Lucas Cabo: «Sería un sueño que el festival de Eurovisión se celebrara en Santander»

En su cabeza se imagina cómo sería ese momento, lo mismo que señala a Fangoria como representantes perfectos para la próxima edición. Él y su bandera (en realidad, tiene una de repuesto por eso de los imprevistos) son ya símbolos para Cantabria y los 'eurofans'. Aunque él no se considera un icono, le basta con saber que su gente querida le verá, como surgió esta anécdota tan comentada. Por suerte, comparte un álbum de lo más personal con infinidad de representantes nacionales e internacionales. Sus canciones forman parte de su día a día, porque para él Eurovisión no es una 'playlist', es la banda sonora de su vida.

-¿Desde cuándo te recuerdas viendo Eurovisión? ¿Era ya una tradición familiar?

-Tengo 43 años, nací en el 78 poco después de ganar Eurovisión el famoso 'Abanibi' por Israel. Creo que en casa siempre se ha visto eurovisión en familia. De hecho, en Potes, hasta bien entrados los años 90, sólo había dos canales y tampoco teníamos opciones de cambiar los canales.

-¿Tu primer recuerdo del festival es…?

-Me viene a la cabeza ver la actuación de Paloma San Basilio, en el año 85, tenía yo 7 añucos, y aún lo recuerdo perfectamente. Luego el siguiente que se me clavó en la mente es el triunfo de Celine Dion en el año 88, por alguna cuestión se me quedó grabado el estribillo en la cabeza y lo tatareaba constantemente. Fue la primera canción que busqué cuando apareció Internet y los programas de descargar música.

-¿Cómo surgió el animarte a ir de público?

-A partir de los 20 años, por trabajo me trasladé a vivir a Galicia y allí hacíamos fiestas para ver Eeurovisión todos los año. Durante los 12 años que estuve allí, siempre al acabar el programa decíamos lo mismo… «el año que viene vamos a verlo…». Pero nada, no lo hacíamos. Para el 2010, me cambiaron unas fechas de vacaciones en mayo, y hablando con una amiga para ver qué hacíamos, decidimos ir a Eurovisión a Oslo. Compramos unas entradas en la página de Turismo de Noruega y allá que nos fuimos. La experiencia no la describo porque me daría un bajón tremendo, digamos que fue un sueño. Desde entonces allí que voy todos los años, y seguiré acudiendo mientras pueda.

-¿Y el año que recuerdes como más especial?

-Recuerdo todas las ediciones con cariño, pero quizás Portugal, por ser mi segunda casa, sea la mas especial en el tema personal, e Israel por ser la más divertida, porque el país y la gente son lo mejor que hay, por coincidir con Madonna en el escenario… y por un largo, etcétera.

-Porque el viaje se programa con mucho tiempo y entiendo que una vez en el destino tendrás una agenda completa…

-Como buen 'eurofan' los viajes se programan desde el mismo día que salimos del estadio con el ganador. Este año ya sabemos que será Italia, y ya estamos preparándolo todo, las cosas bien organizadas suelen salir mejor, hoteles, excursiones, fiestas, fiestas... y alguna que otra fiesta también.

-Este año, decidiste no acudir… ¿Cómo lo viviste? ¿Mucha añoranza?

-Este año, muy a mi pesar, decidí no ir, y es aún hoy cuando me sigo arrepintiendo de ello, pero por una cuestión de salud o de inconvenientes de movilidad allí, de falta de fiestas, encuentros y demás, no me resultaba tan atractivo ir. Mi plan habitual es de un mínimo de 15 días, a veces 20, y no me apetecía reducir todo a un único día y al propio evento. Verlo en la 'tele' no tiene nada que ver, pero nada de nada, cierto es que lo vemos en el canal oficial de Eurovisión y no en TVE que sería lo lógico, pero cuando uno ha vivido la experiencia desde dentro, sobran y mucho los comentarios de la televisión.

-Incluso, en redes, se ha hecho viral tu ausencia… ¿Qué te ha parecido?

