«Los perros son mejores que algunas personas»

-¿Quién es Perri?

-¡El amor de mi vida!

-¿Y quién es Tirion?

-Tirion es mi 'niño' adoptivo. Su cariño y sus celos con Perri, al que defiende apasionadamente, han hecho que se gane un trozo de mi corazón.

-Usted no había tenido animales antes, ¿no?

-No. Ni pensaba tenerlos.

-¡Ah!, ¿no?

-No, no me gustaban.

-Vamos, que no formaban parte de su vida.

-Ni formaban parte de mi vida ni yo quería que la formaran. A mí los animales me resultaban muy monos. Pero hasta ahí. No comprendía tanta pasión y tanta cosa por ellos.

-¿Ni siquiera entendía que pudieran formar parte de la vida de otros?

-Pues mire. Tengo un primo que quería mucho a su perro y cuando se le murió le recomendé que se cogiese a otro. Así, como si fuera un juguete. Y, claro, ahora que siento lo que siento, no sabe cuánto me arrepiento de aquello.

-¿Quién o qué le hizo cambiar de opinión?

-Yo misma, yo solita.

-¿Igual influyó el momento?

-Pues puede que influyera, sí. Perri llegó a casa en un momento muy delicado de mi vida. Lo estaba pasando muy mal y no veía la luz al final del túnel. Él me hizo tanta compañía, y me dio tanto cariño y amor, que, al final, me acabé dando cuenta de lo importante que era para mí.

-¿Y cómo llega un perro a una casa donde no quieren perros?

-Perri fue un regalo que mi hermana Marta le hizo a mi hija. Me llevé un disgusto terrible. Vamos, me molesté tanto que no le dejé ni entrar en mi casa, de modo que se tuvo que quedar en casa de mi hermana. Un día, no sé, habría transcurrido un mes, mi hija me preguntó si podía traerlo un rato...

-Ya me sé el final.

-...Y ya nunca más me he podido separar de él.

-¿Y dice que el pobre animal estuvo un mes fuera de casa?

-Más o menos, sí.

-¿Y no le remuerde la conciencia, oiga?

-Bueno. Si por algo me remuerde es por no haber disfrutado de su compañía en ese mes. Pero, si le soy sincera, en realidad no me siento culpable porque me consta que el perro estaba en otra casa igual o incluso mejor que en la mía.

-¿Su buena experiencia con Perri pudo despejar el camino a Tirion?

-Sin duda. Cuando llegó Tirion, que en realidad es de mi hijo, temí que Perri fuera a sufrir. Pero por suerte para todos se produjo el efecto contrario. Tirion cuida muy bien de Perri y le defiende a muerte.

-¿Ha cambiado su percepción de los animales?

-Ya sé que mucha gente no va a entender lo que voy a decir, porque yo fui una de esas personas que no lo comprendían. Pero para mí ya no son perros. Para mí son seres adorables, en ocasiones mejores que algunas personas.

-Si volviera a nacer...

-...Viviría rodeada de perros.