mi vida, sin mentir a nadie y sin mostrar nada que no sea yo», manifiesta Martínez. Esa es la clave de su notoriedad: una vida sin adornos. «Creo firmemente que puede mostrarse en redes un tipo de vida más mundana y muy pegada a la realidad. Yo soy consumidora de perfiles con vidas de ensueño, pero siempre me hace ilusión ver cómo la gente triunfa más por su forma de ser que por su modo de vida».

Pese a su renombre, Martínez aún no ha conseguido adaptarse a la fama que las redes le han aportado:«Pasar desapercibida todavía me cuesta. Me pongo nerviosa y me da mucha vergüenza, pero la cantidad de apoyo y mensajes buenos que recibo, hace que merezca la pena». Y es que las críticas negativas se cuentan con los dedos de una mano: «Tengo muchísima suerte con eso».

Paula Gómez, nacida en Mompía en 1998, cumplirá tres años en septiembre como creadora de contenido en Twitch. Aunque, en un primer momento se mostraba reacia a empezar por la «vergüenza» que sentía ante la posibilidad de abrir su propio canal, se animó a probar suerte siguiendo los consejos de sus amigos. Así como también hizo caso más tarde del consejo de sus padres de dejar la universidad y centrarse en su trayectoria como 'streamer' al ver el ritmo de vida tan ajetreado que había adoptado. «Mis padres me animaron a dedicarme de lleno a Twitch diciéndome que la oportunidad de acabar la carrera siempre iba a estar ahí, pero la de internet no», confiesa.

Aunque el trabajo ya lo traía hecho, ya que para muchos de sus suscriptores ya era conocida: «Ya tenía seguidores en otras redes sociales y ya había aparecido en directos de amigos. Mi primer día tuve una media de 100 espectadores, que para una primera vez es una barbaridad. Me animó a seguir, pero no me siento cómoda haciéndome los cuentos de la lechera», asegura.

Respecto a sus «panas» —sus seguidores— afirma haber creado con ellos una relación muy cercana: «Si a mí un seguidor me dice por el chat que, por ejemplo, ha conseguido trabajo, soy la persona más feliz del mundo», relata.

Un paseo por un aeropuerto hizo replantearse a Adrián Fernández su futuro. Seguía una cuenta de YouTube cuyo contenido le llamaba la atención. «¿Por qué no?», se preguntó en aquel momento. Tras dos perfiles en la plataforma roja, el santanderino de 31 años formó su cuenta definitiva: Estrimo TDJ.

Pese al éxito recibido, y la posibilidad de poder vivir de ello, Fernández ha asegurado su futuro con trabajos fuera de este sector: «Siempre he trabajado de otras cosas. Pese a ganar más dinero en internet, nunca me atreví a dedicarme plenamente a ello. Por aquel entonces, la gente de mi entorno se reía de mí, no me tomaban en serio. Luego todo se dio la vuelta cuando empecé a ganar dinero y fama. Ahora, continuó trabajando en eventos para una empresa especializada en música 'freestyle', además de seguir subiendo vídeos», narra el creador de contenido.

Fernández se ha posicionado como una figura ilustre de YouTube en Cantabria. Sin embargo, también ha tenido que enfrentarse a los peligros de esta fauna virtual: «Es un mundo muy tóxico. Los números y las visualizaciones pueden acabar obsesionándote».

Si bien el futuro es incierto, confía en que en septiembre pueda retomar la actividad habitual en el canal.

Oriundo de Santander, aunque con residencia en Barcelona, este joven de 26 años inició su andadura de 'influencer' cuando MetroFLOG y Tuenti eran la definición de una época. Fue con la aparición de Instagram cuando Iñarra cambió el manejo de las redes a un modo más profesional: «Al principio subía cosas aleatorias, como las que compartía en Tuenti. Fue sobre el 2016 cuando cambié mi visión, ya que empecé a cuidar más las fotos y la ropa con la que aparecía», explica.

Además, sus primeras acciones remuneradas tuvieron lugar en aquel entonces: «Una compañía de agua nos invitó a mí y a otros creadores de contenido a Zarauz a una experiencia vinculada con el surf, para así promocionar su producto. Compartí 'posts' de lo que hicimos, y así fui recibiendo mis primeros ingresos en este mundo».

En la actualidad, trabaja en el sector hostelero. Labor que compagina con las redes sociales. ¿Su contenido? Ropa y estilo de vida. Algo que, además, disfruta mostrando: «Al margen de que esto me genere beneficios, yo disfruto muchísimo al hacerlo», afirma tajante.

También presente en TikTok, al que, además, ve «mucho futuro»: «Percibo mucho potencial en esta 'app'. Quiero darle más caña. Llegas más fácil a la gente, y te permite ser más natural».

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