-Sé que se hizo viral la ausencia de la bandera, pero…. No soy de redes sociales, las tengo, pero las uso poco, y no me gusta nada ese mundo. No suelo seguir los comentarios que se hacen al respecto, ni los buenos ni los malos, que entiendo que de todo se lea, pero yo vivo muy al margen de esos mundos.

-Hay quien cambió tu bandera por tarta, siempre con guiño a Potes…

-La tarta fue un regalo de un buen amigo, todo un detallazo, que me hizo mucha ilusión.

-¿Cómo surgió la historia de la bandera?

-La historia de la bandera fue una conversación con mi abuelo. Le conté que iría a ver Eurovisión y él, ingenuo pensaba yo, quería localizarme. Entonces le escribí Potes en pequeño y se lo enseñé para que me buscase. Sorpresa mía que la respuesta fue que si iba a poner Potes debía ser bien grande, para facilitárselo, y dicho y hecho. Así la lleve a Noruega, con la suerte que donde nos situamos aquel año era un lugar donde al final de cada canción la realización enfocaba una pantalla que estaba justo debajo mío, y la bandera se vio perfectamente, con el consiguiente revuelo en el pueblo.

-¿Siempre fue la misma? ¿O la llegaste a actualizar?

-Banderas tengo dos, una la que uso siempre, pero por miedo a perder la maleta o en un espectáculo, hice una de repuesto por si acaso... Aún tengo la primera en perfecto estado para el próximo año, que obviamente sí estaré allí.

-A ti cómo te llegó que tanta gente te había visto…

-Hoy es fácil saber si pasa algo, el WhatsApp te lo chiva todo. En caso de que nos enfocasen, rápidamente los amigos o la familia nos lo dirían. Era bien sencillo, si el móvil vibraba es que habíamos hecho pleno (risas).

-Y te convertiste en todo un icono entre el público...

-Lo de ser un icono, no sé yo, más bien soy conocido dentro del mundo 'eurofan', pero es totalmente aparte de la bandera. Si es cierto que mucha gente en Cantabria cuando nombran Eurovisión les viene la bandera a la cabeza, pero no yo. Yo soy quien la sostiene, nada más.

-¿Qué se siente siendo una hormiguita en esos estadios con miles de personas?

-La sensación de estar dentro del estadio, no es comparable a nada. Es impresionante, estar entre miles de personas de distintas razas, colores, religiones, nacionalidades, y no pasa nada, nos llevamos todos bien, no hay altercados ni nada. Las ciudades organizadoras y los servicios de seguridad siempre recalcan este punto.

-¿Cuál es tu estrategia para lograr la ubicación perfecta y asegurarte salir en cámara?

-Lograr estar en el sitio clave es fácil. Me gusta mucho ver los ensayos, saber la realización de las canciones y es muy sencillo localizar el momento y el sitio donde seguro se te veré, y sino en el estadio hay muchas pantallas enormes para poder ir viendo la realización y saber qué es lo que se emite. Muchas veces sólo es darse la vuelta y saltar (risas).

-Participas de la comunidad eurovisiva, parece que cada año va a más… Aunque las audiencias ya no son tan millonarias como antiguamente…

-Soy el secretario de OGAE España, asociación de 'eurofans' españoles. Participo activamente en todo lo relacionado con Eurovisión: fiestas, congresos y demás y, sobre todo, en la parte de las entradas que depende directamente de mí. El interés por Eurovisión, a mi parecer, sigue siendo el mismo de los últimos años, creo que sólo cambia la idea de ir o no a verlo en función de dónde se va a celebrar el próximo año, pero su interés sigue siendo muy alto. No obstante, las audiencias siguen siendo muy buenas, este año casi un 30% de 'share', cualquier televisión mataría por ello.

-Hablemos de esta edición, ¿cómo viste a Blas Cantó?

