La magia de Raúl Alegría conquista a Edurne y Dani Martínez en 'Got Talent'

Desde pequeño sueña en magia y ahora, a sus 38 años, el mago cántabro Raúl Alegría hasta pierde el sueño pensando en cómo sorprender a su público. Así lo contó (y demostró) en 'Got Talent', el programa de Telecinco que cada semana nos sorprende con los infinitos artistas que piden paso. Alegría no defraudó presentando una de sus grandes ilusiones, esas en las que trabaja arduamente todo el año. Pese a toparse con el 'no' de Risto, él y su equipo conseguían pasar a la siguiente fase, en la que seguro se superarán. De hecho, reconoció que la suya es «una profesión obsesiva», a la que dedica todo el día. Bromeó incluso diciendo que «me ha costado tres relaciones», pero esta vez le acompañó su mujer, Lucía Rivera, con experiencia previa, pues participó con éxito en la edición americana. Parece que la pareja se ha aficionado a la televisión después del reto del 'quick-change' con Pilar Rubio, aunque el santanderino explicó que no se había presentado antes al concurso por estar trabajando internacionalmente.

El ilusionista defendió que «en momentos difíciles como los que estamos viviendo, la magia es más necesaria que nunca». Define su esencia artística como «original y distinta. Son efectos y números que estoy seguro que tanto el público como el jurado no ha visto nunca en escena». Del 'backstage' a los focos, los artistas mostraron su complicidad y se animaban a disfrutar del show. A la pregunta, «¿Por qué te presentas a 'Got Talent'?», formulada por Edurne, el cántabro fue sincero. «Para mí la vida se trata de vivir experiencias nuevas, creo que esta lo es y vamos a por ello». El jurado observaba atentamente el montaje previo y Dani Martínez, en su línea de humor, bromeaba. «Buen aparato, van a montar el 'Dragon Khan' ahora», decía a sus expectantes compañeros. En realidad, se trataba de una estructura metálica que reconstruía por piezas y en la que se 'coló' Lucía. Izando una bandera mágica logró que desapareciera.

El fuego fue un elemento clave del número, con grandes lanzas llameantes que lanzó a través de la construcción ante el estupor de Edurne y el público presente en el teatro. Raúl invitó al presentador, Santi Millán, a unirse y disparar otra de las piezas flameantes. «Casi lo rompo todo», aseguraba tras su intervención sorpresa. Entonces mostró su particular 'máquina' vacía y atravesada en varios niveles. Retiró las lanzas infernales, recolocó las piezas y con un nuevo golpe de bandera… ¡Magia! Aparecía Lucía Rivera en todo su esplendor. Lo que nadie esperaba es que surgieran cañones de luz y una segunda cómplice, surgida de la nada. «A la venga, toma ya. ¡Qué bueno!», asegura Millán. La ovación de los espectadores fue muestra de que habían sorprendido gratamente, más con el impacto final.

La valoración del jurado comenzó por Dani Martínez que dijo el espectáculo le había recordado «mucho a la antigua escuela, de Copperfield y demás, música, gestualidad, movimiento… Hay que valorarte que lo das absolutamente todo. Desde que el empieza el número hasta que acaba estás a tope, no bajas la guardia ni un momento. Eso lo transmites, me da intensidad, emoción. ¡Buen número!». Por su parte, Edurne, en un ejercicio de sinceridad le dijo «durante toda la actuación tenías mi 'no'». Entonces entró en una discusión con Risto Mejide, que no entendía que adelantara de esa forma el veredicto. «Ya tiene tu 'sí'», reprochaba el publicista. «'Sí', me ha ganado cuando ha salido una segunda chica. Eso sí que no me lo esperaba», se explicaba la cantante. En cuanto a Santi Millán le animaba «para la próxima practica un poco más». «Yo no sabía nada, me ha dicho tira donde quieras y he tirado mal», reconocía el cómico. Todos coincidían en que le había dado «el punto de emoción». «De tensión», apuntaba Martínez. Edurne siguió explicando su valoración, «la sorpresa final es lo que me ha hecho reaccionar. Me ha impactado».

Risto cerraba la ronda y, de primeras, ya mostraba su negativa. «Es un número clásico, que tú lo has revestido de algo diferente… No has inventado nada nuevo. Esperaba que le hubieras dado un toque más moderno a esto», explicaba. Raúl Alegría se defendía y tiraba de expectación futura. «Para eso está el cartucho para la siguiente, el reto», respondía. Mejide se revolvía y aconsejaba al artista. «No, vamos mal por ahí. No sabéis si va a haber una segunda. Tirad todos los cartuchos en la primera. Es un error guardarse cosas. Te lo digo en serio, honestamente», comentaba desde su silla. «Hemos visto aquí gente que se ha quedado a las puertas de… Si tenías algo más innovador deberías haberlo traído. Eso es todo», concluía. Las votaciones finales las arrancaba Edurne con su anticipado 'sí'; seguía Risto con un 'no' rotundo; y Dani Martínez cerraba… «Raulín, ¿cómo te apellidabas», preguntaba. «Alegría», contestaba el santanderino. «Pues esa te voy a dar, 'sí'», resolvía. Logrando así el pase a la siguiente fase. «Una buena alegría para Alegría», remataba Santi Millán.

El presentador, con su habitual sentido del humor, preguntaba si quedaba alguien más dentro del 'aparato'. «Por hoy no», aseguraba el mago. Mientras, el jurado filosofaba a gusto. Risto explicaba a sus compañeros que «los magos, a ese nivel, tienen que tener números propios». Millán pedía disculpas, de nuevo, por su participación, «por lo menos se ha visto que no estaba preparado y que no había ni trampa ni cartón». Antes de despedirse del teatro donde se graba el espacio, Raúl Alegría rebatía las palabras de Risto Mejide sobre lo de número clásico, ya que él quiso darle una vuelta a la ilusión «porque nació y se creó este aparato para las lanzas y espadas sin un lugar determinado ni precioso, pero es la opinión de cada uno y la respeto», concluía. Veremos qué pasa en la próxima actuación...