Marta López Mazorra: «Lara es el centro de nuestro universo familiar»

-¿Quién es Lara?

-El centro de nuestro universo familiar.

-¿Qué es un morkie? Porque dicho así parece un personaje de Star Wars.

-Jajaja. Sí. Algo de eso tiene. A nosotros nos enamoró nada más verla. Luego, al preguntar, nos explicaron que era una mezcla entre el yorkshire terrier y el bichón maltés.

-Un perro 'frankenstein'

-¡No! Una actriz perruna encantadora.

-¿Se imagina que eso mismo, cruzarlos a capricho de uno, pudiera hacerse con ustedes, los actores?

-Lo bueno de los actores es que son únicos e irrepetibles.

-¿Con el cruce de qué dos haría su actriz perfecta?

-En cada actriz y cada actor hay muchos actores distintos. No es cuestión de una buena combinación de actores sino de un buen elenco de actores. De ahí que sea tan importante el departamento de casting, ¿entiende?

-Entiendo.

-Hay tanto talento en este país que lo bueno es disfrutar de toda su variedad.

-Ya. ¿Y con el cruce de qué dos personas haríamos el mejor dueño de un perro?

-Yo no creo en la perfección. Por eso me dedico a la cultura. Creo en las personas comprometidas, en las personas sensatas, en las personas dispuestas siempre a tender una mano, en la apertura de mentes, de corazones, de pasiones y de sensibilidades.

-¿Qué papel representa Lara en su vida?

-¡Uf! Tiene el papel protagonista desde el día en que llegó a nuestras vidas.

-¿Es muy peliculera?

-¡Sí! ¡Y teatrera!

-Sí, ¿eh?

-Le encanta el cine y el teatro. En casa ve las películas como si fuera uno más.

-De acuerdo con la nueva ley, los animales dejaron de ser cosas el 5 de enero.

-Sí.

-¿Los suyos lo han sido alguna vez?

-Jamás. En casa siempre hemos tenido perros y a todos se les ha tratado como a uno más. Con cariño, amor y respeto. Platero, Troylo o Lara nunca han sido cosas para nosotros.

-Según la Fundación Affinity, cada año se abandonan en España 183.000 perros, cifra que alcanza los 300.000 si a este bochornoso recuento se añaden los gatos.

-¡Vaya!

-¿No es país para perros?

-Vivimos en una sociedad que corre mucho y reflexiona poco. Estamos perdiendo valores, algunos tan importantes como el compromiso y el respeto. No solo están aumentando los abandonos de los animales, también los de las personas; los de mayores, los de niños, los de refugiados... Precisamente esa es una de las razones por las que me dedico al teatro. Para tratar de mejorar como individuo.