-Blas, era para mí el mejor candidato, sin duda, dentro de lo que podemos encontrar en este país. Con capacidad de venderse fuera de nuestras fronteras era de lo mejor, pero, se equivocó, y mucho, en su planteamiento del festival. Su canción (mediocre) no era ni de lejos una apuesta acertada, la ñoñería no vende fuera de nuestro país, en Eurovisión da igual si se lo dedicas a un familiar o a un árbol que tallaron en tu calle. El festival se ha convertido en un 'show' televisivo, y hay que llevar cosas que calen en la gente, tirando a fiesta con un punto de guasa.

-¿Y entre 'Voy a quedarme' y 'Universo'?

-Sinceramente, si tengo que decidir por una canción u otra, me quedo sin respuesta. No sé, no contesto, ambas me parecían más para la OTI que para Eurovisión.

-Seis puntos de jurado. Cero del público… ¿Otro palo o llamada de atención?

-Los seis puntos que ha recibido Blas son fiel reflejo de su candidatura. Cuando uno va a un concurso tiene que tener claro que quedar el último no es que seas malo, sólo que había otras candidaturas que llamaron más la atención, ni siquiera ganar Eurovisión te garantiza que seas el mejor, sólo que conseguiste dar en el punto clave ese día. Hay canciones y cantantes que se quedaron fuera de la final o en los últimos puestos, y han tenido gran éxito mundial, (Kate Ryan, Anggun, Noa...) y otros que han ganado y no han tenido suerte en el mundo de la música. Sólo es un concurso, nada más.

-¿Cuál era tu quiniela 'Top 5'? Y tu favorita directa con motivos era…

-En mi quiniela Francia se llevaba el gato al agua, Italia segunda, Chipre, Suiza y Malta cerraban el 'Top 5'. Quitando Chipre, que no entiendo por qué quedó tan mal, no estuve muy lejos de acertar. España terminó mejor de lo que yo esperaba, pensé que sólo Alemania quedaría por debajo nuestro. Pobre Blas.

-¿Te sorprendió que ganara Italia?

-Italia y Francia llevan muchos años persiguiendo el triunfo, no me extrañó en absoluto. La canción era muy buena, la puesta en escena mejor, el grupo muy conocido en Europa, así que lo tenían todo para ganar, o quedar cerca de ello.

-Mucha gente no entiende el mix de los votos de jurado y de público. Este año dio un vuelco, que parecía un duelo de voces Francia vs. Suiza. Antiguamente no era así, parece haber enrarecido ese final…

-El tema de los votos es un poco casposo, la gente no lo entiende sólo en España. Me muy curioso que se explique y se siga sin entender. Quizás sea la falta de interés en ello, porque los 'eurofans' lo entendimos perfectamente desde el primer día. Votan los jurados, como siempre, repartiendo puntos y comunicando el 12 del país. Luego el público, que en vez de darlos individualmente por países, se dan ya sumados a cada país los suyos haciendo el cómputo del 'televoto'.

-¿Dirías que hay una fórmula perfecta de canción eurovisiva?

-Sí hay una fórmula secreta para ganar Eurovisión. Primero es querer hacerlo, luego estudiar dónde se va a celebrar y quién va a participar y, por ultimo, profesionalidad en plantear una canción decente. Pero cuando falla la primera, ya el resto es un despropósito.

-¿Cómo valoras el despliegue técnico y ese gran escenario?

-Eurovisión se ha convertido en una feria audiovisual, en todo un 'show' televisivo, donde cada país (a excepción de España) presenta todo su potencial: el escenario, las puestas en escena, todo es increíble... A veces, incluso, canciones quedan eclipsadas por el 'circo' que se monta.

-¿España en qué falla? Apuesta por grandes artistas, pero no damos con la tecla del éxito eurovisivo…

-Yo creo que no sabe a qué va, quizás el único interés de TVE es la audiencia, y el resto les da igual. Hay que tener en cuenta que quien gana Eurovisión tiene que celebrarlo al año siguiente, y eso es una carga de trabajo muy grande para la televisión local, que debe lucirse y poner todo lo mejor que tenga a ojos de millones y millones de espectadores. Quizás ese sea el problema.

