Natalia González: «Mis perros son un sueño hecho realidad»

–¿Quién es Miza?

–Esté donde esté y haga lo que haga, siempre está a mi lado, así que podría decir que Miza es mi guardaespaldas.

–Y la portavoz de la manada.

–Así es. De Soojin, Talisa, Dalma, Neko, Mozzi, Hyunsun... De Nuestros Chicos Malteses.

–¿Qué representan los perros en su vida?

–Son un sueño hecho realidad. Siempre había querido tenerlos, pero, por mis circunstancias personales, nunca pude hasta que me independicé. Entonces llegaron Epi y Blas, a los que hoy llevo en el corazón, y detrás de ellos los demás. Son mi vida, son mi motor.

–Y son un negocio también.

–Digamos que, juntos, formamos una sociedad, porque todos, ellos y yo, vivimos de esto. Ellos mejor que yo, dicho sea de paso.

–¿Quién paga por un perro cuando las protectoras están llenas de animales deseosos de una oportunidad?

–Clientes que necesitan cubrir unas necesidades específicas, además, por supuesto, de las afectivas y las emocionales, inherentes a todos los perros.

¿Por ejemplo?

–Padres con hijos que sufren de alguna carencia o patología que requieren de la compañía de un animal con unas características muy determinadas; personas que por su edad, por su salud o por su tipo de vida solo pueden ocuparse de un animal pequeño, tranquilo y ya educado...

–¿Alguna vez le ha dicho a un comprador que lo que busca está en una protectora?

–Soy partidaria de la adopción siempre que el interesado pueda asumir esa responsabilidad, y, sí, siempre que me lo han sugerido sus perfiles, les he recomendado pensar en esa posibilidad. Claro que sí.

–¿Aún a sabiendas de que perdía un cliente?

–Por encima de criadora, soy una gran amante de los animales, y cuando obro así no pienso que he perdido un cliente, pienso que un animal ha ganado un hogar.

–Así como las protectoras no entregan un perro a cualquiera, ¿los criadores no venden un perro a cualquiera?

–Desconozco lo que hacen otros criadores. En mi caso, selecciono escrupulosamente cada hogar que busco a mis cachorros para asegurarme de que van a ser felices.

–Y luego los envía.

–No. Luego vienen a buscarlos.

–Ah, ¿no los envía?

–No, el envío de los cachorros es perjudicial para su equilibro emocional.

–¿Y si el comprador es argentino?

–Cantabria es una tierra maravillosa para venir a visitarla. De hecho, ya lo han hecho desde América, desde África, desde Asia y, por supuesto, desde casi toda Europa.