La naturalidad de Gloria Rueda que conquistó Miss Cantabria hace treinta años

Tuve que cambiar un poco mi metodología, adaptarme a estos tiempos raros que estamos viviendo y claro, nuestra charla no pudo ser en carne y hueso, sino a través de una pantalla. Sin embargo, si Gloria me ha transmitido toda esa fuerza y optimismo desde su casa, a través de una videoconferencia, qué no conseguirá en persona. Tenemos una charla pendiente frente a un café o muchos, ya que ambas somos grandes conversadoras y quién sabe el tiempo que nos llevará.

Gloria es una persona fuerte y decidida a ver siempre la parte buena de las circunstancias y, por supuesto, también de las personas. Se define «creyente y defensora del ser humano y de su naturaleza». Eso la hace ser la persona feliz que es, no sólo porque ella me lo confiese, sino porque yo también lo noto. Tengo todavía su sonrisa grabada en mi cabeza y el entusiasmo con el que me cuenta sobre sus pasiones y sus logros.

No podemos no hablar del fatídico Covid-19, a todos nos ha cambiado la vida de una u otra manera. Y ella claro está, no es una excepción. Sus escuelas cerraron al público y la actividad presencial paró por completo. Sin embargo, me cuenta, han sido dos meses frenéticos en los que todos en las academias se han volcado en generar contenido para que ningún alumno perdiera ritmo y forma física. Ella, a pesar de todo el esfuerzo, sólo siente agradecimiento, pues todos sus alumnos y equipo la han hecho sentirse querida y arropada. Desde luego me hace ver la cara amable de esta rocambolesca situación por la que todos estamos pasando.

Toda historia que encuentro tras las mujeres a las que entrevisto me acaba encandilando de alguna manera, la de Gloria no podía ser menos. Me hace reír y emocionarme, ella es puro sentimiento, pura fuerza y, sobre todo, tiene ganas de vivir y saborear cada segundo. Y claro, su vida así es: llena de grandes momentos.

Su amor por la danza comienza desde bien pequeñita y desde entonces no deja de formar parte de su ser. Paralelamente su curiosidad por la moda también crece, ella cree que ambas están perfectamente unidas. No entendería la danza sin la moda y viceversa. Tanto es así que, 30 años atrás, por casualidades de la vida (aunque yo, personalmente, no creo en las casualidades como tal y Gloria seguramente lo achacará a algo relacionado con la numerología…), llegó a sus manos el anuncio del certamen de Miss Cantabria. Y, como todo lo que se presenta en su vida, dejó que sucediera. ¡Me sorprende el gran optimismo de Gloria! Abre los brazos a todos los nuevos retos que se la presentan, ojalá tuviéramos todos esa simpatía por lo desconocido. Seguro que nos iría mucho mejor…

Llegó al certamen como es ella: natural. Recuerda que venía de pasar el rato en la playa y llegó con sus pantalones cortos y su gran melena recogida. Se encontró envuelta en todo el glamour que un certamen de este tipo posee. «Yo estaba acostumbrada, por la danza, a ver la moda como el estilo que uno tiene personal e innato. Eso era otra cosa, la belleza y la moda eran preparación, puesta a punto…», asegura. Por un momento pensó en qué hacía ella allí, pero siguió adelante y precisamente por eso, por mostrarse tal y como era, llegó a hacerse con el título de Miss Cantabria y Miss Elegancia.

Todo lo que sucedió tras el certamen fueron éxitos para Gloria Rueda. Con mucho esfuerzo, dedicación y pasión ha conseguido ser una de las escuelas referentes en danza, no sólo en Cantabria sino en todo nuestro país. Forja, junto a su equipo, grandes personas que con disciplina, amor y baile llegarán muy lejos.

Desde luego no puedo estar más satisfecha de haber conocido un poco más a esta mujer que se declara «amante de lo bello y artista antes que empresaria». Yo añadiría que ella es bella, tiene esa fuerza de la primera bailarina de un ballet que te deja absorto en un mundo de sueños, imaginándote etérea y fuerte a la vez.