-¿Optarías por formatos de preselección tipo Suecia?

-Las preselecciones que se hacen en Europa son festivales tan grandes como Eurovisión. El Melodifestivalen en Suecia (al que yo también voy todos los años en marzo), el Festival de San Remo en Italia… y otros tantos, muestran el interés de los países en hacer algo grande, y en poner en escena su gran potencial. Eso en España desde el año 71 con el famoso programa 'Destino a Dublín', no se ha hecho nada más. Quizás 'Operación Triunfo', pero en su primer momento no tenía nada que ver con Eurovisión y fue sólo consecuencia de su éxito.

-¿El 'Big Five' y saltar directos a la final tiene ya sentido?

-El 'Big Five' tiene sentido, sí, obviamente, pero sólo si uno conoce qué es la UER y Eurovisión lo podría entender. Porque Eurovisión se une sólo a un festival de música y no es así, es algo más grande nivel de noticias y de deporte, pero explicarlo es muy lioso y largo.

-¿Cuánta gente has podido conocer a raíz de Eurovisión? El representante español al que guardes más cariño por alguna anécdota o lo que fuera en común…

-Tengo buena relación con mucha gente de Eurovisión, fans, cantantes españoles y no españoles, y otros relacionados con este mundo. Si me tengo que quedar con alguno español que guarde un algo especial, diría Remedios Amaya o Azúcar Moreno. Y si tengo que decidirme por algún nombre extranjero Bonnie Tyler, Izar Cohen o Chistar Bordan. Aunque siempre cada representante te deja un algo (que no tiene por qué ser bueno) en el recuerdo.

-Tendrás una 'playlist' de temas míticos, algunos de ellos son…

-Mis amigos se desesperan, porque yo me levanto y pongo un tema de Eurovisión (actual o no) en casa, voy en el coche y escucho más del festival, estoy en el gimnasio y me pongo música... Y así todos los días. Hay ediciones que me sé de memoria los votos, comentarios de los presentadores o gestos que hacen los cantantes (sobre todo el del 91, que fue el primero que conseguí grabar en VHS).

-Este año ha habido muchas críticas a RTVE por la escasa promoción, incluso se aplaudía que Telecinco hubiera invitado a representantes internacionales… ¿Crees que la 'tele' pública no apuesta por el concurso?

-Creo que de TVE ya he dicho lo que pienso, interés nulo en ganar Eurovisión, sólo persiguen audiencia, y si Telecinco les hace la promoción pues eso que se ahorran, no creo que les importe nada.

-Si llegara a ganar España y se celebrara en nuestro país, ¿cómo te lo imaginas?

-Si ganase España, me gustaría que Santander optara a celebrarlo aquí, sería todo un sueño y perfectamente posible. Para una ciudad, para un país, celebrar este evento que atrae a miles y miles de personas, que te pone en el centro de mira de millones y millones de espectadores... Es todo un regalo para cualquiera.

-¿Dices que viajarás a Italia el año que viene? ¿Volverás con tu bandera?

-Que nadie lo dude. Iré a Italia y con la bandera, obviamente (risas).

-¿Animarías a los cántabros a hacer la maleta y vivirlo?

-No me gusta animar a nadie a hacer lo que yo hago. Cuento cuál es mi vivencia, y mi sentimiento hacia este evento. Quien quiera vivirlo, bien. Siempre ayudé a paisanos a ir al festival y vivirlo, pero animar, animar, no. Eso te tiene que salir de dentro, para mí Eurovisión es un modo de vida, junto la música y el viaje que son mis dos grandes pasiones, y esos días soy como un niño pequeño. Ojalá la gente tenga la misma ilusión que yo tengo en este evento en cualquier ámbito de su vida.

-Algún cantante o grupo español que te gustaría nos representara…

-El año que viene, siendo en Italia, viendo el 'show' en que se ha convertido el festival, sin duda, yo llevaría a Fangoria.