Cómo el método Montessori puede ayudar a los pequeños y mayores cántabros

El propósito de este modelo educativo es liberar el potencial de cada 'peque', con la idea de que se autodesarrolle en un ambiente estructurado: ordenado, estético, simple, real, donde cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo de nuestros hijos.

Ya existen escuelas infantiles especializadas en este método, donde los alumnos se integran en aulas agrupadas en períodos de tres años, lo que promueve naturalmente la socialización, el respeto y la solidaridad.

Pero no sólo en lo escolar se aplica este método, sino que existen infinidad de actividades Montessori que podemos desarrollar en la vida diaria como ayudar en casa, barrer, distribuir comida, guardar cubiertos o clasificar la ropa.

Parece fácil, ¿verdad? El secreto está en ser autónomos, encontrar un equilibrio y lograr que prime un orden.

Es aplicable también a los adultos en el trabajo, siempre que encuentres un ritmo que se adapte a ti, aprovechando tus puntos fuertes, dedicando tantas horas a trabajar como al entretenimiento, disfrutando de los momentos de silencio o aplicando bloques de tiempo de trabajo ininterrumpidos. 'Tips' eficaces que te harán la rutina laboral mucho más llevadera.

Y no puedo olvidarme de la nueva decoración infantil Montessori, donde se potencian los espacios atractivos y decorados sólo con muebles que llamen la atención del niño/a.

Con un sentido estético, tonos tranquilos, neutros, suaves y naturales en paredes y suelos, habitaciones simples con pocos juguetes y escasos muebles, primando la comodidad en todos sus puntos del pequeño o pequeños del hogar (juego, ropa, lectura, sueño), siempre perfectamente ordenadas, y con espejos a su altura para que pueda/n vestirse solo/s.

Espacios distribuidos con una zona de descanso accesible, camas bajitas para que el/la protagonista de esa estancia sea capaz de subir y bajar solo/a, áreas de lectura con cuentos que puedan manejar, zonas de juegos con estanterías bajitas y juguetes ordenados.

También existen los juegos y materiales Montessori: son realistas, manipulables y adecuados al tamaño del niño/a, tienen su propio control de error y permiten realizar gradualmente ejercicios de mayor dificultad y, sobre todo, estimulan el deseo de conocimiento e independencia.

Como podéis observar, existe todo un mundo detrás del método Montessori y estoy segura de que esto no acaba más que empezar.

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